Capítulo 20

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Y entonces alguien se asomó. Valeria dejó de caminar para mirarla bien. Ella también la miró fijo.

-No eres Troy -dijo la chica.
-No, soy Valeria -dijo ella.
-Oh, lo siento. Yo... no debería estar aquí -se disculpó y se dispuso a irse.
-¡Espera! -la detuvo la morena -¿Tú eres Lia?
La castaña asintió tímidamente. Freyder se acercó a Valeria y le sonrió a la muchacha.
-Así que tú eres la famosa Lia por la que el lindo rubiecito está herido y postrado en la cama.
-¡Freyder! -lo retó Valeria. Lia se sonrojó.
-Lo siento -se disculpó -Yo no quise que eso pasara.
Lia desapareció de allí. Valeria miró mal a Freyder y salió detrás de la chica para pedirle disculpas por su amigo. La divisó caminando hacia la parte delantera del gallinero.

-¡Espera, Lia! -la llamó. La castaña no se detuvo. Pero entonces Valeria aceleró el paso y la alcanzó -Espera, espera -Lia se giró a verla -Disculpa a mi amigo, es algo... tonto.
-No pasa nada -murmuró ella.
Entonces escucharon los galopes de varios caballos. Las dos miraron hacia la casa, y allí estaban ellos. A Lia se le detuvo el corazón. Allí estaban su padre y sus hermanos, buscándola.

-Oh, oh... hay problemas -dijo Valeria.
Yuri llegó justo cuando vio que Robert Hernandez intentaba entrar a la casa de los Ramirez a la fuerza. Byron y su madre le hacían frente en la puerta. Se bajó rápidamente de su caballo y se acercó con paso decidido. En ese momento Marcus, el hijo mayor de Robert, se giró a verla. Sonrió con malicia.

-Pero miren a quien tenemos aquí -dijo con sarcasmo-Al peón jefe.
-Cállate, Marcus -dijo Robert -No estamos aquí para juegos infantiles, vinimos a buscar a tu hermana. Déjame pasar, Ramirez.
-Ya te dije, Robert, tu hija no está aquí.
-Entonces ¿Por qué no me dejas entrar?
-Porque usted no es bienvenido aquí -habló Clara apuradamente -No después de lo que sus hijos le hicieron a mi sobrino.
-Ya dije que fue un error.
-Sí, haber fallado -murmuró Zack. Robert lo miró mal.

Yuri se acercó hasta dónde estaba su madre y Byron, se paró delante de ellos y miró fijo a Robert Hernandez.
-Creo que el señor Ramirez fue claro, señor Hernandez. Su hija no está aquí.
Robert se acercó otro paso a ella, desafiándola. Yuri ni pestañeó, la verdad era que no le tenía ni un poco de miedo a ese hombre. Entonces Marcus y Zack sacaron sus armas.

-Van a dejarme pasar -aseguró Robert.
-No -sentenció la pelinegra. Sintió la mano de su madre apretarla con fuerza por detrás.
-Esto es demasiado, Hernandez -dijo Byron algo nervioso -No tienes ningún derecho a amenazar a mi gente.
-Entonces déjenme pasar.
-¿Qué sucede aquí? -preguntó ella.
Todos los ojos giraron a verla. Valeria estaba parada con una mueca preocupada,y a su lado estaban Lia y Freyder, con dos canastas en las manos. Robert se alejó de Yuri y sus hijos guardaron sus armas.

-¿Valeria? -preguntó Marcus. Ella lo miró y al instante puso cara de desagrado.
-Marcus -le dijo distante y volvió la vista a Yuri -Vuelvo a preguntar, ¿Qué sucede?
Robert dio unos pasos hasta Lia y justo cuando iba a tomarla del brazo, Valeria se puso en su camino. La ojinegra se tensó.
-Lia, ven aquí -le dijo. Ella ni se movió.
-Espere, espere, espere -dijo la morena -Necesito saber que sucede.
-Ellos vinieron a buscar a Lia porque creyeron que estaba con Troy.
Valeria y Freyder soltaron unas sonoras carcajadas y se miraron realmente divertidos.

-¿Con Troy? -dijo el morocho -Por dios, el pobre no puede ni salir de la cama después del disparo que le dieron.
-Y Lia ha estado con nosotros todo el día, juntando huevos -dijo Valeria mientras le mostraba una de las canastas.
Robert los miró consecutivamente a los tres, parecía no estar del todo convencido. Pero luego de unos cuantos segundos soltó un suspiro y se giró aver a Byron.
-Lo siento, Ramirez.
-Está bien -dijo Byron.
-Nos vamos, muchachos -les dijo a sus hijos -Lia.
La chica le entregó la canasta a Valeria con una pequeña sonrisa en los labios.
-Muchas gracias -murmuró.
-De nada -sonrió ella.

Lia se acercó a su padre. Luego de unos cuantos segundos todos vieron comobellos se alejaban. Valeria y Freyder suspiraron aliviados, habían logrado convencer al ogro. Chocaron sus manos y luego hicieron el baile que habían sacado de juego de gemelas.
Yuri los miró divertida, al igual que Byron y Omayra.
-En realidad no estuvieron todo el tiempo con ella, ¿cierto? -preguntó Byron.
-No -dijeron los dos al unísono.
-Estaba por ver a Troy, ¿verdad? -preguntó Omayra.
-Si -volvieron a decir como loritos.
-Vamos a tener que ponerle verdaderamente los límites a ese jovencito -dijo la madre de Yuri -Pero ya, entremos que el sol ya no está y la noche se pone algo fresca.

Todos asintieron. Pero Valeria y Yuri se quedaron parados en sus lugares, mientras que el resto ingresaba a la casa. La morena le sonrió levemente, ella también lo hizo. Parecían dos tontas.

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