𝐄𝐏𝐈𝐒𝐎𝐃𝐈𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐎𝐂𝐇𝐎

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Entre Confesiones y Supervivencia.

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DÍA DOS.

Mientras cruzábamos el primer salón de clases sin ser detectados, sentí un alivio momentáneo que inundó mi ser. No me habían descubierto y, lo más importante, no me había caído. Cada paso que daba era una pequeña victoria en medio de este caos.

Finalmente, logramos pasar frente a la ventana de ese salón de clases sin ser descubiertos y llegar al otro lado. Dejamos atrás a los zombis, con la esperanza de que el siguiente salón estuviera menos infestado, de lo contrario temía no tener nada más para lanzar y distraerlos en caso de necesidad. No me quedaba nada que usar.

Antes de dirigir mi mirada hacia el siguiente salón de clases, decidí detenerme en el “punto ciego” entre los salones. Era un pequeño espacio donde las cortinas nos brindaban cierta cobertura. Suspiré, sintiendo el alivio de no haber sido atrapado en este primer “paso” de nuestra misión. Un breve momento de respiro en medio de tanta presión.

¿Cómo es posible que todavía esté entero? Mi mente responde rápidamente: «Gracias al plan de Nam-Ra». Sin lugar a dudas, el ruido de la grapadora había sido nuestra salvación en este momento crítico.

La miré de nuevo, con dificultad para respirar, pero también con un sentimiento de alivio. Sabía que no habríamos llegado tan lejos sin su astucia y valentía.

—Logramos pasar… —susurré, dejando escapar las palabras con otro suspiro de alivio.

Sentí el sudor resbalar por mi frente y suspiré una vez más, cerrando los ojos por un momento. A pesar de haber llegado hasta aquí, todavía estábamos al borde de la incertidumbre y el miedo seguía presente en mi mente.

En el fondo, sabía que no podíamos bajar la guardia. Cada paso que dábamos era crucial y cualquier error podría ser fatal.

—Está bien, está bien… D-dame un momento para calmarme, ¿sí? Es probable que también haya compañeros en el salón de al lado. No tengo nada que lanzar en este momento, así que necesito pensar en un plan… ¿Tienes alguna sugerencia? —le pregunté, buscando su sabiduría en medio de esta situación desesperada.

—No te preocupes. Tengo algo que podemos usar —mencionó Nam-Ra en voz baja.

—¿Ah sí?

Abrí un ojo y la miré, captando su leve asentimiento.

—Eso es perfecto —respondí, pero luego mis pensamientos se volvieron hacia las posibles complicaciones—. Aunque no estoy tan seguro… Es decir; Si el siguiente salón también está infestado, todo dependerá del último.

Si decidíamos seguir adelante y encontrábamos otra aula llena de zombis, tendríamos que enfrentar una decisión difícil.

—¿Cómo? —pregunta, esperando una respuesta que pudiera guiarnos en esta encrucijada.

—Solo estaba planeando explorar tres aulas —aclaré—. Ya hemos cruzado la primera sin ser descubiertos gracias al ruido de la grapadora. Si decidimos avanzar y esta aula también está infestada… En ese caso, te tengo dos opciones.

Nam-Ra me miró con seriedad, sin cambiar su expresión.

—¿Y cuáles son? —preguntó, mostrando su disposición a enfrentar cualquier desafío que se nos presentara.

𝐑𝐄𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐂𝐄 [Choi Nam-Ra]Onde histórias criam vida. Descubra agora