ɢɪʀʟs ɪɴ ʟᴏᴠᴇ - ʀɪᴠᴇʀs_ɢɢ

25. ʙᴏʀʀᴀᴄʜᴀ, ¿ɴᴏ?

Narra Luna

Estaba esperando a que Samy se terminara de arreglar, bueno estaba empezando, tenía su cabello ondulado, no estaba maquillada.

Se veía bien chula así, me gustaba verla cuando se arreglaba el pelo o se maquillaba, no se, la miro como con admiración.

Y además de que se ve bien chula, se está poniendo más bonita de lo que estaba por la velada.

— ¿Lu, por qué me miras tanto?— Preguntó.— Siempre que estoy haciendo esto, vienes tú y te me quedas viendo sin decir nada.

— No lo sé, es que se ve bien bonita así, sin su pelo planchado y sin maquillaje.— Respondí parándome para acercarme a ella.

Sonrió y nego.

— Enserio Sam, me gustas mucho, así o maquillada.— Hable.

Se quedó callada mientras me miraba por el espejo.

— Está bien, te creo.— Respondió sonriendo, le di un corto beso y me volví a sentar donde estaba, para seguirla viendo.— Además como no creerte cuando me miras así.— Habló después de unos minutos.— Tus pupilas siempre se dilatan cuando me miras.

— Lo sé, por eso me gusta verte, sabes que me gusta hacerlo.— Respondí sonriendo.

Siguió arreglándose y tiempo después terminó.

— Va, llevamos todo, celular cartera.— Dijo mientras se revisaba.— ¿Mi celular?

— Yo lo llevo, perdón es que lo vi en la mesita y lo agarré.— Respondí dándoselo.

— Está bien Lu, vente vamos al carro.— Jaló mi mano sonriendo y hice lo mismo caminando detrás de ella.

Abrí la puerta del carro para que entrara claramente y luego maneje hasta el antro.

— ¿Me cuidaras si tomo mucho?— Pregunté y sonrió asintiendo.

— Yo no tomaré, la dieta por la velada no me deja tomar mucho y ya tomé antier así que no puedo.— Respondió y asentí.

La música estaba altísima, muy fuerte, muuuuy fuerte.

Entramos con los demás y rápidamente comenzamos a beber, aunque obvio, yo no tomaré mucho hasta llegar borracha.

Narra Samantha.

Luna estaba pegada a mi, como si se fuera a perder, estaba sentada a mi lado y no quería irse, no sé cuánto había tomado, pero se nota que mucho, está muy cariñosa.

— Luna, vamos al departamento ya estás peda.— Hable tratando de pararme, negó poniendo su mano en mi muslo.

— No Samy, quedémonos un rato más ándale.— Dijo mientras me daba un beso en la mejilla.

— Luna Aurora Guarnizo, te llevaré a casa vámonos ahora.— Ari habló levantándose, la miré mal por hablarle así a Lu, mi Lu.

A la niña no me el hablan así.

— No, si me voy a ir quiero que me lleve Samy, si no es ella no quiero irme con nadie.— Se quejó, aferrándose más a mi.

— Lu, chiquita estás haciendo más difícil esto, mejor te llevo yo vámonos.— Susurre levantándome, resignándose extendió su mano para que la agarrara.

— Entonces llévatela Rivers, se ve bien borracha.— Juan dijo un poco confundido.

Salimos del antro y ahí subimos al carro, maneje hasta llegar a mi departamento, la ayude a subir al ascensor y entramos.

— Sigue dándome cariño, me gusta cuando me tratas así.— Susurró sentándose en el sillón.

Jaló mi mano para que me sentara en sus piernas.

— Ándale, me gusta cuando me hablas bonito.— Escondió su cara en mi pecho y reí abrazándola por el cuello.

— ¿Te gusta cuando te trato bonito?— Pregunté y asintió.

— Si, porque no lo haces tan seguido y me gusta cuando lo haces.— Susurró.

Sonreí y levanté su cara con mi mano, deje un corto beso en sus labios y sonrió.

Tenía los ojos entrecerrados y su cara un poco sonrojada.

Puso su mano en mi nuca y me besó, pero este si fue un beso bien no como el mío.

Sonreí y me acomodé para no romper el beso, poco después hizo que me recostara en el sillón, por un momento pensé que iba a pasar algo más y me entró miedo.

La iba a parar para no hacer nada aún, ya que no me sentía preparada, pero reí cuando noté que se recostó sobre mí y poco después se quedó dormida, dejándome confundida.

[...]

Narra Lu.

Estaba preparando el desayuno, esperé a que Sam se despertara para desayunar con ella, sabía que lo haría rápido.

Y así fue, cuando sentí sus brazos al rededor de mi cintura y su cabeza recostada en mi espalda.

— ¿Dormiste bien?— Pregunto y asentí sonriendo.— Ayer estabas... muy cariñosa.

— Lo sé.

— ¿Lo sabes? ¿Por qué ?— Preguntó.

— Lo hice de echo, no estaba borracha, solo quería que me demostraras que me amas.— Respondí y me di la vuelta para mirarla, sus mejillas agarraron un tierno color carmesí.

— ¿Entonces, fingiste estar borracha?

— Si, ya que también solo así Juan me dejaría venir contigo.— Respondí y sonrió.

— Que lista eh Luna.— Dijo riendo y sonreí abrazándola.— Me gusta que fingieras, síguelo haciendo.

— Lo que usted mande.

Serví el desayuno y nos sentamos a comer, ya que hoy no le tocaría entrenar.

Ya faltaba poco para ir a España, me da miedo y eso que no soy yo la que se va a pelear.

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Ola :)

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