ɢɪʀʟs ɪɴ ʟᴏᴠᴇ - ʀɪᴠᴇʀs_ɢɢ

𝟥𝟤. ꜰʀíᴀꜱ

Narra Sam

Estaba con Luna desayunando en mi departamento, ella estaba callada, mientras comía.

Noté que en su celular tenía varios mensajes y llamadas sin responder.

De su Padre, su madre, Juan, Ari, Filis y Ama.

Sabía que comía callada, pero, no la quería dejar así.

Carraspee antes de hablar.— ¿Harás algo hoy?— Pregunté y negó.— ¿Quieres salir?

— Tengo varias cosas que hacer.— Respondió y fruncí mi ceño. Me había respondido que no iba hacer algo hoy.

De la nada sale con que tiene muchas cosas. Solo un suspiro pesado, dejó el cubierto a un lado de su plato y me miró.

— Lo siento.— Habló.— En realidad no tengo nada que hacer, pero tampoco quiero salir.

— Está bien Lu.— Hable extendiendo mi mano, para agarrar la suya sobre la mesa.

Fruncí mi ceño nuevamente.

— Lu chiquita, tienes la mano bien helada.— Dije preocupada.— ¿Tienes frío?

— Un poco si, pero estoy bien.— Respondió.

Agarre sus manos en medio de las mías, para frotarlas un poco.

— Te siento bien fría.— Susurre.

¿Existe alguna probabilidad de que se enfermara? Si. Muy grande de echo.

No quería eso, para nada, ella odia estar enferma. Ya se había enfermado, no quería que le volviera a pasar, menos ahora que ya va a venir su madre.

— Es normal que tenga frías mis manos Samy, enserio estoy bien.— Habló, con su tono que siempre utilizaba para hablarme.

Suave y tranquilo.

— Si te llegas a sentir mal, dímelo.— Dije, sin dejar de frotar sus manos.

— Okey.— Respondió sonriendo.

Sus ojos siempre se achinaban cuando sonreía o reía.

[...]

Algunos días habían pasado, y con ellos el día en el que la mamá de Lu viene a México también.

Estábamos en el aeropuerto con Lu y Ama esperándola, ya que Juan no pudo venir saber porque y pues no se.

Noté que Lu estaba muy nerviosa, no estaba quieta, y eso que estábamos sentadas.

Puse mi mano en su rodilla tratando de tranquilizarla.

— Vamos Lu, cálmate.— Susurre suavemente.

— Perdón.— Respondió en el mismo tono.

Ama había estado rara también, nos miraba raro, como sospechando algo. No les había contado cómo es que Lu se estaba sintiendo, sobre su niñez y pasado.

Solo era el bullying que sufrió de pequeña, y por lo que tengo entendido, eso todos lo saben. Lo que no saben es cuánto le está afectando de nuevo.

— En lo que aparece la señora Nuvia, iré a comprar un café, ¿quieren algo?— Ama preguntó levantándose.

Mire a Lu esperando a que respondiera.

— Una botella de agua nomas.— Dijo mientras se acomodaba en la silla.

— Yo nada.— Respondí, Ama asintió y sin más se comenzó a alejar de nosotras.

— No entiendo porque estoy tan nerviosa.— Luna habló, su tono era bajito, una de las cosas que más odia es hablar fuerte en lugares públicos.

O llamar la atención sin querer y que todos la observen.

— Es normal Lu, verás a tu madre de nuevo.— Respondí mientras me acercaba un poco más a ella.

Suspiro y puso su cabeza en mi hombro, agotada.

Estábamos sentadas aquí y no buscando a su mamá porque ella misma lo pidió.

Si fuera por Lu, ya estaría toda estresada buscándola.

Algunos minutos después, su madre estuvo frente a nosotras, Lu tenía sus ojos cerrados, no dormida, pero sabía que tampoco estaba prestando atención a lo que pasaba alrededor.

Ya que no sintió.

La señora Nuvia le dio un suave golpe en la frente para que abriera los ojos.

— Samy que pe... ¡Mamá!— Se levantó de un golpe para lanzarse a abrazarla.

Y aunque la señora era un poco más baja, Lu parecía niña pequeña en los brazos de su madre. En si, aún es una niña.

Sonreí levantándome también para poder saludarla y darle la "bienvenida"

— Que bueno que ya está aquí.— Dije mientras la abrazaba.

— Si mamá, me emociona mucho, ¿papá no vino contigo?— Lu habló mientras se acercaba de nuevo a su madre.

Para volverla a abrazar.

— No mi niña, está muy ocupado con su trabajo y todo eso.— Ella respondió, mientras dejaba un corto beso en la frente de su hija.

Ama al fin apareció, con su café y la botella de agua que Lu le pidió.

— ¡Doña Nuvia!— Ama dijo con su característica emoción.

Me dio su café y la botella de agua rápido, mientras se acercaba a abrazar a doña Nuvia también.

Era muy querida la señora.

Varios minutos después, ya estábamos saliendo del aeropuerto, Lu llevaba la maleta de su madre, se veía más emocionada que los días atrás.

Me gustaba verla así. Ya que con esa personalidad la conocí.

— ¿Te vas a quedar en mi casa o en casa de Juanito?— Lu preguntó.

— Creo que en casa de tu hermano, me ha contado que no te la pasas tanto tiempo ahí.— Respondió.

Observe como las orejas de Lu se ponían rojas y en el tono de voz de doña Nuvia mucha curiosidad.

Si el pendejo de Juan le dijo algo, lo mato.

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Alguien aquí va a morir y no voy a decir su nombre ^ ^

El título del cap nada que ver, pero no encontraba que ponerle, perdón.