Ultimo dia en Los Ángeles

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A la mañana siguiente me desperté muy temprano, Alexis seguía dormido y decidí bañarme antes de despertarlo para pedirle que me llevara a mi hotel.

Al salir del baño noté que ya no se encontraba acostado por lo que decidí buscarlo en la sala y para mi sorpresa se encontraba en la cocina haciendo algo de comer.

-Buenos días.- dije con una sonrisa mientras lo abrazaba por detrás.
-Buenos días, Ángel.- dijo sin despegar la vista del sartén.
-Estás demasiado concentrado.- señale.
-La verdad es que no soy un buen cocinero y no quiero que se me vaya a quemar.- dijo serio lo cual hizo que me riera un poco de él.
-¿Que cocinas?.- pregunté mientras echaba un vistazo rápido.
-Hago huevito con jamón.- dijo en tono orgulloso.- sera el mejor que probaras en tu vida.
-Estoy segura que si.- reí y lo ayude a poner la mesa.
-¿A que hora es tu cita?.- pregunto mientras dejaba dos platos sobre la mesa.
-En unas dos horas.- conteste mientras daba un bocado.- te quedó muy rico.- le sonreí.
-Que bueno que te gustó.- me regresó la sonrisa.- Si quieres te llevo al hotel y también te llevo a la cita.
-Me encantaría Alexis.- le sonreí y le tome la mano que se encontraba desocupada.- pero tengo que ponerme de acuerdo con Héctor sobre lo que hablaremos y también para llegar juntos.- hice una mueca de lastima.
-Lo entiendo.- suspiro y siguió comiendo.
-Pero terminando puedes pasar por mi y vamos a dar una vuelta por ahí.- le dije y su mirada se iluminó.
-Estaría genial y podemos pasar la noche aquí y...- tuve que interrumpirlo.
-Pato.- apreté su mano para llamar su atención.- En la noche regreso a México.
La cara de ilusión que tenía cambio a una de tristeza, lo que hizo que mi corazón se estrujara.

Continuamos desayunando sin decir una sola palabra, mi estómago se sentía revuelto y no sabía que decirle.

El camino al hotel fue silencioso, lentamente me atreví a tomar su mano derecha que se encontraba sobre la palanca de cambios con temor a que la quitara pero no fue así, al contrario tomo mi mano haciendo que nuestros dedos se entrelazaran.

Ahí supe que Alexis no estaba molesto conmigo pero si estaba triste al saber que el tiempo que estábamos juntos era contado.

Llegamos a la entrada del hotel sin decir una palabra, me giré hacia el para despedirme y no me volteaba a ver.

-Alexis.- lo llame.- ey, mírame.
-Se que puedo sonar muy infantil o ingenuo.- hizo una pausa y me volteo a ver.- pero realmente no quisiera separarme de ti.
-Yo tampoco Alexis.- tome sus manos.- me encanta pasar tiempo contigo, me encuentro en paz a tu lado.
-Me gustas Angélica.- pude notar en su cara una expresión de desesperación, como con la intención de decir algo más pero no se atrevía.
-Y tú me gustas a mi Alexis.- dije acercándole a él.

Nos estábamos acercando para romper la distancia entre nosotros pero fuimos interrumpidos por el claxon de un taxi el cual iba a dejar a un huésped.
Le di un casto beso a Alexis y le prometí que llamaría tan pronto saliera de mi reunión.

Rápidamente corrí a mi habitación, ya casi era la hora y yo aún necesitaba ponerme presentable para ir a la cita con el cliente.

Al abrir la puerta pude visualizar a Héctor sentado en el borde de una de las camas, entre a la habitación, tome mi maleta para adentrarme en el baño y cambiarme ahí mismo.

-¿Con quien estabas?.- escuche hablar a Héctor detrás de la puerta del baño. Decidí ignorarlo.
-Angélica, ¿donde dormiste?.- insistió.- Estuve a punto de llamar a tus padres pero en ese momento mandaste un mensaje.
-Siempre he viajado sola.- respondí mientras me cambiaba la ropa y me maquillaba aún sin abrir la puerta.- Y cuando estábamos juntos nunca te preocupaste si dormía o no en el hotel.
-Porque me platicabas todo.- respondió.
-Y fue mi mayor error.- respondí con un tono molesto.- mientras yo te daba santo y seña de todo lo que hacía, yo creí en ti y nunca te cuestioné lo que hacías en tus viajes de "negocios".- pronuncié la última palabra en tono sarcástico.
-Nunca te pedí que no lo hicieras.- se defendió.
-No, pero yo confiaba en ti.- abrí la puerta del baño para enfrentarlo.- creí que me amabas como yo lo hacía.- le apunté con mi dedo índice a su pecho.- pero fuiste capaz de engañarme con la de mercadotecnia por casi 6 meses.

Intente no llorar, no quería demostrarle que aún me sentía vulnerable ante su presencia y a todo lo que él había hecho, así que rápidamente tome mi bolsa, mi laptop y salí de la habitación seguida por el.

Llegamos al ascensor y ninguno de los dos volvió a retomar el tema, al subir al taxi y hasta que nos recibieron en nuestra cita hablamos sobre de lo que trataría la reunión con el cliente.

Una vez terminada la reunión que en definitivamente fue exitosa, le mande un mensaje con la ubicación a Alexis diciéndole que podia pasar por mi.

Llegando a recepción Héctor me indicó que iría al baño, pero si Alexis llegaba antes yo me iría sin importarme si se quedaba o no.

Unos 5 minutos después mi celular vibró indicando un mensaje de Alexis diciendo que ya estaba por llegar. Me levante de mi asiento y camine a la entrada para subirme rápidamente al auto.

Estaba buscándolo cuando en eso recibí un jalón en mi brazo izquierdo, al voltearme a ver quien era me sorprendí en ver a Héctor.

-¿A donde vas?- preguntó
-suéltame, me lastimas.- dije intentado zafarme de su agarre.
-Vayamos a comer juntos.- dijo aflojando un poco su agarre pero sin soltarme completamente.
-Ya tengo una cita.- dije mirándolo fijamente.
-¿Con ese tal Alexis?.- frunció el ceño.
-Eso a ti no te interesa.- dije un poco más enojada.
-Cancela lo que tengas, vienes conmigo.- dijo intentando haciendo que lo siguiera.
-Héctor, detente.- dije firmemente.- no tengo nada que hablar contigo.

Héctor volteo a mirarme y puso sus manos sobre mis hombros.

-Yo si.- dijo acercando su cara a la mía, intente hacerme hacia atrás pero su fuerza me lo impidió.- Angélica, quiero arreglar las cosas contigo.

Héctor rompió la distancia que quedaba entre nosotros. Yo intentaba quitarme pero no podía, ni siquiera intente abrir los labios pero el con insistencia intentaba introducir su lengua en mi boca.

Estaba segura de que si alguien nos viera pensaría que nos estábamos besando apasionadamente pero realmente quería que alguien me ayudara en este momento.

-¿Angélica?.- escuche a alguien llamarme, en un momento agradecí la interrupción pero por el otro sentí temor al darme cuenta que esa voz era de Alexis.

NOCHES EN PARIS || QUACKITYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora