—No mames, Quackity.— dijo Mariana una vez salí del baño.— Te viste bien cobarde.—¿Por qué wey?— Me hice el confundido.
—No mames, ignoraste a la Angie.
—¿Apoco vino?— pregunte haciéndome el tonto.
—"Apoco vino".— me imito.— Si pendejo, y no hagas como que no la viste, hasta ella me dijo que cruzaron miradas y mejor te fuiste.
—¿Si me vio?— pregunté con interés.
—Si, y se veía triste de que la hubieras ignorado.
—Es que no mames.— Me talle los ojos.— La vi y no supe como reaccionar.
—Pues como un adulto, no vayas a andar tirándole reproches.— habló en forma de advertencia.— Lo que hizo que ustedes dos terminaran fue el hecho de andar suponiendo cosas y no dejar que les den explicaciones.
No dije nada, sabía que tenía razón. Si quería intentar solucionar las cosas con Angie, necesitaba ser tranquilo.
El plan que tenían los novios el día de hoy, era pasar un rato agradable en el jardín, era un buen momento para entablar una conversación con Angelica, así que quería verme lo suficientemente bien para que volviera a caer bajo mis encantos.
Me bañe y decidí ponerme una gorra que ella me había regalado, desde que terminamos solía usarla mucho, solo que en stream no solía hacerlo para que ella no lo viera, pero en este momento me urgía que ella supiera que aún la tenía presente en mi vida.
Me acerque a El Mariana y Aldo para platicar, pero realmente estaba buscando a Angie con la mirada, se encontraba con Ama, Ari y Molly, se veía demasiado hermosa, no podía quitarle los ojos de encima. Necesitaba que me notara, quería que cruzara su mirada conmigo para pedirle que habláramos un momento.
Aproveche que los chicos habían dicho algo gracioso para exagerar mi risa y funciono, pude observar por el rabillo del ojo como Angie volteaba a ver a dónde me encontraba, pero no supe como hacer que pareciera natural el cruce de nuestras miradas, así que no me gire a verla.
Observe que entraba a la casa, así que decidí que era el momento de seguirla y hablar lo que teníamos pendientes.
Me espere un par de minutos para que no se viera tan obvio que iba detrás de ella.
Al entrar comencé a buscarla y la encontré en el pasillo de las habitaciones hablando por teléfono, decidí esperar a que acabara su llamada y volteara a donde estaba yo.
El objetivo no era escuchar con quien estaba hablando, pero dado a que estábamos solos, era imposible no escuchar.
—Bueno, cuídalas mucho, por favor, te estoy encargando mi vida.— Escuche que dijo y después de una pausa se rio.
—Adiós Héctor, Buenas noches.
No puedo explicar que sentí en ese momento, pero era mucho peor que cuando vi aquellas fotos hace unos meses.
Creí que realmente todo había sido un mal entendido y habría una explicación, pero ahora me quedaba claro que Angelica había permitido que Héctor volviera a su vida.
Se giro a dónde estaba yo, habló lo que hizo que regresara a la realidad, una realidad dónde me sentía decepcionado.
—¿Cuánto tiempo llevas aquí, Alexis?.— Me miró con el ceño fruncido, no era su momento para estar molesta.
—¿Ni siquiera saludas?— fue lo único que pude ser capaz de decir, para no demostrar que había escuchado parte de su conversación.
—Pues imaginé que no querías que te hablara.—dijo y en mi mente paso la forma en la que me sentí cuando la volví a ver y como quería decirle cuanto la había extrañado.
—¿Por qué pensarías eso?— pregunté inocentemente pero en cambio ella se burlo.
—Tan solo cruzar tu mirada con la mía hizo que te fueras, saludaste a Ama y a Filis pero a mí no.
—Se me había olvidado algo.— No iba a admitir que me había puesto nervioso.
—Como digas.— Dijo y comenzó a caminar para dejarme ahí solo, así que la detuve.
—¿Cómo está Héctor?.— pregunté, instintivamente la acerque a mi, lo que hizo que Angie tuviera que voltearme a ver desde su estatura para encontrar nuestras miradas, podía sentir como mi corazón latía con fuerza por el nerviosismo de tenerla cerca, se sentir su piel después de mucho tiempo, de todas estas cosas que muero por decirle, le rogaba a dios que no escuchara el latir de mi corazón.
—Bien, ¿y Tina?.— preguntó, lo cual me confundió, ya la mayor parte de las personas en redes sabían y habían hecho tendencia el hecho de que ya mi amistad con Tina no existía.
—Bien, también.— fue lo que pude decir quería explicarle pero mi mente estaba pensando en porque hablaba con Héctor.
¿Realmente había regresado con él? ¿Le mintió a Ama al decirle que estaba soltera?
Nos quedamos mirando, sin ninguno poder moverse del lugar donde estábamos, nos mirábamos fijamente y ninguno desistía de agachar la mirada, necesitaba conocer el fondo de su alma. Pude observar que ella también me miraba, recorría mi cara con sus hermosos ojos y se detenía unos segundos en mis labios.
Yo también moría por besarla.
Sentía una emoción inexplicable, estuve a punto de romper la tensión que había entre nosotros robándole un beso y sosteniéndola entre mis brazos, cuando fuimos interrumpidos en este duelo de miradas.
—Quackity.— Escuché la voz de carre viniendo hacia a mi. internamente lo odié por interrumpirnos pero a su vez agradecí porque hizo que no cometiéramos un error.
—Ey, Carre.— dije y me abalancé sobre él, sin dirigirle una palabra y no voltear a verla.
Pensé que después de tanto tiempo Angélica no haría que mis piernas temblaran, pero no, sigo siendo débil ante ella.
Quería recupérala, ansiaba que volviéramos a lo de antes, o incluso mejores versiones de lo que un día fuimos juntos.
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NOCHES EN PARIS || QUACKITY
Teen FictionDespués de una ruptura amorosa, Angelica se va de viaje a Paris con sus mejores amigas. En una noche de fiesta conoce a un chico que le mueve los sentimientos que ella juraba encerrar por siempre en lo más profundo de su corazón. Ya que ella pensab...