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Nos colamos en la noche a la biblioteca. Se sentia como en tercer año.
Bajamos las escaleras con cuidado y nos dirigimos a la sección prohibida, no tan prohibida para nosotros.
La abrimos y bajamos.
-Bien- diji Seb apartando una silla y sentándose en ella- leelo.
Cogi el diario de Isidora. Era pequeño y fino, pero ahi estaba la clave de lo que era. De mi futuro.
Lo abri.
-" Es mi segunda semana en el campo. Cada dia llegan mas. Los médicos muggle e incluso algunos de nuestros curanderos estan haciendo todo lo posible por ellos. El duelo es palpable. Los que sobrevivieron a la plaga estaran dañados para siempre por su pérdida. La fiebre puede pasar, la piel puede repararse y tener cicatrices, pero el dolor devastador permanece. Vi a un hombre, muy parecido a mi padre, que habia perdido a su hijo. No pude soportarlo. Deseaba darle un poco de alivio. Empiezo a pensar que los demas están equivocados . Tengo el poder para ayudar a estas almas"- no entendia nada, pero a la vez sentia que lo entendía.
-Curioso- dice Seb desde su asiento- parece que habla de un poder...curativo. De una plaga. Igual la rebelión de los duendes o algo asi. Seguro que hace mas de 100 años.- se estrujaba los sesos intentando situarlo en la línea temporal.
No podia aportar mucho. Asi que me limite a observarle. Su pelo entre sus manos, sus labios fruncidos, su postura robusta.
-Si me miras tanto no voy a concentrarme nunca- me sonroje.
-No lo estaba haciendo
-Mentirosa- dijo con una sonrisa en los labios. Me acerqué un poco.
-Igual si seguimos leyendo descubrimos alguna manera de activat el poder- eso parecio convencer a Sebastian.
Pase la página.
-"He viajado para aprender- pero al final para ayudar. Mi lucha interna es abrumadora. Es como si la magia quisiera sanar, y yo soy la que impide que lo haga. ¿Debería perder la esperanza? ¿Me arrepentiré para siempre de no haber hecho más?
No puedo mirarles a los ojos, sabiendo que podría disminuir la carga del dolor.
Hoy vi al hombre saliendo del campamento. El que me recordó a mi padre.
¿Seguro que no estaría de más ayudarlo? Podría continuar mi investigación, por supuesto, pero esa sería una consecuencia fortuita de hacer algo bueno con esta capacidad."
-Nada congruente, habla de lo mismo- la voz de Seb sonaba tensa y ansiosa. Le pose la mano en el brazo.
-¿Todo bien?- sus ojos bailaron de mi mano a mi cara.
-Si, tranquila- antes de que apartase la mano me la agarró- pero no t alejes
No me di cuenta de lo cerca que estabamos. Si me arrodillaba me quedaria frente a su cara. Y eso hice.
Me recorrio un escalofrio mientras senria la mirada de Seb bajar conmigo.
-¿Continuamos?
-Si- puse el diario entre los dos para leerlo.
-"El mundo flotó de vuelta hacia mí como si estuviera en una nevina acuosa. ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente? Solo recuerdo sus ojos. Vacío. Vacío de tristeza, sí, pero también...
Recuerdo que sentí una sensación de euforia mientras veía desaparecer el dolor. Pero entonces todo empezó a cambiar. Cuando me caí, debo haberme golpeado la cabeza. No siento ni veo una marca, pero el dolor palpita. Solo puedo esperar que no sea la Muerte Negra.
Al menos ya no tiene dolor."
-Parece que si le acabo ayudando.
-Por lo que se confirma que se puede ayudar a gente- no pude evitar acordarme de Anne.
-Seb, yo...
-No pasa nada Laura. Anne esta muerta. No debiste de cargar con todo lo que viste- se me encogio el corazón. Mi mano rozo la suya y él entrelazo nuestros dedos.
Me quede mirando ese punto de contacto, sintiendo mi corazón acelerarse. Estupido.
Me atrevi a levantar la cabeza, solo para encontrarme con esos ojos miel.
Me iba a volver loca.
-¿Qu buscas exactamente?- m dijo en un susurro.
-Lo que soy de verdad
-¿Y si esa búsqueda acaba mal? No quiero que te vuelvas loca, princesa.
-Tengo que hacerlo- de repente Sebastian me coge la cara. Mi respiración se corta un instante antes de volverse superficial.
-No deberias estar aqui conmigo
-¿Por qué?
-¿Te sabes el cuento muggle de caperucita?- me rei un poco- eres una presa demasiado buena para dejarla escapar, pero no quiero dañarte.
Suelta un gruñido y tira la cabeza hacia atrás, teniendo posiblemente el mayor debate mental que ha tenido.
-A la mierda- y me besó.
Mi corazón explotó. Ansia. Deseo.
Amor.
La palabra amigos ya no tenia sentido. Nunca la tuvo.
Merlin, siento mi cuerpo deshacerse en su agarre.
Su beso era fuerte, decidido, con ganas. Como si llevase esperando toda la vida para hacerlo.
E igual era verdad.
Continue el beso hasta acabar sentada encima de él.
Y ahi lo comprendi.
Lo que en algún momento llegue a aborrecer con toda mi alma, se había convertido en mi motivo de existencia. Por un momento deje de fingir que era vulnerable, pues lo era si se trataba de él.
Sus manos agarraban mis caderas mientras seguiamos besandonos.
-Laura...- susurró pero le volví a besar. Sin embargo, se apartó.- esto no deberia de haber pasado. No asi.
Le miré confundida.
Seb suspiró.
-Me encantas desde el primer momento en el que te conocí. No me arrepiento pero...deberia de haber sido diferente- " me encantas" Merlin. No tenia palabras.
-¿Diferente?- Sebastian solo se quedó callado y me estrechó entre sus brazos fuerte. Le pase las manos por la nuca y me sumergí en su cuello.
No se cuanto tiempo estuvimos en esa posición. Corazón con corazón. Un abrazo que se sentia real.
Me costó demasiado levantarme y poner rumbo a mi habitación.
Mi mente iba a aquel roce de sus labios una y otra vez. Estaba tan agitada que no pude dormir mas de dos horas.
Me habia besado.

Prejudice [ sebastian sallow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora