Capítulo 48

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Ella se despertó sintiéndose completamen terenovada, una nueva persona... Su cerebro aún estaba medio dormido, así que todavía no entendía bien el motivo. Entonces se movió un poco para sentir un poco de piel caliente debajo de su cuerpo.
Abrió un ojo y miró hacia arriba. Aquel rostro era el de un ángel. El ángel más hermoso que ella había visto en su vida. Levantó un poco la cabeza hasta apoyar el mentón en pecho.
Los leves rayos de sol que entraban por la ventana bañaban suavemente el rostro que ella estaba observando. Y sus pestañas brillaban, al igual que sus cabellos... mostrando un suave tono castaño. Sonrió y recordó cada caricia,cada beso, cada palabra que habían compartido hasta caer en un hermoso sueño,juntas.
Intentó levantarse, pero no pudo. Había un pequeño peso sobre su cadera que selo estaba impidiendo. Miró y vio el brazo de Yuri que la sostenía cerca de ella de manera posesiva. Volvió la vista a su rostro y aquellos hermosos ojos negros la estaban mirando. 

—Pareces un ángel —habló Yuri con la voz ronca. Valeria se mordió el labio inferior y luego escondió el rostro contra ella.
—Y tú eres la cosa más hermosa que he visto en mi vida al despertar —murmuró ella contra su pecho. Yuri sonrió y soltó el aire acumulado en sus pulmones.
Se incorporó un poco y tiró de ella, hasta que su rostro estuvo frente al suyo.Valeria mantenía la mirada baja.
—Mírame —ordenó Yuri.
—No puedo —dijo ella. Yuri frunció el ceño.
—¿Por qué? —quiso saber ella... ¿Acaso estaba arrepentida de lo que había pasado entre ellas? Su cuerpo se tensó ante aquella idea. Tal vez Valeria simplemente no había sentido lo mismo que ella, y ahora quería... huir.
—Porque si te miro voy a morirme de amor...
Sus músculos se relajaron bajo el suave peso femenino. Tenerla así, desnuda,contra su cuerpo era irreal. Sentir con cada célula de su cuerpo a la mujer que amaba era inexplicable.
—Vamos, mi amor, mírame —le pidió.
Valeria levantó la mirada bajo sus espesas pestañas, hasta encontrarse con sus perfectos ojos. Y si, acababa de morirse de amor.
—Gracias —susurró Valeria.
Yuri arqueó una ceja interrogativamente.
—¿Por qué? —preguntó y marcó el contorno de su cuello con un dedo. Valeria se estremeció y cerró los ojos suavemente.
—Por hacer galopar mi corazón como si fuera un... caballo salvaje.
Yuri alzó un poco más la cabeza y capturó sus labios, para luego recostarse con Valeria y girar sobre el pequeño colchón, atrapándola debajo de ella. Valeria gimió suavemente dentro de su boca. Y aquello fue un incentivo.
Valeria rodeó sus fuertes hombros, acercándolo más a ella. Pero entonces el relinche de un caballo las hizo alejarse. Yuri se incorporó un poco para mirar por la ventana y observar a White allí acercándose al lago para tomar agua.Suspiró, era hora de volver a la realidad. Volvió a mirar a Valeria.
—Debemos volver...
Ella hizo un leve puchero.
—Nooo...
—Si —asintió Yuri divertida y se puso de pie para comenzar a vestirse. Yuri,más que ella, tenía ganas de quedarse allí durante toda la vida junto a ella.Pero era consciente de que tenía un trabajo y varias cosas para supervisar y arreglar. Vio que Valeria no hacia ningún esfuerzo por ponerse de pie —Vamos,arriba.
—No quiero —dijo cruzándose de brazos.
—Vale, tengo que trabajar...
—Al demonio con tu trabajo —aseguró. Yuri soltó una estrepitosa carcajada. Ella simplemente parecía una niña peleando por un dulce.
—Vamos, mi amor... Recuerda que tu padre necesita cuidados y que prometiste hacerte cargo de los negocios.
Ella se puso rápidamente de pie y comenzó a vestirse también. Yuri sonrió y la miró divertida.
—Tienes razón, soy una irresponsable —aseguró ella mientras comenzaba a ponerse el vestido.
Yuri terminó de acomodarse y se acercó a ella para abrazarla por detrás.
—Jamás podré olvidarme de esto, Vale —le susurró al oído para luego besarle el costado del cuello. Ella suspiró gustosamente y se recostó contra su pecho,sujetándose de los brazos que rodeaban su cintura.
—Ni yo... —aseguró.
Giró entre sus brazos para mirarla bien de frente y divisó su camisa entreabierta. Intentó abotonarla pero descubrió que le faltaban varios botones.La miró divertida. La ojiverde se encogió de hombros.
—Bien... anoche cuando me forzabas a entrar desnuda al lago...
—¡Yo no te forcé! —intentó sonar ofendida pero no pudo. Se estaba aguantando las ganas de reír.
—Sin querer arranqué algunos botones de mi linda camisa. Era la mejor que tenía, y ahora simplemente no sirve —bajó la mirada como un niña triste. Valeria sonrió y le dio un beso en medio del pecho, haciendo que Yuri respirara profundamente.
—Te ves condenadamente bien con la camisa a medio abotonar —dijo pícara.
— Valeria... —advirtió ella.
Ella rió y se alejó de Yuri para acercarse a la puerta.
—Vamos, aburrida, llévame a casa... —abrió la puerta y luego se giró a verla—Por no haberte quedado aquí conmigo. Vas a pensar todo el día en lo que podríamos haber hecho.
Salió de allí dejando a Yuri con la boca levemente abierta. Entonces ella reaccionó y maldijo por lo bajo. Sabía que Valeria tenía razón.

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