PLANETA UUHJ40/075
LOCALIZACIÓN: BARCELONA
0637 HORA LOCAL
Sol ha vuelto a salir por el horizonte y sigo sin noticias de Keeks.
Estoy preocupada.
He pasado todas las horas de umbra dando vueltas por la zona de influencia de la nave. El Parc de la Ciutadella, según reza la señalización del lugar, parece cerrar su perímetro durante las horas nocturnas, pero su seguridad es fácilmente franqueable. No creo que Keeks hubiera tenido ningún problema en atravesarlo en caso de que hubiera vuelto durante la noche.
Viendo que mi acompañante sigue sin dar señales y su localizador sigue desactivado, he decidido aventurarme yo misma más allá de la valla en su busca.
Me aterroriza alejarme más allá de la zona que los sensores de la nave pueden controlar. Nunca me he aventurado en territorio hostil con Keeks, y mucho menos sola. Yo soy tripulación científica, no exploradora; para eso está ella, para que nosotros no tengamos que correr riesgos. Pero estoy preocupada, temerosa de que le haya pasado algo y, pese a los protocolos estipulados para estos casos, no puedo dejarla a su suerte. Me niego.
Uno de los parámetros más importantes estipulados por La Comisión para estas expediciones es bien claro: En ningún caso puede el oficial científico abandonar el área de influencia de la nave. No hay excepciones, ni siquiera si tu acompañante está en apuros. Si se quebranta esta norma, te expones a que te retiren la licencia de viaje, cualquier experimento en el que estés trabajando queda inmediatamente bloqueado y te expulsan del gremio. Por no hablar de que, si no regresas a tiempo, y para evitar que la nave quede expuesta, se activa el protocolo de emergencia y ésta regresa a casa en piloto automático.
A eso me estoy arriesgando al abandonar mi puesto; a quedarme atrapada en este planeta extraño y rudimentario, en un ambiente hostil y desconocido, con un color de cabello que no pasa desapercibido.
Pero no puedo dejar sola a Keeks. Puede que empezara siendo un experimento, una petición de La Comisión de desarrollar un ente capaz de adaptarse a diferentes mundos e infiltrarse para estudiar a sus gentes. La soldado perfecta, capaz de mimetizarse con la especie dominante copiando hasta la última molécula, pero con la inteligencia y capacidades físicas aumentadas. Pero KEEK5/C ya hacía tiempo que había dejado de ser algo salido de mi laboratorio. Llevábamos ya muchas galaxias recorridas juntas y, con el tiempo y las aventuras que habíamos compartido, nuestra relación había evolucionado. Ya no éramos creadora y creación. Éramos familia. Algo con lo que La Comisión y sus reglas no habían contado.
Y a la familia no se la abandona.
0817 HORA LOCAL
Reconozco que me ha costado empezar a caminar. Mis extremidades humanas, por alguna razón que desconozco, no querían reaccionar. Supongo que mi mente no está suficientemente adaptada al cuerpo ajeno.
O, tal vez, es eso que los humanos llaman miedo.
Al final, cuando tienes que replicar la imagen de una forma de vida diferente a la tuya, es imposible que el selector no te dote también con algunos rasgos emocionales de dicha especie.
El problema es que los humanos son emocionalmente muy complejos.
0826 HORA LOCAL
Nada más abandonar el perímetro interior del parque, me tropiezo con una baldosa levantada y casi me voy al suelo.
No hay señales de Keeks.
0836 HORA LOCAL
La zona de paso de humanos está ocupada por material de construcción y me veo obligada a bajar al espacio de circulación de vehículos.
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Sin noticias de Keeks
Science FictionVioleta no sabe que la llegada de una nave espacial, que acaba de aterrizar en el parque de La Ciutadella en Barcelona, está a punto de cambiar su vida. Las dos tripulantes de la nave se preparan para empezar la misión. Rus, la científica designada...