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Estaba extasiada.
Como en una nube de la que no me queria bajar.
Corriendo de la mano entre risas estabamos Seb y yo por los pasillos, parandonos en cada esquina para fundirnos en besos.
No se en que momento llegamos a la sala común de slythering y subiamos las escaleras hacia su habitación.
No paraba de reir. Estaba feliz.
Le miraba y sabia que mis ojos brillaban, porque los suyos lo hacian.
Me dedicaba esa sonrisa que moriria por mantenerla solo para mi.
Nos quedamos sentados en su cama.
-Esto es...- dije jugando con mis dedos intentando buscar las palabras.
-¿una locura?
-Si, pero en el buen sentido- me reí y le mire.
Se acercó y me besó de nuevo. Nuestros labios se unieron en un roce profundo e intenso y casi se me corta la respiración.
-Seb...- susurre al mismo tiempo que bajaba a mi cuello y me depositaba un beso.
-Si no quieres no va a pasar nada- susurró contra mi oido. Mi piel se erizo y un calor extraño me invadió el cuerpo.
-Nunca lo he hecho- Sebastian se paró y me miró, para despues sonreir de una manera primitiva, como si fuese un animal. Me cogii la cara, igual con demasiada fuerza, y junto nuestras frentes.
-Cuando quieras parar, paramos- su respiración estaba agitada y eso provocaba en mi una sensación cálida.
Estaba nerviosa, pero le bese.
Los besos bonitos se intercambiaron por besos fuertes, desesperados. Besos que te roban el alma.
Me tocaba todo el cuerpo, estaba indeciso por donde agarrar.
-Estas preciosa con ese vestido, princesa, pero lo unico que quiero ahora es quitartelo- dijo con voz ronca.
Mí corazón latia desenfrenado por el deseo y la lujuria. Le quite la chaqueta de traje y poco a poco fui desabrochando los botones de su camisa.
Cuando estuvo abierta, roce su pecho con los dedos y escuche un gruñido de su parte.
-Me muero por tu tacto. Podrias quitarme la vida ahora y me daría igual. Soy completamente tuyo- le mire a los ojos.
Estaba respirando agitadamente y sus ojos estaban oscurecidos, sin embargo tenian ese brillo.
Me acerqué despacio hacia su cuello, y le bese por debajo de la oreja, lo que le hizo soltar un pequeño gemido.
-¿Te gusta?
-Si, princesa. Cualquier cosa que hagas- Seb estaba en un estado completamente vulnerable.
Y no iba a negat que esa idea me encendia.
Mi inexperiencia me dificultaba hacer mas cosas, por lo que fui probando depositandi besos en diferentes lugares de su cuerpo.
Su camiseta estaba ya en el suelo y mis manos recorrian su espalda y su torso, mientras que sus manos sujetaban mi cintura.
Me levanté despacio, dejando besos por su torso. Me quede de pie frente a él y mis manos se deslizaron por las telas azules.
Busque la cremallera y la baje con cuidado, hasta que el vestido cayó alrededor de mis pies, dejandome en ropa interior.
-Joder- soltó Seb mientras se levantaba. Paseo sus dedos con cuidado por mis hombros, brazos, vientre, clavícula, escote- perfecta. Jodidamente perfecta.
Me puse de puntillas y le bese mientras le rodeaba el cuello.
Cada palabra que me dedicaba incrementaba el deseo dentro de mi.
Me sujeto del culo y me levantó. Se sento en la cama conmigo encina de él y me apretaba desesperado por el contacto.
De mi boca salio un pequeño gemido.
-Merlin- soltó Seb- necesito escucharlo de nuevo- y me apretó de nuevo contra él, produciendo el mismo sonido.
Sus labios bajaron hasta mi escote y sus dedos se deslizaron por los tirantes de mi sujetador, en una pregunta silenciosa.
En respuesta me lo desabroche para él, dejando al descubierto mi pecho.
Con cuidado rozo uno, luego otro, y finalmente me miró.
Mi respiración agitada se mezcló con la sonrisa que le dediqué. Sonrisa que duro poco hasta ser intercambiada por otro gemido al notar su boca alrededor del centro de mi pecho.
Empuje su cabeza, instandole a que siguiera. Mordio, pellizco, lamio. Y se sentía demasiado bien.
Me levantó un poco sin dejar de besarme y se desabrochó el pantalón.
Lo unico que nos quedaba a cada uno era la ropa interior.
Movio mis caderas sobre él, provocando que mas sonidos saliesen de entre mis labios.
-Vas a ser mi perdición- me dijo. Me cogio de nuevo mientras se acercaba a su mesa de noche y sacaba un plástico.
-¿Estas preparada?- me pregunto, y mis nervios afloraron de nuevo por mi piel.
Me volví consciente de la situación. Estaba desnuda en la habitación de Sebastian. Nos estabamos besando. Nos estabamos rozando el uno con el otro.
Ibamos a unirnos.
Asenti.
-Menos mal. No hubiese aguantado- y me tumbó debajo suyo.
Lentamente bajo hasta mi bajo vientre mientras regalaba besos por donde iba.
Sus dedos me apretaron aquel punto que me palpitaba y gemi.
Seb siguió en ese punto hasta que ya decidio que no podia controlarse mas.
Me desnudo por completo y se quedo a una distancia donde me veia completa.
-Cuantas veces me habré imaginado esta escena- me confesó.
Bajo y me besó. Mis piernas se separaron dejandole espacio para entrar.
Su mano se coloco detras de mi espalda baja y no lo note justo en la entrada.
El deseo me iba a consumir.
Dejo de besarme y me miro a los ojos.
-Te quiero- dijo de repente, volviendo el momento mas íntimo.
-Te quiero- le respondi justo antes de sentir la presión entrar dentro de mi.
Mi boca se abrio del asombro y cerré los ojos.
-No- me cogio la cara- mirame- le obedecí mientras comenzaba con las embestidas, primero suaves, luego mas fuertes.
Enrolle mis piernas alrededor de él y su habitación se volvio un conjunto de suspiros y besos, gemidos y roces, piel con piel.
Me sentia plena.
No paraba de tocar cada centímetro de él. Le deseaba mas que a mi vida.
Me subi encima y continue lo que él habia empezado, moviendome por impulsos primitivos. Susu manos agarraban mi culo de forma desesperada.
En ese momento no solo se unieron nuestros cuerpos. Sino tambien nuestros corazones.
Sellabamos esa relación que existia entre nosotros. El amor.
Acabe en un remolino de placer y extasis, al mismo tiempo que él, y cai rendida a su lado.
Nuestra respiraciones poco a poco se fueron calmando.
-¿Que tal?- le pregubté.
Se giró y me sonrió.
-No ha estado mal- le pegue en el hombro.
-¿No ha estado mal?- Sebastian comenzo a reirse y yo con él.
Acabe enredada en sus brazos.
-Ha sido increíble, amor- "amor" un nuevo apelativo. Sonaba muy bien- ¿A ti te ha gustado?
-Me ha encantado- le susurre.
De repente el sueño se empezo a apoderar de mis parpados y me acomode contra su pecho, arropada en sus brazos.
Me dio un beso en la frente y apoyo su cabeza sobre la mia.
No me deberia de sorpender la magia, pero esto habia sido mágico.

Prejudice [ sebastian sallow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora