Capítulo 23

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Valeria's POV

Iba a decirle algo pero la puerta trasera se abrió de golpe, dejándole el paso a una mujer de pelo color castaño oscuro y tez clara. Sus ojos decían casi todo de ella: soberbia.

Casi corrió hasta Yuri, quién apenas se había dado cuenta de que ya había ingresado, y le echó los brazos al cuello, para luego besarla en la boca, demasiado acelerada.

Los ojos de Valeria se abrieron como platos y su mandíbula tocó el suelo. Una repentina furia comenzó a crecer dentro de ella. Apartó la vista, repentinamente asaltada por una ola de furiosos celos.

Las ganas que tenía de arrojarle la taza con agua hirviendo encima eran enormes. Apretó el mango de la taza con más fuerza de la habitual, y justo cuando volteó, Yuri intentaba sacarse a la chica de encima. Casi sonrió, pero se mordió los labios.

Al parecer la mujercita no tenía muchas intenciones de dejarla en paz y Valeria se sentía demasiado molesta como pensar con claridad y decirle algo.
—Fernanda, Fernanda... ¿Qué haces? —murmuró Yuri entre dientes.
—Estoy totalmente indignada contigo, Yuri ¿Por qué no me devuelves las llamadas que te hago? —le preguntó ella, ignorándola. Valeria puso los ojos en blanco.
Yuri suspiró, parecía un poco harta.

—¿Cuántas veces te dije que no puedes entrar aquí de esa manera, Fernanda?
Ella se encogió de hombros.
—No lo sé —contestó y se acercó para besarla, pero Yuri corrió la cara. Se percató de que Valeria seguía allí. Apartó a Fernanda, y la miró severamente.
—No estamos solas —le susurró, y entonces ella miró a la morena.
Alzó ambas cejas para mirarla de arriba a abajo. Valeria sintió como su mandíbula se tensaba y otra vez su mano apretaba con un poco de fuerza la taza.

—Señorita, ella es Fernanda —la presentó Yuri.
—La novia —puntualizó ella. Valeria asintió y fingió una sonrisa.
—Ella es la señorita Valeria, Fernanda, la hija del señor Alejandro —le contó.
—Oh, ¿enserio? —Dijo algo asombrada —No sabía que él señor Ramirez tenía una hija. Nunca me la mencionaste, mi amor —le habló a Yuri.

Valeria miró fijo a la ojinegra. Yuri le devolvió la mirada. Ella apretó los labios y asintió con la cabeza. Así que nunca se la había mencionado.
Freyder entró de repente a la cocina, salvándola. Miró a cada un a alternadamente, reparando en la presencia de Fernanda. Pudo percibir la tensión del ambiente.
—¿Sucede algo? —habló él. Valeria lo miró y sonrió con ironía.
—No —musitó la morena.
—Freyder, ella es Fernanda —le dijo Yuri.
—La novia —aclaró Valeria con tono sarcástico. Freyder le sonrió a la chica, pero su mirada pronto volvió a su morena amiga.

Valeria miró una vez más a Yuri y negó levemente con la cabeza para luego tomar su taza con firmeza, y sin decir nada abandonar la cocina. Yuri la siguió con la mirada.
—Un placer conocerte Fernanda, lindo color de pelo —le dijo Freyder y volvió a desaparecer por la puerta.

Yuri'sPOV

Yuri se volvió hacia Fernanda y la miró enojada.
—Que rara la hija del señor Ramirez —dijo ella no percatándose del enojo de su novia.
—Fernanda, te lo he dicho miles de veces, por favor. No lo hagas más,¿entendiste? —dijo enojada.
—Si, mi amor pero... no me llamas y te extraño —dijo ella haciendo un leve puchero.
—Creo que sabes que trabajo todo el día y si no te llamo es porque no tengo tiempo —dijo con tono molesto aun. Se sentía ridículamente extraña. Valeria se había ido de una manera un poco rara, parecía enojada.
—Si, pero... pero...
—Pero nada Fernanda, ahora la casa no está sola. Los patrones están aquí y tienen invitados... Así que de verdad voy a pedirte que vayas a tu casa. Te llevo si quieres... pero es tarde, así que vamos —le dijo.
Ella asintió y Yuri se bajó de la mesada, alejándose. Salió de la cocina y Fernanda se quedó allí, enojada. Dio una patada al suelo, enfurecida, y gruñó. Odiaba no encontrarla de buen humor. Miró una vez más la puerta por la que se había ido la tal Valeria, y entrecerró los ojos. Algo le decía que esa 'estiradita' le traería varios problemas.
Salió de allí, yendo detrás de Yuri. Por lo menos pasaría unos cuantos minutos con ella, hasta que llegaran a su casa...

Yuri entró a su habitación y se tiró pesadamente en su cama, colocando sus brazos detrás de su cabeza. Su mente no dejaba de pensar ni un solo segundo. Acababa de llegar de la casa de Fernanda, la había dejado en la puerta... y había tardado un poco más de lo previsto ya que ella intentaba convencerla para que se quedara.
Maldita sea, ella era una mala novia...
Se había olvidado por completo de la existencia de Fernanda desde que Valeria había llegado a la estancia. Y se sentía mal por ello, Fernanda era su novia, su compañera. Desde los 19 años estaban juntas, y nunca, nunca le había pasado algo como eso.

Y por otro lado estaba ella, Valeria... la niña de la que ella había estado completa y perdidamente enamorada cuando apenas era una adolescente.
La chica que pensó que jamás volvería a ver en su vida... había vuelto y había traído con ella una caja de recuerdos que la estaban torturando.
Lo que estuvo a punto de hacer en la cocina, la desconcertó. Ella iba a besarla, si el agua no hubiese silbado la habría besado. Eso era una locura,una total y completa locura. Valeria era la hija del jefe, de su jefe. Y por ende ella tenía que respetarla y mantener sus sentimientos lo más controlados posible.

Pero el impulso que la recorrió había sido mayor que cualquier autocontrol en el mundo entero. Se sintió presa de un sentimiento que nunca había sentido. Tuvo la sensación de que un caballo salvaje galopaba en su pecho, en vez de su corazón.
Y al verla de cerca, sentirla así de cerca, el calor de su aliento había rozado sutilmente su mentón. Eso había sido suficiente para enloquecerla.
Escuchó que la puerta de su cuarto se abría y su madre entraba por ella. Omayra la miró y con cuidado se acercó a ella, para recostarse a su lado como lo hacía siempre, cuando veía que a su hija algo la perturbaba.

Wild HorsesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora