Capítulo 52

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Ella terminó de sacar la última valija que le quedaba. Charlie, su chofer, la tomó y la metió en el baúl de la camioneta que iba a llevarla a ella y a Freyder a tomar el avión que salía dentro de dos horas de allí. Soltó un suspiro y miró hacia la casa que estaba detrás de ella. Su mejor amigo salía de allí con todos sus bolsos y cosas. Ella sonrió levemente y se acercó a para ayudarlo.

—¿Por qué te niegas a decirme que pasó?. —le preguntó él y la dejó ayudarlo.
—Ya te dije que no pasó nada, Freyder...
—Mentira. —sentenció él. —Llegaste llorando y te encerraste en tu cuarto a hacer las valijas.
—Es solo que las cosas no van a suceder como yo lo creí...
—¿La vas a dejar aquí?. —preguntó.
—No puedo obligarla a ir conmigo...Este es su lugar y la entiendo.
—Debería ir a patearle el trasero... —ella sonrió y llegaron hasta Charlie. El chofer terminó de acomodar las cosas. Byron salió de la casa con Omayra del brazo.
—¿Están listos?. —les preguntó.

Valeria respiró profundamente y asintió. Su padre se acercó a ella y le dio los pasajes y varias carpetas con negocios y esas cosas. El cielo relampagueó y ellos miraron hacia arriba. Ya comenzaba a lloviznar.

—Vámonos. —sugirió Charlie —Antes de que los caminos se llenen de lodo y lleguemos más tarde de lo que tenemos que llegar.

El chofer se subió al auto y prendió el mismo. Freyder se acercó a Omayra para abrazarla cariñosamente.

—Te voy a extrañar muchísimo, Omayra, eres un encanto de mujer. Y yo mismo me voy a encargar de mandar a hacerte el mejor vestido de novias del mundo...

Omayra sonrió con los ojos vidriosos.

—Muchas gracias, Freyder. Me alegro mucho de haberte conocido. Más te vale que estés aquí para la boda...
—¡No me la pierdo ni loca!. —exclamó y rieron por lo bajo. Se alejó de ella y abrazó a Byron.
—Cuida bien a mi princesa. —le indicó.
—Siempre, Ale, ¿con quién crees que estás hablando?. —preguntó divertido. Se despidió de ellos con la mano y se subió al coche.

Valeria se acercó a la pareja y les dedicó una pequeña sonrisa. Omayra miró a Byron y él también la miró a ella, para luego volver la mirada a su hija.

—Dale tiempo...—le dijo Omayra. —Está asustada.

Valeria apartó la mirada de ella y sintió que el nudo en su pecho se hacía más grande. En ese momento Yuri era lo que ella más necesitaba...Y ella simplemente la dejaba caer.

—Nos veremos en un par de meses, Omayra. —le sonrió y la miró. —Cuida mucho a mi papito lindo...Sé que lo dejo en un muy buenas manos.
—Claro que si. —dijo ella y se acercó a abrazarla.Valeria cerró los ojos y dejó que aquel abrazo la llenara. Omayra era una mujer que le trasmitía seguridad. —Ella te ama, Valeria, jamás dudes de eso. —le susurró al oído- —Pero solo teme no poder darte lo que ella cree que necesitas...
—Yo solo lo necesito a ella- —murmuró ella.
—Lo sé, lo sé- —asintió Omayra y le acarició el cabello.

Charlie tocó la bocina, avisándole a Valeria que se apresurara, ya que la lluvia comenzaba a caer con más fuerza. La chica se alejó de Omayra y abrazó a su padre.

—Te llamaré en cuanto apenas lleguemos. —le dijo.
—Está bien, mi cielo...No sabes cómo te agradezco que estés haciendo todo esto por mí. Te amo.
—Y yo a ti, papi. —asintió sonriendo.

Él besó su frente. En ese momento Yuri salió de la casa. Valeria le dedicó una pequeña sonrisa.

—Adiós, señorita Valeria. —le dijo Yuri. —Muchas gracias por todo lo que ha hecho por nosotros.
—Adiós, Yuri. —dijo ella con un nudo en lagarganta y unas inmensas ganas de llorar. Hubiese deseado despedirse de ella de otra forma. Suspiró y salió de debajo del pequeño techo que los resguardaba dela lluvia para acercarse a la camioneta. La lluvia empapó un poco su rostro y su cabello. Estaba por subir cuando escuchó el relinche de un caballo a lo lejos. Giró la cabeza hacia el sonido y allí los vio a ambos. Yuri y White la miraban desde la distancia.

—Estaré bien. —musitó ella, creyendo que ella por ahí podía leer sus labios. Pero en realidad no lo estaría. Claro que no.

Yuri vio como ella se subía al auto y cerraba lapuerta. La lluvia comenzó a caer con más fuerza, empapándolo aún más. White s movió algo nervioso, pero ella lo calmó. La camioneta arrancó y con ello la desesperación de Yuri. Ahí se iba de nuevo el amor de su vida. La dejaba. La veía alejarse, la perdía esa noche. No lo entendía...No entendía por qué simplemente no podía agarrar e irse con ella. No entendía por qué no podía mantenerla a su lado.

Golpeó a White a un costado y el caballo salió a toda velocidad por el medio de un camino de árboles que daba justo al costado del camino por el cual la camioneta iba pasando. Logró alcanzar la velocidad del vehículo. Pero no podía ver a Valeria, ya que los vidrios eran polarizados. Y entonces el auto aceleró, la lluvia se hizo más intensa. White se detuvo, ella y todas sus esperanzas desaparecieron bajo el temporal.

Otra vez se sentía como un niña de 13 años, al que le arrebataron una parte de su corazón. Entonces las primeras lágrimas cayeron por sus empapadas mejillas. La había perdido de nuevo, solo que ahora era todo su culpa.

Wild HorsesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora