Capítulo 18

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Ambas se sobresaltaron ante el repentino sonido de algo rompiéndose. Giraron la cabeza para ver como White se paraba entre sus patas traseras y luego salía hecho una fiera de la caballeriza. Yuri se puso rápidamente de pie.

—¡White! —lo llamó en un grito y salió rápidamente para ver hacia donde se dirigía.
Valeria la siguió. Aún estaba algo tonta por lo que había pasado.
—¿Qué sucede? —le preguntó confundida.
Yuri seguía mirando el camino del caballo. No podía dejarlo, tenía que ir tras él.
—Algo no... —la miró y no pudo decirle nada. Ella estaba tan cerca. Valeria fue consiente y se alejó rápidamente.
—Lo siento —dijo apresurada. Yuri sacudió la cabeza.
—Va a ser mejor que vuelvas a la casa, voy a ir a buscar a White...
Entró de nuevo al establo, Valeria detrás de ella.Yuri se acercó a un nuevo caballo y lo montó sin ningún problema.
—Pero, Yuri, estás todo mojada —dijo preocupada.
Yuri le dedicó una pequeña sonrisa.
—No te preocupes, enana —la calmó —Casi siempre vivo así.

Sin decir más nada salió galopando en el caballo. Valeria se quedó parada observando el lugar por el que había salido. No era posible que la mujer se viera tan bien mojada, sudada, llena de barro y olor a caballo. Pero lo hacía.
Una suave brisa sopló dentro del establo haciéndola temblar. Decidió hacerle caso a Yuri y volvió a la casa.
Cuando ingresó el reconfortante calor hogareño la hizo cerrar los ojos. Lo que ella necesitaba ahora era un buen baño de espuma y dormir un poco.

Pero a decir verdad no iba a poder hacerlo. No hasta que Yuri volviera y ella la viera sana y salva. Subió hasta su habitación, entró al baño y abrió la puertita en donde estaba el espejo para sacar las sales de baño. Cuando la cerró dio un salto ante el repentino reflejo de Freyder detrás de ella.
—¡Freyder, me asustaste! —lo retó.
El morocho sonrió pícaramente. Ella ya conocía esa sonrisa.
—¿Dónde estabas? —preguntó.
—Mmm... yo estaba...
—¿Por qué estás toda mojada?
—Bañé a los caballos y tan torpe como soy, ya sabes, me terminé bañando yo.
—¿Se puede saber que estabas haciendo con la bombón de telenovela?
—Nada, yo no estaba haciendo nada —dijo nerviosa.
De repente recordó la manera en la que Yuri la había acariciado en el establo. Había sido tan tierna, tan delicada.

—Pero por favor, querida —dijo como si estuviera ofendido. Se acercó a la bañera y prendió el agua mientras le quitaba a Valeria las sales de las manos —¿Cuándo vas a entender que no puedes ocultarme nada? Soy como tu gemelo, sé todo lo que te sucede, siento tus emociones.
—Wow, eso me asusta —dijo ella.
—Lo que pasa es que tú te estabas haciendo la Heidy en versión moderna y en morocha. Te vi, Ramírez. Te vi yéndote con la bombón campestre hacia el bosque ¿Qué hicieron?
—No hicimos nada de lo que estás pensando —aseguró ella.
Freyder soltó una divertida carcajada
—Yo no pensé nada. La que está pensado eso eres tú.
Valeria lo miró con los ojos entrecerrados.
—Solo me acompañó a montar, ¿contento?
—Mucho —sonrió.
—Freyder...
—¿Qué? —inquirió.
—A ti... ¿te gusta Yuri?
—¿Si me gusta Yuri? —dijo confundido —Claro que sí, ¿a quién no? Si fuera hetero te la robaría Ramírez—

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