Habían pasado semanas desde que vi Alexis.
Ese día que hablamos y prometimos hacerlo funcionar, pasamos la tarde con sus amigos y más noche mis amigas y yo tuvimos que irnos porque tenia que trabajar al día siguiente.
Alexis, se había quedado en Monterrey ya que el tomaría un vuelo desde ahí hasta Los Ángeles, además que tenía un evento en las vegas y se iría junto con sus amigos.
Después de eso, no pude asistir a la fiesta de Halloween a la que Ama nos había invitado, por cuestiones de trabajo y Alexis tampoco pudo asistir, por lo que eso no me afligía tanto.
Pero ahora que el no había estado haciendo directos veía los de Ama, desde que la conocí había estado hablando con ella y debía confesar que me caía demasiado bien.
En cuestión de las fotos y el rumor de que Tina era la nueva novia de Alexis se había calmado, ya que el se encontraba de viaje con Baghera y Cellbit no había desmentido nada.
Debía confesar que me hubiera gustado que lo hubiera negado, pero sabía que no lo hacía para desviar la atención hacia otro lado y que nadie me molestara a mi, una persona fuera de ese medio.
En este momento me encontraba viendo televisión, era fin de semana y había preferido quedarme en mi casa, solo existiendo.
Me encontraba tan tranquila hasta que sonó el timbre de mi casa y tuve que ir a ver quien se atrevía a molestarme.
Abrí la puerta y se encontraba la última persona que esperaba ver.
-¿Mamá?.- pregunté sorprendida.
Mi mamá era una persona demasiado mayor, por lo que me sorprendía verla aquí, en mi casa.
Ella vive casi a 18 horas en coche de distancia, ella no tenía auto y la única persona que pudo haber manejado es mi hermana menor, pero en estos momentos se encontraba de fiesta, lo sabía porque acababa de ver un video en su Instagram.
-Ángela.- sonrió mi madre y me abrazó.
-¿Qué haces aquí?.- pregunté abrazándola también.- ¿Cómo llegaste?
-En avión, hija.- hablo mientras entraba a mi casa y yo me disponía a cerrar la puerta hasta que me interrumpió.- Espera, alguien más viene conmigo.
-¿Quién?.- pregunté pero mi respuesta apareció en el umbral de mi puerta, Hector.
-Mi querido yerno.- dijo contenta mi mamá.- quería sorprenderte, así que lo llamé y le pedí que me fuera a recoger al aeropuerto.
Héctor le sonrió y dejó las maletas que hasta ese momento me había dado cuenta que venía cargando.
-Mamá.- estaba dispuesta a contarle a mi madre que hace tiempo había terminado con Héctor, pero fui interrumpida por el.
-Cariño.- dijo y levante una ceja en señal de interrogación.- ven acompáñame.- propuso mientras me tendía la mano.
Ignore su gesto y comencé a caminar hacia la calle seguida de él para que mi mamá comenzara a alojarse en la habitación de invitados.
-¿Por qué no me dijiste?.- pregunté una vez nos encontrábamos a una distancia en la que mi mamá no escuchara.
-Tan siquiera contestaras mis llamadas o me desbloquearas.- dijo, bufé tenía un punto.- además sabes que tu mamá es demasiado terca y si no se hace como ella quiere estoy muerto.
Me reí, tenía razón, mi mamá era demasiado necia con lo quería y si cambiabas sus planes te puede ir muy mal.
-Además.- continuo hablando.- creí que ya le habías dicho que ya no estábamos juntos.
-No.- me quedé mirando a la nada.- no había tenido oportunidad.
-Si, pero si no te detengo se lo ibas a decir impulsivamente.- hablo en tono de regaño.
-Lo se.- dije resignada.
Mi madre tenía problemas del corazón, a inicios de año la habían operado y el doctor nos había comentado que no debía tener emociones fuertes o sorpresivas, ya que en cualquiera de estos casos mi madre podría recibir un ataque al corazón.
Por eso había evitado contarle sobre mi ruptura con Héctor, al menos por teléfono.
Desde la muerte de mi padre, Héctor había tomado el rol del "hombre de la casa", aparte de ayudarme a mi con ciertas cosas, siempre estaba pendiente de mi mamá y de mi hermana, a tal punto de pedir días de vacaciones para cuidar de mi madre en el hospital mientras estuvo internada.
Mi mamá lo quería mucho, como otro hijo. Por lo cual sabía que sería muy doloroso para ella el decirle todo lo que me había hecho y era causarle una gran decepción, por lo cual había omitido el decirle que Héctor ya no formaría parte de nuestras vidas, o por lo menos de la mía.
-Si quieres.- habló él acercándose a mi.- podemos hacerle creer que seguimos juntos, solo por el tiempo que se quedara.
Me quede pensando, sabía claramente que era muy mala idea, pero me sentiría mal si por mi culpa mi madre se pusiera grave.
-De acuerdo.- asentí lentamente aún dudosa, pero pude ver como el rostro de Héctor se torno alegre.- Pero no malinterpretes.- advertí señalándolo.
-No, yo se que todo acabó.- hizo una mueca de decepción.- Pero eso no significa que quiera ver mal a la tu mamá.
-Esta bien, vámonos.- comencé a dirigirme a mi casa pero me vi interrumpida por él.-¿Qué pasó?
-Quiero que despues hablemos, sobre nosotros.- dijo con un poco de esperanza.
-Ya veremos Hector.- regrese a mi casa.
[...]
Habían pasado varios días desde que mi mamá había llegado a mi casa.
No había podido sacar el tema de mi ruptura, solo en ocasiones preguntaba el porqué Héctor no comía con nosotras y yo lo excusaba con que había mucho trabajo.
A excepción de hoy, que directamente lo invitó a cenar con nosotras en modo de "sorpresa", ya que no habíamos tenido tiempo de "calidad" como pareja.
Llegue a casa y el ya se encontraba ahí, mi mamá puso el pretexto de que le faltaban ciertas cosas para la cena, así que nos mandó al súper a buscarlas, ya que era muy noche para que yo fuera sola y porque como iba a dejar que un invitado fuera a comprar la cena.
Todo fue demasiado rápido, al llegar al súper no dejé que Héctor me acompañara, así que fui sola y el se quedó esperando en el estacionamiento, todo mientras vivíamos en silenciosa incómodos o intentos fallidos de parte de él por intentar hacer conversación.
-Ya llegamos.- grité una vez que abrí la puerta de mi casa.
-Que bueno hija.- habló mi madre desde la cocina.- Por cierto.- hizo una pausa y se asomó por la puerta.- Vino un muchacho a buscarte.
-¿Un muchacho?.- pregunté confundida ya que las únicas personas que solían venir a verme eran mis amigas.
-Si, creo que dijo que se llamaba Alejandro.- y ahí entendí de quién se trataba.
-¿Alexis?.- pregunté y ella asintió.- ¿Qué le dijiste?
-Que habías ido con tu novio al súper.- sentí como mi corazón se detuvo.- dijo que cuando llegaras le hablaras.
-¿hace cuando tiempo que se fue?.- pregunté un poco acelerada.
-Mmmm, ¿10 minutos?.
Agarre mi cartera y mi celular, salí corriendo de casa creyendo que alcanzaría a Alexis mientras lo llamaba por teléfono con la esperanza de que me contestara.
Solo le imploraba a Dios de darme la oportunidad de explicarle todo y que me pudiera comprender.
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NOCHES EN PARIS || QUACKITY
Novela JuvenilDespués de una ruptura amorosa, Angelica se va de viaje a Paris con sus mejores amigas. En una noche de fiesta conoce a un chico que le mueve los sentimientos que ella juraba encerrar por siempre en lo más profundo de su corazón. Ya que ella pensab...