BODA

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Hoy era el gran día.

Después de varios meses planeando nuestra boda, al fin hoy era el día en el que prometía ante Dios, familia y amigos que Alexis y yo nos convertiríamos en uno solo. Que a partir de hoy, 22 de mayo seríamos una familia.

Nuestra idea principal era casarnos en París, pero dado a que personas importantes para nosotros no podían ausentarse por trabajo u otras razones optamos por casarnos en México, específicamente en Bacalar, Quintana Roo.

Actualmente me encontraba con mi hermana y mis amigas en la habitación de Hotel, nos estábamos arreglando y ellas intentaban que yo no estuviera nerviosa o estresada. Chismeábamos sobre como algunas personas habían traído pareja, o como alguien vino en plan soltero.

Mariana estaba toda ansiosa porque Osvaldo había venido solo, hace mucho lo que tenían se termino porque Mariana creía que Osvaldo era demasiado coqueto y no creía que tuviera intenciones formales con ella, así que simplemente se alejaron y cada quien tuvo una relación con diferentes personas, Mariana termino a medio año con el chico, pero Osvaldo había ido a vivirse junto con su novia por lo que Mariana había perdido las esperanzas de que algo volviera a pasar entre ellos. Pero el día anterior se había dado cuenta que había llegado solo, así que era el momento para confesarle que aún sentía algo por él.

Era momento de ponerme el vestido, así que les pedí a todas que se salieran, menos a mi hermana, no quería que nadie me viera hasta que pasara por el pasillo del altar.

Saque mi vestido del closet donde lo tenía resguardado para que nadie lo viera antes, era un vestido largo, con corseé de transparencias y flores de encaje, parecía una enredadera de florecitas, las mangas eran flores que caían sobre mis hombros. Pero lo que más me gustaba de el, era la abertura de lado izquierdo de la falda, que hacía que pudiera lucir mi pierna.

Era un vestido que no usaría, no porque no me gustara, si no porque no tenía la seguridad para hacerlo, pero esta vez quise atreverme, solía ser una persona que se vestía sutilmente para no resaltar, para que se fijaran en otras cosas en lugar de mi cuerpo, pero hoy quería ser la protagonista, quería dar a entender que de ahora en adelante siempre seré valiente y siempre tendré la confianza de ser yo misma siempre que este con Alexis, porque eso es lo que siempre me ha dado, a parte de su amor. 

Tenía el cabello corto, por encima de los hombros así que mi peinado fue sencillo pero lindo, unas pequeñas ondas y una trenza decorada con pequeñas flores.

—Si mamá te viera, estaría muy orgullosa de ti.— Habló mi hermana, lo que hizo que saliera de mis pensamientos.— Yo se que siempre lo estuvo, así como yo.

Abrace fuertemente a mi hermana, intentando no llorar para no arruinar mi maquillaje o que los ojos no se me hincharan.

—Yo también estoy orgullosa de ti, Anita.— Me separe de ella y la mire a los ojos.— Siempre estaremos juntas, no importa que yo me vaya a Los Ángeles y tú a Italia, háblame y tomare el primer vuelo para ir corriendo hacía a ti.

Se rio.

—Quiero que seas muy feliz Angie, el Quackity te hace feliz, tienes un brillo en tus ojos que hace que quiera tener un amor así, tan sincero, como aparece en las películas.

—Lo encontraras, probablemente será complicado, pero habrá alguien que te haga sentir segura, que no importa en que parte del mundo estés, siempre estará pensando en ti y serás su segunda prioridad, porque la número uno siempre debe ser tu persona. Es lo que me ha enseñado Alexis, que primero debo ser yo y después todo lo demás.

Íbamos a continuar hablando, pero fuimos interrumpidas por la Wedding Planner, así que mi hermana salió.

La Wedding Planner nos preguntó si no queríamos un primer encuentro entre nosotros en privado, y ambos dijimos que no, queríamos vernos por primera vez al momento en que nuestra vida iba a cambiar.

NOCHES EN PARIS || QUACKITYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora