Capítulo 36

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La mandíbula de Freyder casi tocó el suelo y se acercó rápidamente a ella para sentarse a su lado.
—¡¿Y COMO FUE?! —le preguntó emocionado. Valeria suspiró.
—Hermoso —dijo simplemente.
—Me muero muerto...
—Pero ella no lo recuerda...
—¿Qué? —la cara del morocho cambio radicalmente. Valeria lo miró a los ojos.
—Fue anoche, cuando vino a buscarme —le contó —Estaba delirando de fiebre. Y ahora cuando despertó me dijo que... lo último que se acordaba era que estábamos en un auto.
—Eso no puede ser posible, Vale —dijo algo angustiado.
Ella bajó la mirada desilusionada.
—No lo recuerda, Freyder, no lo recuerda.

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Lia se asomó por la puerta del establo y lo vio allí, peinando a uno de los caballos. Sintió su corazón latir con fuerza.
—Troy —lo llamó.
Él giró rápidamente a verla.
—Princesa —dijo algo sorprendido y dejó todo lo que estaba haciendo para acercarse a ella. Cuando llegó a su lado la abrazó —Es tan lindo verte por aquí.
—Te echaba de menos —le confesó ella.
Él se alejó y la miró.
—Lo mismo digo...
—¿Cómo sigue, Yuri? —le preguntó.
—¿Cómo sabes que está mal? —dijo sorprendido.
—Oh, Troy, las noticias malas vuelan por aquí —dijo divertida —Además de que ayer Yuri golpeó a Marcus.
—¿Qué hizo qué?
—Estás más tonto de lo normal, Troy —le aseguró. El rubio se sonrojó ligeramente. Maldita sea, parecía idiota —Lo golpeó... lo dejó casi en cama.
—¿Por qué?
—No lo sé bien —le contó ella —Pero creo que fue por Valeria.
— Valeria —murmuró pensativo. Sacudió la cabeza —Esos dos van a terminar más que juntos, yo lo se.
—¿Crees que Yuri va a dejar a Fernanda? —quiso saber.
Troy se acercó un poco más a ella y acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja. La miró bobamente.
—Puede que sí. Ya casi ni la puede ver... Es tan exasperante.
Lia tembló ante aquel tonto gesto de parte del rubio. Recordó que la última vezque lo había visto casi la había besado.
—¿Crees que ella la ama de verdad? —preguntó como para seguir hablando de algo.
Troy se encogió de hombros y luego acarició su mejilla.
—No lo sé. Pero ¿sabes qué cosa si sé?
—¿Qué?
—Que nos quedó algo pendiente el otro día.
El corazón de la castaña latió más rápido. Sus mejillas se sonrojaron al instante y sus piernas temblaron al escuchar la suave risita de él.
—¿Qué cosa? —se atrevió a preguntarle.
Él suspiro y miró a su alrededor para percatarse de que nadie los estaba mirando. Volvió la vista a ella.
—Nuestro beso —murmuró y se inclinó un poco para chocar por primera vez con los suaves labios de su princesa. 

Yuri's POV

Yuri suspiró y se sentó lentamente en su cama. Levantó la mirada para observarla. Ella tenía cara de enojada, preocupada, enojada de nuevo. Era hora de que le aclarara un poco la situación en la que se encontraba su corazón en ese momento. No quería seguir mintiéndole y mucho menos hacerla sufrir.
—¿Quieres sentarte? —le dijo. Fernanda se sentó frente a ella sin decir nada—¿Por qué entraste así a la habitación de la señorita Valeria?
—¿Ahora es señorita Valeria? —le preguntó ella —Creo que no tienes derecho en recriminarme nada, Yuri. Yo soy la ofendida aquí... ¿Qué diablos hacías en su cuarto?
—Ella solo me estaba cuidando...
—Para eso estoy yo, Yuri.
—¿Y dónde estabas entonces? —quiso saber.
—Tu madre me echó como un perro anoche...
—¿Qué? —preguntó sin poder creerlo.
—Si, no sé que le sucede. Pero desde que esa estirada está aquí tu madre ya noes la misma. Antes por lo menos me trataba bien.
—Creo que estás exagerando, Fernanda.
—No son exageraciones, Yuri —aseguró —Todo ha cambiado desde que ella está aquí. Y no me gusta la manera en la que te mira...
—Fernanda, voy a ser sincera contigo —le dijo. Ella se tensó —Estoy confundida.Y necesito que nos tomemos un tiempo.
—¿Un tiempo? —inquirió ella.
—Sé que está pasando de la nada, Fernanda —asintió Yuri —Pero no quiero seguir mintiéndote.
—No quiero escucharte —dijo ella y se puso de pie —Debes estar solo asombrada por ella, nada más. ¿Acaso crees que la hija de un importante empresario se fijaría en una simple empleada como tú? Eso solo pasa en las novelas, Yuri...
—No se trata de eso, Fernanda—dijo Yuri sin mirarla.
Sabía que ella no tenía muchas cosas para ofrecerle a Valeria. Sabía que no era su mejor opción. Pero no podía simplemente ignorar a su corazón.
—¿Entonces qué es? —quiso saber ella. Yuri no le contesto —Mi amor, voy a irme a casa y mañana volveré para que veas que solo estás... cometiendo un error.
—Pero...
Ella se acercó a Yuri y la besó en los labios, impidiéndole hablar. Se alejó de ella y salió de la habitación. Yuri suspiró y se dejó caer en la cama, su mirada quedó clavada en el techo. Aquello no podía ser peor. No podía.   

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