ɢɪʀʟs ɪɴ ʟᴏᴠᴇ - ʀɪᴠᴇʀs_ɢɢ

21. ᴍɪ ᴛᴀʀᴊᴇᴛᴀ

Narra Luna

Estábamos buscando que comer con Samy, se le antojaba algo de afuera, pero no quería salir, así que iba a pedir la comida.

— Entonces, ¿Sushi?— Preguntó y lo pensé por unos segundos.

— No puedo comer sushi, soy alérgica a los mariscos.— Hable y me miró con el ceño fruncido.

— ¿Como que eres alérgica a los mariscos y nunca me dijste?— Preguntó acercándose a mi, hasta miedo me dio.

— Pues si, digo, no pensé que fuera necesario.— Hable tan nerviosa.

— ¿Es por eso que no me recibías comida con mariscos va mensa?— Preguntó nuevamente y asentí.— Pediré hamburguesas entonces, ¿si?

Me dio un beso y salió de la sala.

— Pero qué acaba de pasar.— Hablé confundida.

Seguí viendo unas cosas en mi celular y después regresó con el suyo y me abrazó.

— ¿Que pasa?— Pregunté confundida.

— Mi tarjeta, no acepta mi tarjeta para pagar la comida.— Hablo cubriendo su cara en mi brazo.

sonreí y mordí mi labio.

— ¿Porque no usas la mía?— Pregunté y me miró.

— ¿Puedo usarla?

— Pues si Samy, puedes usarla cada que quieras.— Hable dándosela, me dio un beso nuevamente y regresó  al cocina.

Que tarde tan rara.

— Yap, solo queda esperar.— Hablo sentándose a la par mía, después hizo que me recostara en el sillón y se cómodo sobre mi, buscó que la abrazara y puso su cabeza en mi pecho.

Asentí y la abrace.

— ¿No te molesta?— Preguntó y abrí mis ojos confundida.

— ¿Que cosa?

— Que haya pagado con tu dinero.— Respondió.

— ¿Por qué me molestaría?— Cuestione.— No me afecta en nada pagar la comida Samy, además, si estás conmigo no dejaré que gastes tu dinero.

— Bueno, igual no puedo hacer nada, no te puedo regañar ya que siempre me terminarás convenciendo así que ni modo.— Hablo abrazándome más y reí asintiendo.

Ya que siempre, siempre la termino convenciendo.

Nos estuvimos hablando hasta que tocaron el timbre.

— Voy yo.— Hablé levantándome.

— ¿Segura?

— Si, ya regreso.— Hablé dándole un corto beso y fui a la puerta.

Ahí recibí la comida y regresé.

Le di la bolsa, ya que se que le emociona sacar la comida.

Después, empezamos a comer y me ofreció de su hamburguesa, que era exactamente igual que la mía, la misma, pero obviamente le acepté y mordí su hamburguesa, sonrió con las mejillas llenas.

Sonreí también y seguimos comiendo.

Una de las cosas que tenemos es que yo como rápido y ella come lento, así que yo terminé primero que ella.

Se veía bien bonita comiendo, como su nariz se arrugaba al probar algo raro, o de textura diferente.

Samy 📍

Luna me estaba viendo ya ratos, sus pupilas dilatadas como siempre y sonriendo, imposible no ponerme nerviosa cuando me ve así.

— ¿Por qué me ves así?— Pregunté, tenía comida en mi boca así que me cubrí con mi mano para poder hablar.