EMMA

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Al levantarme, veo que Chris no está a mi lado, como horas antes.

Me levanto del sofá - en el que hemos estado durmiendo -, y voy a mi habitación.

Una vez dentro, veo una foto, enmarcada en mi mesita de noche, salimos los dos, Chris yo, en el paseo marítimo, ambos sonrientes, tendríamos unos cinco años. Él era más alto que yo, como ahora, solo que ahora se nota más la diferencia, sus ojos celestes, miraban a la cámara, en cambio, los míos estaban posados en él.

Es increíble como, incluso hace años, nuestra conexión fuera tan fuerte.

Pero...

¿Qué pasó a noche?

Nos besamos, sí, y yo le dije que no quería olvidarlo...

... Él me dijo las palabras más bonitas que alguien me haya dicho en toda mi vida...

Una sonrisa idiota se instaura en mi rostro. Me visto con unos vaqueros cortos y un top negro con los hombros descubiertos. Voy rapidámente hacia mi escritorio, después de que mi móvil vibre. Lo cojo y veo, una nota pegada en el espejo:

"Nos vemos en la cocina, bichito.

Chris."

¿Y sabéis quíen bajó como un rayo las escaleras?

Exacto, yo.

Cuando llego a la cocina no veo a Chris, pero lo que veo me deja impactada.

En la encimera de la cocina, hay unas tortitas recién hechas y un ramo enorme de rosas, dejadas menticulosamente ahí. Frente al plato, hay una nota pegada a la encimera, con una simple palabra "Amor".

Cojo la nota, releyéndola mil veces más. Un millón de ideas se instalan en mi cabeza, casi puedo notar los engranajes de mi cabeza funcionando a toda máquina.

O eso hace hasta que veo a Chris entrando por la puerta corredera que tenemos al lado de la cocina, está solo a unos metros de mí, veo que va vestido con ropa de deporte y lleva sus auriculares colgando del cuello. Conclusión uno: ha salido a correr. Conclusión dos: cada día es más guapo.

No aguanto mucho ahí parada sin que me vea, pero lo suficiente para poder darle un buen repaso. Cuando me ve, ahí parada mirándolo fijamente y con la nota en las manos, suelta un murmuro casi inaudible:

- ¿Qué...?

No le dejo tiempo a que termine de responder, tiro la nota al suelo, recorro la distancia que nos separa y lo beso, sin preambulos, ni miedos, ni enigmas internos por resolver. Solos él y yo, y este amor en el que nos fundimos. Él me besa y me rodea la cintura, mientras yo le rodeo el cuello. Es el beso más potente que me he dado (tampoco es que me haya dado muchos), pero solo sé una cosa, una cosa de la que estoy cien por cien segura, algo que ni el mismo olvido sería capaz de olvidar:

Le quiero. Siempre le he querido y siempre le querré.

- Creía que aún estarías dormida cuando llegara.

- ¡Da igual! ¡Dios mío! ¡Has visto lo bonito que está todo! - digo loca de felicidad yendo hasta la isla de la cocina - Es perfecto.

Chris se adelanta y me abraza por detra, dejando un cálido beso en mi cuello.

- Yo... - se aclara la garganta mientras su rostro enrojece -. Quería decirte algo...

- Vaale - digo algo temerosa -. Sueltalo.

- Te quiero. Te quiero mucho. Más de lo que imaginas. Me gustas. Mucho. Muchísimo. Estoy enamorado de ti. Lo estoy desde los siete años. Cuando te burlabas de mí porque tenía un diente torcido, o cuando me decías que los chicos te parecían repulsivos, menos yo, claro. Y he intentado evitarlo, he intentado evitarlo porque me gustas desde antes siquiera de que supiera el significado de esa palabra. Pero es imposible. Es imposible porque cada vez que te veo sonrío como un idiota, cada vez que me miras solo existes tú, nadie más... Eres la persona más sorprendente que he conocido, nadie, y repito NADIE podría superarte nunca. Porque eres perfecta en todos los sentidos de la palabra. Y... ¡lo sé! Como pareja cliché tenemos mucho que desear - dice quitandole hierro al asunto, aunque las lágrimas ya surcan mi rostro -. No nos acordamos de cuando nos conocimos, ni siquiera hemos sido enemigos antes -. Se acerca y apoya la palma de su mano contra mi mejilla -. Pero, sinceramente nada de eso importa, porque eres tú. Eres mi Emma. Mi Bichito. Y no podría pedir nada más.

No puedo aguantar más y lo beso, lanzándome a sus brazos. Me separo de él, y mirándolo a los ojos, le digo la más pura verdad que nunca antes haya salido de mis labios.

- Yo también estoy enamorada de ti, Chris Trucker.

- Es un alivio oír eso, Emma Brooke.

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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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