AU: Lo que pudieron ser

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Miró por la ventana de su habitación de hospital con su único ojo bueno, se sentía aburrido y solo, pues su padre estaba trabajando en algún lado del lugar y su mamá fue a casa con Francisco. El horario de visitas no empezaba hasta dentro de unas horas, veía el sol aparecer lentamente en el horizonte.

La influencia de su papá hizo que lo pusieran en una habitación con vista al amanecer, como tanto le gustaba al joven.

Quería ver a Simón, aún sentía miedo de lo ocurrido y creía estar desprotegido. Su corazón estaba acelerado y eso alteraba las máquinas que tenía conectadas.

— Rafael, por favor, trata de calmarte —le pidió el enfermero que entró a su habitación.— Estás a salvo acá.

Rafa asintió como pudo, pero le dolía todo el cuerpo y eso le hizo quejarse, comenzaron a escaparse lágrimas de sus ojos y no reconocía si era por el dolor o la tristeza o el miedo. Quizás era todo lo acumulado en él que simplemente surgió después de horas.

— ¿Querés que te duerma? Así no te va a doler nada —le sugirió.

Negó con violencia.— ¡No! Por favor, no —sollozó.— No quiero.

— Te va a ayudar —trató de convencerle.

— ¿Y si no despierto? —preguntó con el miedo incrementándose.— No me quiero morir... no quiero... ¡soy muy chico!

— No te vas a morir, Rafael —le aseguró, con voz calmada.— Sólo estarás dormido por un rato, luego te despertarás y te sentirás un poco mejor.

— No quiero...

— Habrá alguien con vos cuando despiertes.

— Por favor...

No fue mentira cuando dijo que le haría bien, y tampoco cuando dijo que habría alguien junto a él. Al abrir sus ojos nuevamente, su mamá estaba hablando con su papá y un colega, su doctor. Francisco estaba sentado a los pies de la camilla jugando con sus dedos, tenía los ojos llenos de lágrimas mientras oía a los adultos hablar.

— No llores, Fran —le con la voz rasposa. El niño alzó la cabeza para mirarlo, ahí las lágrimas comenzaron a caer.— Sabés que no me gusta verte llorar.

— ¡Rafa! —chilló Fran gateando con cuidado hacia él, acomodándose en su brazo bueno. Lloró en él con muchísima pena y susto.— ¡No me hagas eso de nuevo!

— Fran, bájate, lo vas a lastimar —su padre dijo.

— No, no —el ojiazul se apresuró, apretando a su hermano con el mismo brazo.— Déjalo... por favor... —susurró besándole la frente.— Lo siento, Frani —se disculpó en voz baja, temblando.— No fue mi intención asustarte.

— Pero estás bien —el menor sollozó.— Estás bien, conmigo.

Unos minutos después, Fran tuvo que bajarse para permitirle al médico revisar al chico, sus vitales, sus reflejos y sus golpes. Luego, un oficial de policía ingresó al cuarto preguntando por lo temido para el joven.

— ¿Recordás más o menos cómo lucían?

Rafa trató de hacer memoria, sólo recordaba que eran de su clase, no quienes eran.

Y le parecía curioso que alguien de su clase haya hecho algo así, pues jamás le han demostrado repudio, ni a él ni a Simón. No les ha hecho nada malo, apenas y uno nota que están en el salón al fondo del todo.

Dijo lo que sabía y recordaba, sintiéndose horrible al decirlo, asqueado y dolido. Luego de eso, se quedó en la camilla con los ojos medio abiertos, recordar eso le había cansado de sobremanera.

ꜱɪɴᴄᴇ ᴄʜɪʟᴅʜᴏᴏᴅ // ᴇꜱᴛᴇʙᴀɴ x ꜰʀᴀɴᴄɪꜱᴄᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora