Cada beso se sentía como una caricia de pétalo de rosas, cada caricia como el abrigo del viento cálido en primavera y cada mordisco juguetón era como el pinchazo de una mosquita de un campo.
Francisco le besó la piel con mucha devoción y ternura, escuchándole soltar suspiros bajos, rogando débilmente por más toques como esos. No le prendían de esa manera desesperada, sino que le hacía sentirse querido, el contacto físico le parecía muy importante a Esteban.
— Te movés como gusano —se rió Fran con la boca apoyada en el cuello contrario.
— ¿Querés que te bese todo, a ver si no te movés así? —le retó Kukuriczka pegándole suavemente en el brazo, sin verdaderas intenciones de lastimarlo.
— No, a mí me gusta besar, no ser besado.
— Claro, claro. Mejor quédate ahí -lo apretujó entre sus brazos.— Me gusta más tenerte aquí.
— ¿Dejándome sin aire?
— Podés respirar con normalidad, ni que fueras pug atragantado.
— Sos pesado con mi perro —se quejó Romero.— Pobrecito, no te hizo nada mi niño.
— Me dejó lleno de pelos y muchos mocos —bufó Esteban haciendo un puchero.— Y esos mocos no eran los míos.
— Él no es un chico malo, sólo quiere ser él mismo —Fran sonrió. Sacó la cara de su cuello y alzó la cabeza, para estar a la altura del rostro de Esteban.— ¿Puedo seguir besándote? —preguntó casi que con una timidez fingida.
— Sos un atrevido vos —susurró deslizando su mano por toda su espalda, rozando sus labios con los contrarios. Luego puso sus manos en los costados de la cara de Francisco, colando algunos dedos entre sus cabellos.— Vos no me vas a besar, yo te voy a besar.
Torpemente juntaron los labios, entre deseo y cariño. De esa misma forma que hicieron en los pasillos del colegio, se besaban en la cama de Francisco como dos muertos de hambre, como si no acabasen de besarse hace menos de diez minutos.
Pero claro, son las hormonas y las ganas, la calentura que se generaba con los agarres y roces.
Fran se las ingenió para subirse a Kukuriczka con ambas piernas a sus costados, prontamente sintió un bulto bajo suyo, pero en lugar de incomodarle hizo que jadeara. Esteban sonrió en medio del beso y siguió con su labor, acariciando la piel pálida y caliente del menor.
Una prenda fue desapareciendo seguida de otra, y cuando apenas quedaba la ropa interior, algo en ellos les hizo parar.
— Espera, espera —jadeó Fran cortando el beso.— Esto... ¿lo vamos a hacer?
— ¿Vos querés? —le preguntó Esteban sosteniendo sus caderas con firmeza, esperando una positiva o negativa.— Podemos no hacerlo.
Lo pensó un poco, nervioso pero seguro. Se mordió el labio inferior y asintió frenéticamente; lo quería a él.
— Sí quiero —respondió con seguridad.— ¿Y... y vos? —un brillo singular decoraba sus bonitos ojos, ilusionado.
— No querría hacerlo con otra persona que no fueses vos.
Mierda, mierda, mierda. ¿Ahora qué? El porno no era una opción viable, ¿qué había que hacer?
— ¿Y... qué hacemos?
— ¿Dejarlo fluir, ver dónde nos lleva?
— ... me gusta como suena eso.
Se besaron con timidez ahora, con las respiraciones más aceleradas de lo que estaban.
Dicho y hecho, dejaron fluir toda la situación. Acabaron desnudos uniendo sus cuerpos y almas, sosteniéndose entre sus brazos con suavidad como si fuesen lo más delicado del mundo.
Francisco lo abrazó, chocando su desnudo pecho con la espalda de Esteban, acomodándose y acariciándole el abdomen con cuidado y ternura, la misma zona que besó unos minutos atrás, justo por debajo de su ombligo.
Esteban sentía una paz que jamás pensó tener, estando cómodo entre los brazos de su amado novio con su respiración chocándole en la nuca.
— ¿No te duele nada? —le preguntó el ojiverde.
— Nop. Me siento bien, muy bien... pero a la siguiente sos vos.
— ¿A la siguiente?
— D-Digo... si querés... no es... no debemos si no... —comenzó a tartamudear.— Ya sabés...
— Te estoy molestando —le besó la oreja.— Sí va a haber siguiente vez.
— Boludo me asustas.
Francisco rió por lo bajo y se sentó, dejándolo ir de su cálido agarre. Le acarició la pierna por encima de sus sábanas con lentitud, viéndolo sonreír con las mejillas rosas.
— Sos tan lindo —halagó Romero, casi quedando hipnotizado mientras lo miraba.— En serio... tan lindo...
— Si vos decís...
— Yo sólo digo verdades, no sé vos —se encogió de hombros.- ¿Querés comer algo?
— No, me quiero quedar aquí —le agarró la mano y lo jaló hacia su propio cuerpo.— Tenerte así de nuevo, disfrutar de vos y tu calor, tu aroma, tu suavidad...
— Te ponés romántico cuando querés —le guiñó un ojo, apoyándose en su pecho desnudo.
— Ya mejor no te digo nada.
Le besó la mejilla una y otra vez, sacándole unos mechones de pelo del rostro.
Ninguno podía creer lo que acababan de hacer, pero se sentía tan natural que ni siquiera había una pizca de vergüenza o incomodidad, era como algo cotidiano, algo que venían haciendo desde hacia tiempo, pero apenas llevaban meses juntos.
— Me gusta cuando sos romántico, me hace sentir querido —le susurró trazando corazones en su piel con el dedo índice.— Sos bueno con las palabras, me gusta eso de vos.
— ¿Sí?
— Sí, podrías ser incluso poeta.
— No me gusta la poesía.
— ¿Y qué te gusta? —le miró.
Pareció pensarlo, con notoria dificultad.
— No sé.
— Mhm... ya sabrás algún día, pero sigo diciendo que de poeta serías bueno.
— De poeta me cago de hambre... mentira que ya lo hago.
Francisco le pegó en el pecho cuando soltó eso, casi que infartándose al oírlo.- No puede ser que hayas dicho eso -se tapó la boca, sin creérselo.
— Mis chistes, mis traumas —Kuku se defendió.
— De comediante también te cagas de hambre, y no repitas el chiste.
— Bueno ya. ¿Y a vos qué te gusta?
— Ay, no sé. Quiero ser psicólogo infantil, pero también profe de jardín.
— ... es más concreto que lo mío —se encogió de hombros.— Pero es lindo. ¿Te gustan los niños?
— Creo que puedo ayudarles, como mi psicóloga hizo conmigo —una honesta sonrisa se asomó en sus labios.— Ay, hace años que no hablo con ella.
— ¿Ya no vas?
— Me tuvo que derivar a una colega suya, pero me di de alta solito porque no quería trabajar con ella —suspiró.
— Eso es tan poco sano.
— Y bueno, ¿me lo decís vos?
Esteban rodó los ojos.— Ya entendí, estoy arruinado.
— Estamos arruinados —le corrigió.
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ꜱɪɴᴄᴇ ᴄʜɪʟᴅʜᴏᴏᴅ // ᴇꜱᴛᴇʙᴀɴ x ꜰʀᴀɴᴄɪꜱᴄᴏ
Fanficprimer capítulo: 23/03/24 último capítulo: 18/04/24 ★ actualizaciones: casi todos los días (no prometo nada). ☆ todo es ficticio, no se asume la sexualidad de nadie. es por mera entretención. ★ contenido sexual, consumo de alcohol, diferentes tipos...