ɢɪʀʟs ɪɴ ʟᴏᴠᴇ - ʀɪᴠᴇʀs_ɢɢ

23. ᴍɪ ᴍᴜᴊᴇʀ

Narra Lu

Estaba entrando al departamento de Samy, ya que hace días me dio la llave de su departamento y pues por primera vez voy a entrar con ella.

Abrí la puerta.

— ¿Samy está aquí?— Grité desde la puerta.

— ¡Si, aquí estoy en la sala!— Me respondió.

Sonreí y cerré la puerta detrás de mi, me sentía muy cansada, estresada y me dolía la cabeza, que mejor que venir con Sam y quedarme con ella.

La vi recostaba en el sillón con su celular y me acomodé con ella, poniendo mi cabeza en su pecho y me abrazó.

— ¿Que pasa?— Preguntó acariciando mi espalda.

— Me duele todo el cuerpo.— Susurre, tenía mis ojos cerrados, ella me da mucha tranquilidad.— Además Juan me ha estado va de llamar todo el día, no le he querido contestar.— Agregué.

— A mi también me ha estado va de llamar, pero, no sabía qué responderle así que nunca contesté.— Respondió y sonreí.

— Tengo sueño.— Hable.— No entiendo porque estoy así, si dormí bien anoche.

Puso su mano en mi cabeza y acarició mi pelo.

Solté un suspiro lleno de tranquilidad, me gustaba mucho estar así con ella.

— Si sigues así me voy a quedar dormida.— Susurré.

— No me molesta que te quedes dormida, mejor duerme.— Respondió.

Asentí acercándome más a ella, poco después me quedé dormida.

Narra Sam.

Luna ya se había quedado dormida, no habían ni pasado cinco minutos desde que le dije que se podía dormir, me gustaba mucho tenerla en mi departamento, era como un gatito anaranjado, nunca se estaba quieta y siempre buscaba con que jugar.

Además de que cuando está conmigo siempre aparta su celular, no se porque lo hace, pero sé que algo malo no es.

Tiempo después escuché el timbre sonar, me levanté poco a poco para no despertar a Lu y me acerqué a la puerta.

Juan, Ari, Ama y Filis estaban ahí.

— ¿Que pedo?— Pregunté dejándolos entrar.

— Lu no contesta su celular, busqué su ubicación en mi celular y me dice que aquí está.— Juan me explicó.

— Aquí está si.— Respondí asintiendo y fruncí mi ceño.— ¿Tienes la ubicación de Luna en tu celular?

Asintió y soltó un suspiro.

— No siempre veo dónde está, solo cuando lleva horas sin contestarme.— Hablo guardando su celular.— No soy tan sobreprotector.

Asentí confundida, luego los cuatro fueron a la sala, Ama se acercó a ver a Lu dormida en el sillón, puso su mano en la frente de Lu y miró a Ari.

— ¿Que?— Preguntó acercándose.

— Tiene fiebre.— Ama Respondió.

Fruncí mi ceño nuevamente, me acerqué a los cuatro, y al parecer Lu sintió la mirada de todos en ella porque poco después se comenzó a mover y se sobresaltó al ver a los cinco frente a ella.

— ¿Que pedo?— Pregunto confundida, se veía aún un poco adormilada.— No hagan eso, me asustan, parece como si me hubiera muerto.