Capítulo 37

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Tal vez Fernanda tenía razón y aquello que le estaba sucediendo era algo completamente pasajero. Solo una ilusión. Pero entonces recordó la sensación de Valeria arrodillada frente a ella, le había traído el desayuno y la había estado cuidando. Aun no tenía del todo claro como era que fue a parar a su cuarto. Pero la sensación de saber que Valeria había estado con ella toda la noche le llenó el corazón.
Volvió a suspirar y sonrió. Ojala todo fuera más fácil. Ojala solo pudiera decirle todo lo que le pasaba y lo que ella le hacía sentir. Si eso pasaba todo iba a ser mucho más fácil. Pero por ahora no podía...

Cuatro días pasaron rápidamente y la mejoría de Yuri era cada vez más notoria. Lo que también era notorio era el cambio de Valeria. Si, era como siempre. Pero Yuri intuía que había algo más. Ella simplemente estaba bastante rara y Yuri no lograba encontrar el motivo. Y lo más extraño de todo era el constante sueño que ella tenía. Siempre era el mismo. Yuri entraba a su cuarto, le decía varias cosas y luego la besaba. Siempre se despertaba a mitad del beso, con el corazón acelerado y algo agitada.
Lo raro de ese sueño era lo real que ella lo sentía. Era como si de verdad hubiese pasado y simplemente estaba guardado en su cabeza.

Las cosas con Fernanda estaban... no sabía cómo decirlo. Ella evadía constantemente todo lo que le quería decir. Simplemente no podía más con eso.
—¿En qué piensas, tonta? —le preguntó Troy acercándose a ella.
Ya era tarde, el sol se estaba ocultando. El calor del verano era devastador cerca del mediodía. Por eso mismo Yuri había decidido esperar hasta que el sol bajara para salir a trabajar un poco.
Aun no tenía el permiso médico para hacerlo del todo. Pero de a poco se iba sintiendo mejor, así que creía que ya no era necesario esperar.
—En nada, ¿Por qué? —quiso saber mientras acariciaba el lomo de White.
—Porque tienes cara de idiota, ¿estás pensando en Valeria?
—Es: señorita Valeria para ti, confianzudo —le dijo mirándolo amenazantemente.
Troy rió quedamente.
—Oye, no me dijiste que le diste una paliza a Marcus Hernandez el otro día,¿Por qué?
—¿Por qué debería decírtelo? —le preguntó sin mirarlo.
—Dicen varios peones que su ojo derecho quedó completamente negro —rió divertido y palmeó la espalda de Yuri—Te juro que me hubiese gustado verte,dándole su merecido. ¿Por qué le pegaste?
—Se había propasado con Valeria —le contó.
—Es muy cómico como cambia tu mirada cuando dices Valeria...
Yuri lo miró sobre su hombro.
—¿Qué es lo que quieres? —quiso saber —¿Por qué estás molestándome?
—Iba a contarte algo de la "señorita", pero ahora no sé si hacerlo.
Yuri lo miró curioso.
—¿Qué cosa? —inquirió. Troy sonrió.
—Ooooh te atrapé, prima. Te mueres por saber.

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