Capítulo 46

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Valeria caminó con cuidado, acercándose a White, que estaba allí parado... como esperando algo. Llegó hasta él y le acarició el hocico.
—Hola, muchacho —le dijo de manera tierna —¿Tú eres el que me estaba esperando?
White meneó la cabeza y resopló en respuesta. Ella sonrió y entonces divisó la nota que colgaba en el bozal del animal. La tomó sin dudarlo.

Para volver a ver a Yuri, tienes que subirte a White y dejar que te lleve...él sabe el camino. Mejor que vayas sola, puedo hacerle algo al bombón de novela si vienes acompañada.

Firma, Teddy.

Sonrió y se guardó la nota en el pequeño bolsillo que tenía su vestido de verano. Había encontrado entre sus cosas un fresco vestido blanco que en el borde tenía un mar de florcitas celestes y se lo puso esperando que a Yuri le gustara como le queda.
Se subió a White y el corcel blanco comenzó a andar apenas ella se acomodó. Valeria se sorprendió un poco, pero lo dejó andar tranquilo. Levantó la cabeza para mirar el cielo. Estaba completamente despejado y las estrellas parecían interminables. Era perfecto. Era una agradable noche de verano. No hacía calor,tampoco frío. No había viento, pero si una suave brisa que casi pasaba desapercibida.
Entonces White comenzó a andar más rápido y a adentrarse en el bosque. Valeria tomó las riendas e intentó detenerlo, pero el caballo no lo hizo. ¿Hacia dónde la estaba llevando? Comenzó a preocuparse. No le gustaba la oscuridad que había en aquel lugar. Y sabía que había un par de animales salvajes por allí. El corazón comenzó a latirle con nervios. Pero entonces recordó la carta... White sabía a dónde la estaba llevando. Solo tenía que confiar en él y en... ¿Teddy el asesino?
Sonrió y negó con la cabeza. Aquello si que había sido una gran ocurrencia.Romántica, pero a la vez divertida. Conocía una nueva faceta de Yuri. Al parecer se le daban bien las ideas... Pensó en las veces que Alexa pudo haber recibido ese tipo de atenciones. El estómago se le encogió de celos. No, Yuri ya no estaba más con ella, lo presentía.  

White empezó a andar más rápido y Valeria se aferró con él con fuerza. Al parecer se estaban acercando a su destino. El caballo salió de entre los árboles para meterse a lo que ella sin duda llamó: pequeña porción de paraíso.
Su boca se abrió sin poder creerlo. ¿Cómo era posible que casi se había olvidado de aquel lugar? White se detuvo y ella se bajó. El sonido de la cascada llegó a sus oídos y giró para apreciar el espectáculo que había frentea sus ojos. El pequeño lago estaba completamente iluminado por aquella enorme luna blanca, que parecía estar más cerca de ella de lo normal. Respiró profundamente y el suave olor a agua pura, noche calma y libertad le entró a los pulmones. Cerrando los ojos se dejó llevar por los sonidos de la naturaleza. Había tanta paz allí, se sentía tan bien. Pero entonces recordó que por allí tenía que estar su princesa. Abrió los ojos de golpe y miró a sus costados, buscándola.

—¿Buscas a alguien? —preguntó Yuri.
Valeria se sobresaltó un poco y giró rápidamente para encontrarla allí. Su corazón había sufrido un gran susto por su causa, pero aun así le sonrió.
—Me asustaste —le comentó. Yuri sonrió y se encogió de hombros.
—Lo siento, no quise hacerlo —aseguró.
Valeria miró a su alrededor una vez más y luego volvió la vista a ella. Se veía tan... hermosa. Y la luz de la luna jugaba con el brillo de sus bellos ojos.Llevaba puestos unos vaqueros desgastados y una de sus camisas sin mangas que siempre usa con algunos botones desabrochados, dejándole ver un poco de aquella bronceada piel. Quería tocarla... se mordió la mejilla por dentro de la boca.Tenía que controlarse un poco.
—¿Estás bien? —Quiso saber ella —Temía por tu vida... ese Teddy parece ser muy malo.
—Y lo es —asintió Yuri poniendo su mejor cara de preocupación. Se le estaba haciendo imposible concentrarse y seguir el juego al pie de la letra.Simplemente porque Valeria no podía verse más hermosa y encantadora. Solo quería besarla hasta que el dolieran los labios y no pudiera respirar —Está completamente loco. Cree que tú eres de el y me odia porque dice que nos vio...besándonos un par de veces — Valeria se sonrojó un poco —Yo intenté decirle que no era nada serio... — Valeria alzó las cejas —Por ahora... Además creo que está loco, porque de verdad hace mucho tiempo que está esperándote.
—¿Cómo? —preguntó ella.
Como quitándole importancia a la situación Yuri frunció el ceño y dio un paso hacia ella, quedando un poco más cerca. Levantó su mano y acomodó unos mechones de su largo cabello detrás de su oreja.
—Verás... compré ese oso un año después de que te fuiste. Como pensé que ibas a volver ese verano, creí que iba a gustarte. Pero no volviste así que Teddy estuvo encerrado en un viejo baúl hasta hoy...
Valeria sintió una presión en el pecho. Así que ese era el motivo por el cual Teddy estaba completamente loco.
—Lo siento —murmuró.
—No, nonono, no, mi amor —sonrió Yuri y la tomó del mentón —No te disculpes.Mejor tarde que nunca, ¿verdad?
Ella asintió levemente. Se mordió los labios para no sonreír como una imbécil a causa de que su corazón latía acelerado porque ella la llamaba 'amor'. Sonaba tan bien en sus labios.
Entonces se alejó de Yuri para caminar a su alrededor y seguir observando aquel maravilloso lugar. Yuri se acercó a White y le dio la orden de ir junto a Estrella y Apolo, pero volver por la mañana. El caballo se fue de allí,dejándolos completamente solas.
Giró para ver en donde estaba su princesa. Y allí estaba, miraba todo como si jamás hubiese visto algo igual. Se le llenó el corazón de amor por ella. Si,era amor... mucho amor.

Yuri al estar pensado en lo hermosa que era Valeria, flotando en sus pensamientos, no presto atención a lo que Valeria le había dicho. Al volver ala realidad quedo sorprendida al verla en el lago completamente desnuda. Su corazón comenzó a correr a mil por hora sin saber que hacer ni pensar.Miro la ropa de Valeria en el suelo para luego volver la vista hacia ella en el agua, su cabeza comenzó a imaginar miles de imágenes del cuerpo de Valeria desnuda. Yuri casi se olvida de lo que es respirar mientras la miraba totalmente quieta, en shock sin saber que hacer

Wild HorsesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora