𝗚𝗜𝗥𝗟𝗦 𝗜𝗡 𝗟𝗢𝗩𝗘 | Donde Samantha conoce a la hermana menor de Guarnizo, sentimientos que ella no sabía que existían y que podría tener hacia una mujer salen a flote.
Porque tomando en cuenta de que ella está en una relación y es "hetero"
Y...
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Narradora 📍
SAMANTHA Y LOS DEMÁS ESTABAN EN UN ARCADE, lugar donde habían muchos juegos.
— Yooo, quiero jugar aquí.— Lu señaló emocionada mientras se ponía enfrente de un juego de futbolín.— ¿Usted quiere jugar conmigo?— Lu preguntó viendo a Sam.
Esta asintió emocionada.
Los demás se fueron un poco lejos, ya que habían muchos más juegos y también comida.
— Yo soy rojo y usted verde.— Lu habló.
— Ay, pero yo quería rojo.— Samantha susurró.— Pero no importa, está bien.
— No, no, no, tenga usted el rojo, yo me quedo con el verde.— Lu sonrió dando la vuelta.
— ¿Segura?— Samantha preguntó.
— Si, el verde es mi color favorito.— Luna mintió para que Sam aceptara.
Empezaron a jugar, pero Samantha iba perdiendo.
¿Se preguntarán por qué?
Luna llevaba una camisa con tirantes, y aunque llevaba sostén abajo, y también tenía una chaqueta, Samantha se distrajo viendo los pechos de Lu, cosa que intentaba evitar, pero Lu cada vez que ganaba, se emocionaba mucho.
Los pechos de Luna se movían mucho, incluyéndola a ella.
— Lu, deja de brincar.— Samantha regaño.— Si haces eso, no puedo concentrarme.
Lu la miro confundida, segundos después entendió a qué se refería Samantha, pero no quiso decir nada así que solo mordió su labio sonriendo.
— Esta bien, perdón.— Lu habló.
Samantha asintió y siguieron jugando.
A los pocos minutos Luna gano de igual manera, quedando 5-2, cambiaron de juego.
— Órale que padre.— Samantha habló viendo una máquina de boxeo, que tenía la forma de una pera.— Pégale.
— Yo no tengo tanta fuerza.— Luna habló negando.
— Ándale, solo para ver quién saca más.— Señaló.
— Péguele usted primero pues.— Lu respondió.
Samantha asintió y le pegó, Luna se burló.
— Me rio porque sé que voy a ser peor.— Luna habló.
Se abrochó los botones de la chaqueta.
— ¿Que haces?— Samantha preguntó confundida.
— Lo hago para que no se distraiga.— Luna respondió con cierta burla.
Samantha sintió su cara arder.
Luna sonrió y le pegó a la pera.
— Sacaste más que yo.— Samantha señaló.— Ay la que no tenía fuerza.— La imito.