𝐄𝐏𝐈𝐒𝐎𝐃𝐈𝐎 𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐃𝐎́𝐒

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Reflejos del pasado.

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DÍA TRES.

Me duele la cabeza. Sinceramente, ya no me sorprende porque en tres días el dolor no ha disminuido. Y con el golpe reciente que recibí, solo me duele un poco más. Ya me he golpeado la cabeza dos veces con una fuerza bastante similar, me temo que el tercero será el peor.

“Un mal golpe puede incluso dejarte ciego.” Seung-Min me dijo esto un día y todavía lo recuerdo. Es, hasta cierto punto, preocupante, perder la vista por un mal golpe en la cabeza, sin duda da miedo; aunque de momento lo único que me han dejado los golpes en la cabeza es un chichón.

Esta vez me llevo la mano a la nuca, pero no me tiro del pelo, sino que froto suavemente la zona magullada. Duele un poco. Respiro lentamente mientras lo hago. Y me concentro tanto como puedo en otras cosas.

«Cinco cosas que puedo ver: la mesa, la silla, los libros, los estantes, los libros».

Woo-Jin está desplomado a mi lado, ambos sentados en el suelo y apoyados en la pared después de haber detenido a Ji-Min con todas nuestras fuerzas. Se ve bastante cansado, creo que yo luzco igual.

Ji-Min fue a la sala de grabación y se encerró ahí, esta vez nadie la detuvo.

Los demás están sentados alrededor de la mesa, también sumidos en sus pensamientos sobre lo sucedido, tratando de procesarlo: el hecho de que todo parecía realmente perdido allá afuera, el hecho de que los padres de Ji-Min ahora son zombis, el hecho de que ella quería terminar con su vida sin importarle nada.

Apenas logramos detenerla y ella lloró. Nos rogó que la dejáramos morir… Y lloró.

—¿Estás bien? —me pregunta Woo-Jin en voz baja.

Mantiene su mirada hacia adelante, perdida y pensativa. Se ve que ni siquiera tiene ánimos de hablar. Por un segundo pensé que lo había imaginado.

—Sí… —respondí en voz baja, quitando la mano de mi cabeza.

«Cuatro cosas puedo tocar: Mi cabeza, el suelo, la pared… El… El… No hay nada más. No, sí lo hay. Mi sudadera».

—¿Qué te sucedió?

—N-no lo sé…

—¿Cómo no lo sabes?

—En serio, yo… no lo sé. Creo que caí en la desesperación. El miedo me invadió por completo.

—¿Algo así como un ataque de pánico?

—Tal vez.

Solo sé que sentí un miedo inmenso que no puedo describir. Realmente creí con toda mi alma que iba a morir en ese mismo instante. Es horrible. No quiero volver a sentir algo así, no quiero que ninguno de ellos sienta algo así.

—Hombre, no sabía qué hacer para ayudarte… Parecía que… que en cualquier momento ibas a… no sé… —murmura, hay un rastro de culpa en su tono—. La presidenta dijo que no nos acercáramos a ti.

—¿Ella dijo qué? —cuestioné, supongo que con lo abrumado que estaba ni siquiera escuché más allá de mi respiración agitada y el llanto de Ji-Min.

—Eso. Que no nos acercáramos a ti. Ella dijo que solo íbamos a empeorar las cosas.

—No creo que lo haya dicho de mala manera.

—Lo sé. Nosotros estábamos preocupados, ella también —aclara—. Lo que sea que hizo contigo, funcionó, así que… no hay problema. ¿Cómo te sientes ahora? ¿Mejor?

𝐑𝐄𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐂𝐄 [Choi Nam-Ra]Onde histórias criam vida. Descubra agora