No puede ser.
No.
Tenía todo calculado al milímetro. Nada debía salirse de los parámetros del experimento. El proyecto era perfecto, el código base inquebrantable, y nada debía ser capaz de alterarlo.
Pero tal vez, sólo tal vez, no había tenido en cuenta en su momento que el material genético original que decidí usar para K33K5 no era tan perfecto. Tal vez, el haber incumplido las normas, aunque haya sido sólo en una ocasión, me está pasando ahora factura.
¿Quién me mandaría a mí usar algo a lo que se supone que no debería tener acceso?
Lo que más me sorprende de todo esto es que Keeks haya decidido ocultar durante tanto tiempo lo que estaba pasando. ¿Cómo podía haber omitido información tan importante? ¿No confía en mí? Si me lo hubiera dicho desde el principio podría haber hecho algo, podría haberlo arreglado, revertir lo que sea que aquel ritual activó en su código base. El experimento podría seguir su curso sin verse afectado por ningún factor externo. Keeks seguiría siendo perfecta, seguiría siendo...
¿Seguiría siendo ella?
El experimento se basaba en que K33K5 fuera alguien diferente en cada lugar que visitábamos. Que fuera una más, no una extraña. Para eso debía empezar de cero en cada sitio, ser un lienzo en blanco. Su código genético base debía adaptarse a las especificaciones de la especie dominante del planeta hasta el mínimo detalle, sin influencias externas. Por eso mismo, cada vez que concluíamos una misión, el selector debía asimilar toda la información adquirida por Keeks, procesarla y borrarla. El espécimen debía recordar sólo las instrucciones e interacciones con su creadora para no interferir con el aprendizaje previo a la siguiente incursión.
Nuestra especie puede adaptar la apariencia externa, pero nunca vamos a poder construirnos de cero, pensar como aquellos que imitamos. Ni siquiera el material genético en bruto que utilicé de base podía hacerlo. Pero podía hacer otras cosas... Cosas que se habían depurado y perdido con el tiempo, y que no tuve en cuenta a la hora de analizar los riesgos que podrían suponer el utilizar algo que se había guardado herméticamente durante mucho tiempo.
Si estoy en lo cierto y el ritual en Fej activó ciertas características de nuestro código genético que La Comisión había depurado por ser, según ellos, peligrosas, la situación será más complicada que no el simple hecho de habernos saltado algunos pasos del protocolo.
Pero para estar segura, necesito más datos. Necesito volver a la nave y analizar el código base de Keeks y compararlo con los últimos datos del selector, ver qué ha cambiado exactamente. Debería haber implementado un control de este tipo desde el principio, comparar cómo afectaba cada cambio a su genética y ver si le afectaba de alguna manera, pero el pensar que mi creación era perfecta me ha llevado a lo que puede ser el mayor error de mi vida.
Tal vez Keeks sí es perfecta. Tal vez, que haya evolucionado fuera de mi control y se haya convertido en algo más allá de lo que imaginé, es lo que la hace extraordinaria, lo que la hace ella, pero en el lugar de donde vengo, lo extraordinario y fuera de lo común, lo que se sale de las reglas, está considerado una amenaza.
Mis pensamientos se ven interrumpidos por la puerta abriéndose y dejando paso a un humano desconocido. Me comunica que se llama Juanjo, que es la pareja de Martin, y que viene a dejar el móvil nuevo que Violeta le ha pedido para su amiga. Me quedo mirándolo fijamente porque creo que sólo he entendido la mitad de lo que ha dicho.
-¿Para qué necesita Keeks ese dispositivo? –Le pregunto, olvidándome por completo de usar el nombre ficticio de mi compañera.
-Yo que sé. –Me contesta con tono seco. –Martin sólo me ha dicho que Chiara estaba incomunicada y que Vio le quería regalar el móvil por haberla ayudado ayer.
-Se acaban de conocer, pero Violeta parece muy apegada a ella. ¿Es algo normal?
El humano deja la caja del dispositivo sobre la mesa y se lleva ambas manos a la cintura, intentando adoptar una pose intimidante.
-Mira, entiendo que debes estar preocupada por tu amiga, pero Vio es una gran persona, aunque le cueste abrirse con la gente. Chiara le salvó la vida ayer y parece que hubo chispa al instante, así que, aunque yo tampoco me fie de las intenciones de tu amiga, no voy a ser yo quien se meta en medio de lo que sea que tengan. –El chico hace ademán de ir hacia la puerta de nuevo para irse, pero antes de atravesarla vuelve a girarse hacia mí. –Excepto si le hace daño a Vio. Como yo me entere de que le hace lo más mínimo, tu amiga no va a tener planeta suficiente para correr.
Bueno, podemos salir fácilmente del planeta. No es una amenaza que me preocupe.
Lo que sí me preocupa es que la humana parezca tener el mismo nivel de conexión con Keeks que a la inversa. Me pregunto si el código genético de los humanos debe tener algún factor compatible con cierto rasgo del material base de Keeks y por ese motivo no se había activado hasta ahora.
Perfecto, ahora no sólo debo analizar los cambios en el código de mi experimento sino que, además, tendré que hacerlo también con el de la humana que ha propiciado ese cambio específicamente. El problema es que no puedo hacer el estudio pertinente aquí. Necesito a Keeks de vuelta en la nave, donde están todos mis instrumentos, pero también necesito a la otra mitad del problema.
Tomo aire profundamente y, al expulsarlo, la decisión está tomada.
Abro la caja del dispositivo que el humano ha dejado para Keeks. Es bastante rudimentario, aunque tiene lo suficiente como para poder usarlo como localizador e indicarle a mi compañera el camino de vuelta a la nave. Introduzco las coordenadas, pero acto seguido me doy cuenta de que no tendrá manera de saber que lo he hecho, así que debo buscar algo más visual para indicarle que mire el dispositivo y que, además, necesitaré que traiga a Violeta a la nave con ella. Por el simple hecho de hacerle esa petición, Keeks entenderá lo importante que es.
Busco por el habitáculo algún otro dispositivo o pantalla donde poder dejarle el mensaje, pero lo único que encuentro es fibra de madera comprimida, algo que, al parecer, los humanos usaban antiguamente para comunicarse, y que deben tener todavía como medida de emergencia por si sus dispositivos de comunicación fallan. Espero que no lo usen mucho hoy en día, ya que supondría un problema importante para sus bosques. Junto a la fibra de madera hay también un instrumento de escritura, similar a los que antes usábamos durante nuestra etapa de estudio infantil. Doy gracias de todavía recordar cómo sostenerlo y, por suerte, el selector ha programado este cuerpo con la capacidad de trasladar mis palabras a ese método rudimentario de comunicación.
Satisfecha con la nota, la dejo junto al dispositivo y emprendo el camino de regreso a la nave.
Si en el trayecto de vuelta me he olvidado de la guerra por el territorio existente entre Aigües de Barcelona y Gas Natural, por lo cual he acabado de nuevo en una zanja que no he visto venir, es algo que no admitiré nunca. Ya tengo suficiente con lo que se nos viene encima como para que yo le de más munición a Keeks para reírse de mí.
***
Perdón por tardar tanto en actualizar, pero entre el trabajo y todo lo que se viene de Chiara, no era capaz de concentrarme en escribir XD
¿¿Ya habéis reservado La Libreta Rosa??
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Sin noticias de Keeks
Fiksi IlmiahVioleta no sabe que la llegada de una nave espacial, que acaba de aterrizar en el parque de La Ciutadella en Barcelona, está a punto de cambiar su vida. Las dos tripulantes de la nave se preparan para empezar la misión. Rus, la científica designada...