𝐄𝐏𝐈𝐒𝐎𝐃𝐈𝐎 𝐐𝐔𝐈𝐍𝐂𝐄

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Irremediable.

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NOCHE UNO.

“—¿Deberíamos considerarnos los afortunados?”

Esa fue la pregunta que Seo Hyo-Ryung planteó esta tarde a la maestra, cuestionando si estar encerrados, pero aun con vida en una escuela infestada de zombis, era algo por lo que debíamos sentirnos afortunados.

La maestra respondió que estar vivo en sí mismo era una suerte.

En ese momento, me pregunto si también debería considerar una suerte el hecho de que Cheong-San no me haya estrangulado en su ataque de ira hace unos minutos. Aunque tal vez estoy exagerando con ese pensamiento, realmente llegué a temer que lo hiciera por la forma agresiva en la que actuó hacia mí.

Nunca me imaginé que todo esto iba a suceder, más allá de los zombis. Me refiero a esta situación en la que nos encontramos ahora. Hoy he perdido a tres amigos y ahora Cheong-San… No está muerto, pero ha afirmado que me odia.

¿Significa eso que he perdido su amistad?

Lloró, me gritó, me maldijo, me insultó, me atacó. Pero al final, no logró su objetivo de destrozarme la cara con sus puños porque los demás chicos lo detuvieron con todas sus fuerzas.

Podría decirse que en ese momento no me defendí de ninguna de sus acciones o palabras, tal vez esperaba que desahogara su dolor contra mí, o simplemente porque en ese momento me olvidé de todo, olvidé cómo hablar y cómo respirar.

¿Qué debo hacer ahora? Todo está en silencio, un silencio abrumador después de las acusaciones en mi contra y el enfrentamiento con Cheong-San, si es que se le puede llamar así.

Igualmente, el resultado es que la tensión es palpable y yo soy la causa de ella.

Permanezco en silencio, sentado frente a la puerta de la sala de grabación. No pude mover el casillero para bloquear la puerta, así que, de cierta manera, estoy frente a ella como un perro guardián que impide que nadie entre. Pero en realidad, estoy impidiendo que Na-Yeon se vaya. Parece que la tengo secuestrada.

Mi espalda está apoyada en la puerta, mis piernas extendidas y mis manos aún apoyadas en el suelo, ahora que la adrenalina se ha disipado un poco es cuando puedo sentir el dolor punzante en una de ellas a causa de haber detenido la puerta. La tengo un poco roja y algo hinchada. Duele, pero no me preocupo, seguramente en unas cuantas horas vuelva a estar bien.

Nuevamente, parece que tengo sueño, mis párpados están pesados y supongo que no hay expresión en mi rostro más que cansancio.

Han pasado 30 minutos. ¿Cuál será mi sentencia cuando Na-Yeon confiese ante el juez que la he tenido retenida durante media hora? A eso se suman los daños a la propiedad de la escuela y la agresión física a mis compañeros. Ni los contactos de mi padre ni los de mi madre podrían sacarme fácilmente de este lío, pero eso es lo que menos me importa en este momento.

¿Dónde están? Ya es de noche y nadie ha venido a rescatarnos. Mi padre no ha vuelto a llamar. ¿Qué significa eso?

«Que esto ya no es una casualidad, idiota», responde agresivamente mi conciencia.

Ah, es cierto. Hoy ha habido demasiadas coincidencias que me lo confirman.

Miro el techo, blanco y sin grietas para seguir, sin ningún diseño de cuadros para contar. Es simplemente plano y vacío, ¿es por eso que no puedo distraerme? No, la verdad es por otra cosa. Mi mente es un verdadero revoltijo de recuerdos y pensamientos.

𝐑𝐄𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐂𝐄 [Choi Nam-Ra]Onde histórias criam vida. Descubra agora