17. E.T.

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...

...

-Vio, ¿sigues conmigo?

Creo que mi cerebro ha desconectado de nuevo. Es algo que lleva pasando desde que Kiki ha abierto la puerta de la nave (¡DE LA NAVE!) y ya no sé si es porque realmente me he dado un golpe en la cabeza o porque intentar procesar todo lo que está pasando es demasiado y colapsa.

Chiara me mira preocupada y extiende una mano para acariciarme la mejilla. Siento la calidez de sus dedos moviéndose lentamente sobre mi piel, buscando llamar mi atención con una delicadeza como nunca antes lo habían hecho.

Se siente tan real...

Sus manos, su cuerpo, sus ojos verdes mirándome con una comprensión sin límites..., todo es tan humano. ¿Cómo es posible que no lo sea? Quiero entenderlo, quiero saber por qué la única persona con la que me he sentido viva en mucho tiempo ni siquiera es una persona de verdad. Por una parte me siento estúpida, porque Chiara no ha parado de dejar caer pequeñas pistas, pequeños detalles, cosas que tal vez se le escapaban sin querer y daban pie a pensar que no era alguien corriente pero..., ¿quién en su sano juicio podía a llegar a pensar en que era pariente de E.T.?

-Cuando dijiste que lo nuestro era más como una peli de ciencia ficción, no pensé que fuera tan literal.

Ella se ríe ligeramente, pero puedo notar lo tensa que está desde que nos hemos quedado solas.

-Mientras para ti no se haya convertido en una de terror...

-Tengo miedo, pero no de ti. -Le confieso.

-¿De Rus? Cuando se pone tan técnica con sus explicaciones puede ser terrorífica.

-No, tampoco de ella. -Se me escapa una risita ante su intento de aligerar el ambiente. -Tengo miedo de la situación. Hasta hace unas horas, creía que podrías irte en cualquier momento, pero no me imaginaba que eso significaba que abandonarías el planeta, ¿sabes? Pensaba que, aunque estuvieras en la otra punta del mundo, si causaba el suficiente impacto en tu vida, podrías volver algún día. Pero, si vas a estar a seis galaxias de distancia, la cosa se complica.

-¿Te preocupa una relación a distancia y no tenerla con alguien que viene de otro planeta?

-No podías ser perfecta, amor.

Tengo un pequeño ataque de pánico al darme cuenta del término cariñoso que se me ha escapado y desvío la mirada hacia el suelo. Esto es demasiado. Hace dos días ni siquiera me planteaba tener una relación con algo que no fuera la música y ahora estoy llamando amor a una alienígena.

-¿Lo sería si encuentro la manera de quedarme?

-¿Podrías?

Mis ojos vuelven a buscar los suyos, sorprendida ante aquella pregunta que cargaba el peso de todas las cosas que no estaba diciendo. ¿Podría quedarse? ¿Sacrificaría sus viajes conociendo planetas más allá de nuestro sistema solar sólo por estar conmigo? ¿Por qué haría algo así por alguien que conoció ayer? Aunque Rus tenga razón en sus sospechas y haya algo que nos une, que nos hace sentirnos así, ¿no sería más fácil para ella, para las dos, buscar la manera de romper lo que sea que nos ata y seguir con su vida? ¿Se resignaría a una vida humana?

-De lo poco que le he entendido a Rus, ahora mismo eres prácticamente humana, ¿no? Quiero decir... ¿podrías serlo de forma indefinida? Si te pasa algo y hay que ir al hospital, ¿se darían cuenta?

-Al 99,999%. En ningún análisis actual en este planeta encontrarían anomalías. A efectos prácticos, soy completmente humana, física y emocionalmente, aunque con algunas mejoras.

-Entonces... ¿está todo en su sitio? -No sé ni por qué he preguntado eso, pero Chiara me mira con una sonrisa pícara, captando la intención de mis palabras incluso antes de que yo me diera cuenta de lo que significaban.

-Está todo donde debe estar. Este cuerpo es tan humano como el tuyo y reacciona como cualquier otro cuerpo humano a los estímulos que reciba.

-¿Estímulos como, por ejemplo, un beso?

-Por ejemplo.

Joder. No es el momento, Violeta. No vayas por ahí. No puedes ponerte ahora a pensar en quitarle la ropa a la mujer que tienes delante sólo para comprobar cuánto tienen de reales las reacciones de su cuerpo a tus caricias, aunque te mueras de ganas de explorar cada centímetro de su piel.

-Los sensores detectan una subida inusual de vuestra temperatura corporal. -Dice de repente la voz de Rus, inundando la sala donde estamos Chiara y yo. -Os he dejado a solas para que pudierais hablar, no para que pudierais lanzaros con los preliminares del acto sexual humano. Entiendo que, en vuestra situación, todo es más intenso, pero esperad al menos hasta que pueda realizar las lecturas.

-No estábamos... -Intento justificar.

-Yo misma os prepararé una sala para ello si es necesario. -Continúa Rus sin hacerme el menor caso. -Incluso puede ser una buena oportunidad para recopilar datos que no hemos tenido antes. Porque es la primera vez que sientes deseo sexual por alguien perteneciente a alguna de las especies que visitamos, ¿verdad, Keeks? ¿O eso también me lo has ocultado?

-¡Rus!

-Sólo he dicho que sería una gran oportunidad para el estudio. Ni que te hubiera pedido poder mirar.

Chiara está completamente roja. Al final iba en serio lo de que sus reacciones son totalmente humanas.

-Así que... ¿Tengo el honor de ser la primera?

-En muchas cosas, sí.

-¿El beso?

Kiki asiente con una sonrisa tímida.

-Pues quién lo diría.

-He estudiado mucho vuestra cultura. Me gusta prepararme de forma exhaustiva, así que no me pillaba completamente por sorpresa.

-¿Y qué más has estudiado al respecto?

-Me he documentado sobre todos los aspectos importantes de las relaciones interpersonales entre humanos.

-¿Y eres buena estudiante?

-La mejor. –Contesta con una sonrisa socarrona mientras sus brazos rodean mi cintura. -Es parte de mi misión.

-¿Y esa misión incluye poner en práctica lo que estudias?

-A veces.

A cada pregunta, la distancia entre las dos se ha ido acortando y ya casi puedo sentir su aliento sobre mis labios. Estamos a un par de palabras más de repetir lo de hace un rato, pero esta vez sin secretos entre nosotras.

-¡BASTA!

La voz de Rus vuelve a interrumpir. Puedo notar perfectamente el tono exasperado de su voz incluso sin verle la cara y tengo que reprimir una carcajada.

-Voy a activar el selector. –Continúa. –Es la única forma de tener una lectura rápida a nivel molecular. Pero necesito QUE DEJÉIS DE TOCAROS.

-Habrá que hacerle caso a la científica loca, ¿no?

Kiki se ríe y me da un beso tan rápido que apenas tengo tiempo de procesar, tras el cual, sin muchas ganas, deshace el abrazo en el que estábamos enredadas y da un par de pasos hacia atrás, poniendo de nuevo distancia.

-A tus órdenes, madre.

-Sabes que odio que me llames así.

Se escucha un gruñido por el altavoz, tras el cual se hace el silencio.

Entonces, una intensa luz azul inunda toda la sala.

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Ella, que se aplica en sus estudios jajaja

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Sin noticias de KeeksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora