Epílogo

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Soy mujer de palabra y cumplo mis promesas. 

Dije que si la historia llegaba a las 10k visitas, subiría epílogo, así que aquí lo tenéis. Disfrutadlo (y tened pañuelos cerca por si acaso).

Familia

Soy científica y eso no va a cambiar porque me haya saltado algunas normas y protocolos estos últimos meses, por lo que la curiosidad y las dotes de observación son cualidades que están fuertemente integradas en mi ser. También el hecho de ser poco sociable, pero eso está más relacionado con el llevar demasiado tiempo viajando por el Universo con una sola compañera de aventuras.

Ahora parece que no voy a tener ni eso.

De lejos, observo a Keeks moverse entre la gente que se ha reunido en aquella enorme sala de techos altos para celebrar lo que ellos llaman gala benéfica. Desde mi escondido rincón, alejada de la multitud, yo evito interactuar demasiado con la horda de humanos pavoneándose por la estancia como si estuvieran en plena temporada de apareamiento, pero ella parece desenvolverse como pez en el agua. Es comprensible, al fin y al cabo la integración total en las sociedades que visitamos era el objetivo primordial de nuestra misión. La imagen ante mí es sólo la confirmación de un trabajo bien hecho.

¿A quién quiero engañar? Sé que la gente la quiere por como es, no por como la creé.

Keeks ya no es mi proyecto, no es un simple experimento con el que pueda jugar a hacer y deshacer. Es una entidad propia, con sus alegrías y sus tristezas, con sus malas costumbres, sus ideas claras y una mente maravillosa. Ya no es mi creación. Ha evolucionado más allá de cualquier límite que yo pudiera imponer y se ha creado a sí misma.

No sé qué voy a hacer sin ella.

Sé que va a ser feliz. Lo veo en la forma en la que sonríe, en cómo su brazo rodea la cintura de Violeta y le deja un beso en la mejilla, como si fuera el gesto más natural del mundo. Lo veo en el brillo de sus ojos, que encandilan a todos aquellos que se cruzan con su mirada, y en su risa despreocupada. Tal vez me eche de menos, pero va a ser feliz y eso me hace feliz a mí también.

¿En qué momento he pasado de ser una científica racional, una mente pensante seria y centrada, a este manojo de sentimientos descontrolados?

Supongo que no me di cuenta de que yo también podía sentir de forma irracional hasta que la posibilidad de perderla se hizo real. Primero fue el perder su señal nada más llegar al planeta. Después el Bjan Tehn lo complicó todo, escalando la situación hasta el punto donde tuve que elegir entre seguir las normas y el trabajo de toda mi vida o la supervivencia de mi única familia. De pronto me encontré ideando un plan que le permitiera a Keeks volver a la Tierra y establecerse aquí sin que existiera el riesgo de La Comisión viniera a buscarla, pero para que el plan fuera efectivo, debía deshacerme del trabajo de toda una vida y desaparecer yo también.

Keeks se dio cuenta de que algo iba mal cuando su estructura celular dejó de mantener la forma adquirida el tiempo habitual. Eso aceleró mis planes y, a pesar de que debíamos haber parado en un par de planetas más antes para complicar aún más la trazabilidad de la nave, decidí que era hora de pasar a la siguiente fase. En cuanto aterrizamos en Kanthar, le expliqué mi idea de construir una nave nueva tomando sólo las partes indispensables de la anterior, como el selector, el motor de salto y los mapas estelares necesarios para volver sobre nuestros pasos. El resto de la nave, junto con toda la información recabada durante nuestro viaje, quedaría destruida.

Al menos, ella será feliz.

–¿Aburrida?

Una voz masculina pregunta a mi lado. Cuando me giro, Martin, el humano amigo de Violeta, me mira con una sonrisa. Es un humano interesante, de mente abierta y buenos modales. Nada más volver a pisar la Tierra, Keeks me pidió que contactara con él porque quería que la reunión con su humana fuera una sorpresa. Fue él quien nos informó de este evento y quien habló con la organizadora para poder organizar el pequeño secuestro de esta mañana. Martin le explicó a la tal Aida que Chiara era la misteriosa mujer del videoclip de Violeta y de inmediato se prestó a tener una reunión ayer por la tarde para vernos. En el momento en que aquella humana conoció a Keeks, y como viene siendo habitual en esta especie, cayó rendida ante los encantos de mi compañera y le faltó tiempo para organizar todo lo necesario para la mañana siguiente.

Sin noticias de KeeksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora