Mis amigas y yo decidimos ir a un antro para conocer la vida nocturna de Paris, ya que las tres íbamos "entonadas" no fue difícil para nosotras comenzar a bailar en el centro de la pista.
No es que quiera creerme mucho, pero estaba segura de que robábamos una que otra mirada tanto de parisinos como de extranjeros en el lugar.
Pero había una mirada que sentía que no dejaba de observarme y era la misma que había encontrado horas antes en el hotel.
Se que no era alguien quien estuviera intentando acosarme porque cuando nos encontrábamos en el bar del hotel pude ver cómo el chico misterioso se había ido antes con sus amigos y tiempo después yo me retiré.
Así que fue pura casualidad o quizá cosa del destino que nos volviéramos a encontrar aquí y ahora.
Era nuestra quinta ronda de bebidas y nos encontrábamos bailando juntas en el centro de la pista, eso hasta que mis amigas fueron acaparadas por algún chico y yo decidí ir a la barra por otra bebida.
Después de ser atendida por el bartender comencé a bailar ahí en mi lugar hasta que comencé a sentir como alguien comenzaba a situarse de manera lenta a mi lado y bailaba a ritmo lento conmigo.
No se si era el alcohol o era la aventura de estar en un país diferente junto a un desconocido pero me dejé llevar y comencé a bailar o a bailarle.
Sentí como poco a poco posicionaba ambas manos a lado de mi cintura y yo conscientemente acercaba mi trasero a su pelvis.
Comencé a girar mi cabeza intentando buscar su rostro, mínimo quería saber cómo lucia el tipo que estaba haciendo que sintiera esta electricidad ya se por culpa del alcohol o de él.
Después de girar un poco pude darme cuenta que era el tipo que antes había visto en el hotel, debo confesar que desde que sentí su mirada algo había recorrido todo mi cuerpo, pero al saber que el voluntariamente se acercó a mi, me hace sentir especial y deseada.
Continuamos bailando un rato, entre arrimones, abrazos, uno que otro beso de su parte en mi cuello, hasta que me gire frente a él y posé ambos brazos alrededor de su cuello.
El alzó su ceja derecha como invitándome a que hiciera algo, claramente quería besarlo pero yo no sería quien rompiera la poca distancia que aún quedaba entre nosotros.
Continué bailando mientras intencionalmente me acercaba a él para que el creyera que lo besaría pero me alejaba antes de que así fuera, el hacia su cabeza hacía atrás y se reía, debo confesar que su sonrisa me fascinó, cada vez que me la mostraba hacia qué mi corazón se acelerara.
En una ocasión se acercó a mi oído.
-Créeme, soy muy paciente, pero me estás tentando y no podré ser capaz de soportar más tiempo.- terminó de decir mientras mordió suavemente mi oreja izquierda.
-¿Y que harás?.- pregunté en un tono seductor mientras me acerque peligrosamente a sus labios y miraba sus ojos en señal de que lo estaba retando.
-¿Estás segura, preciosa?.- me sonrió y yo solo asentí.
En eso me beso y no supe cuánto tiempo pasó entre ese baile desesperado entre nuestras bocas, parecía que ya se conocían y tenían mucho tiempo buscándose.
Sabía que no estaba tan borracha porque aún cuidaba en no perder la compostura en un lugar público, pero a pesar de que podía sentir el calor de sus manos sobre mi cintura hacía que quisiera que recorrieran todo mi cuerpo.
Mientras tanto mis manos recorrían su cuello y su nuca, mis dedos en ocasiones jalaban un poco de su cabello, por lo tanto el soltaba un otro quejido o gemido, no sabría decir que era, pero era realmente excitante.
Llegó un momento en que ambos tuvimos que separarnos para tomar un poco de aire, pude observarlo y vi como sus labios estaban hinchados y llenos de labial color carmesí, inconscientemente sonreí y el me sonrió de vuelta, pude darme cuenta con tan solo mirarlo que también era la primera vez que se besaba con alguien desconocida en una noche de fiesta.
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NOCHES EN PARIS || QUACKITY
Novela JuvenilDespués de una ruptura amorosa, Angelica se va de viaje a Paris con sus mejores amigas. En una noche de fiesta conoce a un chico que le mueve los sentimientos que ella juraba encerrar por siempre en lo más profundo de su corazón. Ya que ella pensab...