Rose Weasley

Capítulo 64 Cena de Navidad

Rose fue por Draco a su cuarto para irse a la fiesta de Slughorn, se lo encontró en medio del pasillo.

—¿Estas listo, Draco?

—Lo siento cariño no podre ir contigo.

—Pero dijiste que iríamos juntos.

—Lo sé pero surgió algo, lo siento.

—Olvídalo.

Rose salio molesta y se fue a la cena del profesor Slughorn. Sonrió al ver a algunos funcionarios del ministerio, se acercó al profesor Slughorn al verlo hablar con la jefa del departamento de seguridad magica, Amelia Bones.

—Señorita Weasley, creo que ya conoce a la señorita Bones.

—Así es, pude conocerla en el verano.

—Un placer volver a verla, señorita Weasley.

Slughorn se disculpó y fue a tomarse una fotos con Harry, Rose siguió hablando con Amelia.

—¿Un trago?

—Neville

—No entre al club de Slugy, pero no importa, puso a Belby a entregar toallas en el baño.

—Oh él se lo pierde, eres un gran mago, Neville.

—Gracias —Neville se fue sonronjado de ahí.

Rose siguió en su charla con Amelia hasta que Filch interrumpió trayendo a Draco.

—¡Camina!

—¡Quítame las manos de encima, maldito Squib!

—Profesor Slughorn. Acabo de descubrir descubrir este joven merodeando en un pasillo de arriba. Afirmó que había sido invitado a su fiesta.

—Así es —interrumpió Rose— es mi pareja, siento el escándalo.

—Ya esta resuelto Filch, el chico estaba invitado.

Filch lo soltó y Rose se acercó a él.

—¿Qué haces?

—He venido a acompañarte.

—Señor Malfoy ¿Podemos hablar afuera? —El profesor Snape se había acercado a Draco.

—Claro, profesor.

—Eh por favor, que siga la fiesta ¡Que siga la fiesta!

Rose aprovecho que todos volvían a lo suyo para seguir a Draco y
Snape.

—Tal vez hechice a la chica Bell. Tal vez no ¿Qué le importa?

—Yo juré protegerte, hice el juramento inquebrantable.

Rose se acercó más, con cuidado de mantenerse en las sombras, tenía un encantamiento desilusionador, pero igual podía ser vista, si mirabas con atención.

—No necesito protección, fui elegido para esto ¡De entre todos, yo! Y no le voy a fallar.

—Tienes miedo Draco. Tratas de ocultarlo, pero es obvio. Déjame ayudarte.

—¡No! Fui elegido es mi momento, si no lo hago irá por ella.

—Entonces con más razón déjame ayudarte.

—No, no dejaré que nadie interfiera en mis planes, cumpliré y ella estará a salvo.

Rose se escondió en otro pasillo al escuchar pasos.

(...)

A la mañana siguiente Rose recibió una carta de Sirius, estaría en la madriguera durante navidad.