𝗚𝗜𝗥𝗟𝗦 𝗜𝗡 𝗟𝗢𝗩𝗘 | Donde Samantha conoce a la hermana menor de Guarnizo, sentimientos que ella no sabía que existían y que podría tener hacia una mujer salen a flote.
Porque tomando en cuenta de que ella está en una relación y es "hetero"
Y...
SAMANTHA Y LUNA SE ENCONTRABAN EN UNA PLAZA, ambas acompañando a sus amigos, Bueno Luna de colada ya que a está la invitó Samantha, la cual no quería estar sola y mejor quería pasarla con Luna.
Ya llevaban mínimo más de una semana hablándose, saliendo o comiendo en el departamento de Samantha.
Y como era de esperarse, Bryan aún no regresaba desde aquel día que comieron mientras veían Iron Man.
Su amistad estaba bien por así decirlo, hablaban siempre a cada rato, incluso se quedaban hasta tarde hablando.
Cosa que a ninguna de las dos le molesta.
— Mire.— Lu le enseñó una lámpara de Iron Man a Samantha.— Puedo regalárselo? Déjemelo regalárselo ándele.
Luna no dejo que Samantha respondiera cuando ya iba a pagarlo, Samantha reaccionó tarde ante lo sucedido y Lu ya tenía la figura en sus manos, ya pagada.
— Mire, tenga póngala en su mesita de noche, así sueña conmigo.— Lu le dio la bolsa a Samantha.
Esta no quería recibirla.
— No, Lu esto es muy caro no puedo aceptarlo.— Samantha antes no había recibido un regalo, nada más para su cumpleaños de sus amigos, pero nunca solo porque si.
Ni su novio le había reglado algo.
— Por favor acéptelo.— Lu la miro, Samantha no tuvo otra opción más que aceptarlo.
— No pues ya que.— Samantha susurró mientras recibía la bolsa.
Lu sonrió cuando vio la cara de emocionada de Sam, aún no entendía porque con ella se comportaba como una niña pequeña.
Pero con los demás se comportaba como una persona seria.
— Vamos a ver más cosas.— Hablo Lu, intentando agarrar la mano de Samantha.— Tengo miedo que se pierda, puedo agarrarle la mano?— Pregunto y Sam asintió.
Al poco rato, no encontraron algo más para comprar, así que regresaron con los demás.
— Ya me canse.— Samantha susurro cansada.— Tengo hambre.— Habló y Ari pidio un mesero.
— Quieres pollo en naranja?— Ari preguntó.
— No, el pollo trae cebolla, a ella no le gusta.— Luna habló, Samantha miró confundida.
¿Cómo sabía que a ella no le gustaba la cebolla?
— ¿Quiere una hamburguesa?— Luna preguntó viendo a Sam.— Aquí no tienen sushi.— Agregó viendo el menú.
Samantha asintió y pidió la hamburguesa a Samy.
— ¿Como sabías que no le gustaba la cebolla?— Ari preguntó.
— Le pregunté, obviamente.— Luna respondió.
A los minutos, le dieron la comida a Sam y comió, pero al poco rato ya estaba cansada, ya se quería ir.
— ¿Se quiere ir?— Luna pregunto, Rivers la miro confundida.— Puedo llevarla a su casa si quiere, o a la mía.— Propuso y Samantha soltó una carcajada.
— Hoy es Domingo, no tengo que hacer directo, puedo irme a tu casa si quieres.— Samantha respondió levantándose.
Lu asintió mientras agarrabas sus cosas.
— Nos vemos, la otra semana.— Luna agitó su mano despidiéndose de los demás.
— Ya se van?— Juan pregunto.
— No, acabamos de llegar.— Lu se sentó nuevamente.— Obvio baboso, nos vemos no sé cuándo.
Antes de que respondieran, ya había empezado a caminar, Samantha detrás de ella.
— ¿Puedo ayudarle con sus bolsas?— Lu preguntó.— Dijo que está cansada, con esto puede cansarse más.— Agarro las bolsas de Samantha.
Esta sonrió por el gesto que hizo Luna, caminaron hasta el carro, ahí Lu le abrió la puerta y metió todas las bolsas en la cajuela.
— Segura que quiere ir a mi casa?— Luna pregunto mientras se ponía el cinturón.— No quiero que se sienta incómoda.
— No estoy incómoda Lu, esta bien, quiero ir a tu casa.— Samantha interrumpió.
Lu asintió y manejo hasta su casa.
— ¿Puedo envidiarte?— Samantha bromeo entrando a casa de Luna.
Esta asintió riendo.
Abrió la puerta, y dejó que Sam entrara primero.
— Póngase cómoda en mi humilde casa.— Lu hablo dejando las bolsas en la sala.— Si necesita algo, agarrelo sin problema.
Sam asintió bostezando.
— Quiere irse a dormir?— Lu pregunto.— Puede dormir en un cuarto, venga se lo enseñó.
Luna subió las escaleras, detrás de ella Samantha.
En los pasillos habían muchos cuadros, guitarras y muchas álbumes de Taylor y más cantantes o grupos.
Sólo faltaba algo de fútbol y era la casa soñada se Samantha.
— De grande quiero ser como tú.— Samantha hablo y Lu sonrió abriendo la puerta del cuarto.
— Tengo pijamas, quiere que le dé una?
— Por favor.
Luna salió del cuarto, fue al suyo ahí saco un short, una camisa y fue a dejárselo a Samantha.
— Le queda bien chula mi ropa.— Lu hablo.— Bueno, descanse.
— Voy a invernar.— Samantha respondió.
— Se nota, no se preocupe.— Luna bromeó, dejó un beso en la mejilla de Sam y salió del cuarto cerrando la puerta.
— Si niti, ni si priicipi.— Sam la arremedo.
Se acomodó en la cama y el ataque de felicidad que sintió ante lo calientita que estaba, nadie se lo podía quitar.
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