(Irresistible- one direction )
Clar
Estar en la sección escuchando las estupideces de Shirley y Helena es, sin duda, la peor tortura para quienes todavía tenemos neuronas. Sus conversaciones banales sobre ropa y chicos son como un ruido constante que me taladra los oídos, y no soy la única que lo siente. Astrid está al borde de un ataque de nervios; puedo ver cómo se muerde el labio con frustración, y me da la impresión de que en cualquier momento podría pegarse un tiro.
—¿Te das cuenta de que han estado hablando de lo mismo durante casi una hora? —le susurro a Astrid, tratando de hacerla reír un poco. Ella me lanza una mirada que mezcla desesperación y humor.
—Es como si estuvieran atrapadas en una burbuja de superficialidad —responde, sacudiendo la cabeza—. Me pregunto si alguna vez se dan cuenta de lo aburrido que eso .
Miro a Shirley y Helena desde la esquina del ojo. Están tan absortas en su charla sobre tendencias de moda y los chicos más "guapos" que ni siquiera parecen notar nuestra presencia. La forma en que se ríen entre ellas me hace sentir como si estuviéramos en un episodio de alguna serie adolescente donde todo gira alrededor de chismes vacíos.
—Deberíamos hacer algo para salir de aquí —sugiero, buscando una escapatoria—. ¿Qué tal si vamos a la cafetería? Al menos ahí podemos hablar de algo más interesante, como nuestros planes para el fin de semana o esa nueva película que todas están comentando.
Astrid asiente con entusiasmo.
—¡Sí! Necesitamos un rescate urgente. No sé cuánto más puedo soportar esto sin perder completamente la cordura.
Nos levantamos y nos dirigimos hacia la salida, tratando de no llamar demasiado la atención. Al pasar junto a las chicas, escucho a Shirley decir:
—Y entonces él me miró como si fuera la única en el mundo...
Esa frase me hace poner los ojos en blanco. Mientras nos alejamos, Astrid suelta una carcajada.
—¿De verdad creen que eso es lo más emocionante que les ha pasado? —dice entre risas—. Debemos encontrar algo mejor que hacer con nuestras vidas.
Con cada paso que damos hacia la cafetería, siento cómo se disipa la tensión acumulada en mi cuerpo. La idea de dejar atrás esa conversación vacía me llena de alivio.
En la cafetería, el aroma del café recién hecho nos recibe calurosamente, y pronto nos encontramos sentadas en una mesa apartada, aún no han tocado pero no quiero estar en un espacio donde escucho la risa chillona de Shirley.
—Hablemos de cosas reales —propongo mientras tomo un sorbo de mi jugo—. Hablemos de que en el trabajo nos han otorgado en diseño, solo estamos haciéndolo nosotras. Dios, es insoportable que la que se cree la líder, la buqui —Melany— no esté trabajando nada en los diseños navideños y todo nos lo haya dejado a nosotras.
Astrid abre la boca para responder, pero es interrumpida.
—¿Qué yo qué? —la voz de Melany se hace presente y me giro a verla. Está con el ceño fruncido, claramente ofendida.
—Melany, estamos hablando de cómo te has desentendido del proyecto —le digo, tratando de mantener la calma, aunque siento que la tensión crece en la mesa—. No es justo que solo nosotras estemos asumiendo todo el trabajo.
—¿Desentendido? No tengo tiempo para eso. Estoy ocupada con otras cosas más importantes —responde Melany con desdén, cruzando los brazos.
Astrid se inclina hacia adelante, su mirada fija en Melany.
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El Chico Del Balcón
RomantikCuando Elías se muda a una nueva ciudad, lo último que imagina es que un simple balcón se convertirá en su refugio. Sin embargo, todo cambia al conocer a su vecina, clarisse , cuya lengua afilada y sarcasmo mordaz logran arrancarle sonrisas incluso...