Capítulo 41

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Yuri estaba parada frente a todos los peones de la estancia. Era más que necesario terminar de una buena vez con las indicaciones. En los últimos días había hecho de todo menos su trabajo. Principalmente por culpa de Valeria. Ella se la pasaba metida todo el día en su cabeza,confundiéndole cada vez más. Luego de que Freyder los interrumpiera (si, inoportuno Freyder) no habían vuelto a estar solas. Y ella tenía ganas de estar a solas con Valeria, demasiadas. 

—Bien,los reuní porque es hora de repartir los trabajos de ganadería. ¿Alguien quiere algún puesto en especial? —les preguntó.
—No —dijeron todos a la vez.
—¿Seguros? —quiso saber.
—Si —volvieron a contestar como soldados. Yuri puso los ojos en blanco.
—Ya les dije que no tienen que comportarse como maquinas cuando el señor Ramírez está aquí. Solo hagan su trabajo como siempre.
—Bien, yo quiero encargarme del marcado de las vacas —dijo uno de ellos. La morocha sonrió.
—Bien Jose, tienes ese puesto —dijo contenta.
Entonces todos comenzaron a pedir diferentes trabajos. Yuri asentía y asentía, pero ya se estaba mareando con tantas voces a su alrededor. Hasta que todos callaron. Ella frunció el ceño, ¿Por qué todos se habían quedado en silencio de tal forma?
—¿Qué sucede? —les preguntó. Ninguno dijo nada —Oigan, ¿Por qué se quedaron callados de golpe? —ellos miraban fijo hacia atrás de ella. Entonces uno de ellos le hizo un gesto con la cabeza, de que mirara. Y así lo hizo. Se sorprendió mucho al verla allí parada con una media sonrisa en el rostro — Valeria...¿Qué... qué haces aquí?
—Buenas tardes a todos —dijo ella sin dejar de mirar a Yuri.
—Buenas tardes, señorita —contestaron como coro. La ojinegra comenzó a sentirse nerviosa. Ella estaba allí por alguna razón.
—Siento haber interrumpido su charla... pero necesito hablar unos minutos con su capataz. ¿Me dan el permiso? —preguntó.
—Claro...
—Si, señorita...
—Llévesela, ya nos estaba hartando...
Yuri se giró a verlos con un gesto serio. Todos volvieron a cerrar la boca al instante y se pararon erguida mente.
—Señorita Valeria, no creo que podamos hablar en estos momentos. Estoy muy ocupada con el trabajo —dijo Yuri.
—¿Mucho? —inquirió ella y le hizo ojitos. El pulso de Yuri se aceleró.
—Pero si ya has terminado de darnos los trabajos —habló Juan.
—Si —dijo Yuri apretando los dientes y con la vista fija en ella. —Terminé de darles los trabajos pero yo también debo trabajar.
—Oh Yuri, no te preocupes por eso —siguió hablando Juan —Nosotros hacemos tu trabajo. No puedes dejar a la señorita Valeria con la palabra en la boca.
—Además de que si se tomó la molestia de venir a buscarte, es porque es algo realmente importante —habló Troy, que hasta entonces se había mantenido callado. Yuri lo miró.
—Voy a matarlos a todos —murmuró para ellos. Todos se aguantaron una sonrisa. Yuri volvió la vista a Valeria —¿Le parece si hablamos más tarde? —le preguntó.
No sabía por qué le estaba diciendo que no. Si lo que más quería era poder tener unos cuantos segundos a solas con ella. Pero algo dentro de ella le decía que no. Que primero debía aclarar todas las cosas con Fernanda, y luego si podría seguir a su corazón.
—No será mucho tiempo, Yuri—aseguró ella —Lo juro.
—Bien, solo voy a decirles a estos que vayan a trabajar...
Giró y se le fue la voz al ver que ya no había nadie detrás de ella. ¡Se habían ido todos! Por dios, esos eran más chismosos y metidos que viejas en una peluquería.
Valeria rio por lo bajo. Yuri la escuchó y nerviosa volvió a mirarla.
—Parece que ya se fueron —dijo ella.
—Si, me adoran —sonrió Yuri.
—Ven —le dijo y estiró su mano para tomar la de ella —Podemos dar un paseo y charlar un poco, ¿te parece?
Yuri vio sus manos unidas y se le secó la garganta. Siempre que la tomaba de la mano, el cuerpo le empezaba a sudar.
—Tengo toda la mano llena de tierra —le dijo.
—No me importa —aseguró y comenzó a caminar, tirando de ella.
Yuri tuvo que seguirle el paso. Tenía que corazón desbocado y no sabía que decir o que hacer. Por dios, y ella se hacía llamar la mujer con más carácter del mundo. En esta situación simplemente parecía una idiota de 14 años.

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