Elías
La chica del balcón me había llamado idiota. ¿Cuántas posibilidades había de que mi vecina fuera mi alumna? Una en un millón. Sin embargo, ahí estaba, en mi salón, intentando ocultarse detrás de un grueso libro de texto. La vi antes de entrar a la sección y supe que no podría escapar.
A decir verdad, estaba espantada. Su rostro estaba pálido era como si hubiera visto un fantasma; sus ojos se abrieron desmesuradamente cuando le ordené que se sentara de frente.
Sonrío mientras la luz suave del aula ilumina el ambiente, creando un espacio propicio para el aprendizaje. Caminando con confianza entre las filas, observo a mis alumnos. Algunos están concentrados en sus laptops , mientras otros toman notas en cuadernos o tabletas. La atmósfera está impregnada de expectativa.
—Bienvenidos a este fascinante universo donde la creatividad se fusiona con la estrategia. El diseño gráfico no es simplemente una forma de arte; es una herramienta poderosa de comunicación que convierte ideas complejas en mensajes visuales impactantes.
Mientras recorro el salón, percibo la atención de los estudiantes. Algunos toman apuntes con dedicación, mientras otros intercambian miradas cómplices llenas de curiosidad. En una esquina, un grupo de chicas muestra un interés particular en mis palabras.
Una estudiante de tez morena y cabello rizado levanta la mano.
—Profe, ¿cuál es su diseño gráfico favorito? —pregunta con entusiasmo.
—Admiro el trabajo de diseñadores como Paul Rand. Sus conceptos son atemporales y siempre logran transmitir un mensaje claro y contundente. Cada línea y cada color que elige son meticulosamente pensados; eso marca la diferencia.
—¿De verdad? —se inclina hacia adelante, soltando un leve suspiro .
Las risas suaves resuenan entre las chicas del grupo. Sin embargo, mi atención se dirige hacia Bella, quien está sentada en la fila del medio con una expresión de escepticismo y rueda los ojos al escuchar a sus compañeras reír .
—¿Por qué debería importarme el diseño gráfico? —interrumpe una chica de tez blanca y cabello castaño claro casi rubia .
—Vera señorita .. —la insto a que comparta su nombre.
—Hellen.
—Hellen, imagina que estás creando una campaña publicitaria para un nuevo producto. Necesitas captar la atención de tu público objetivo. ¿Cómo lo lograrías?
Ella frunce el ceño, como si desentrañara un enigma complejo.
—No sé... ¿con colores brillantes? Pero eso no siempre funciona —responde con desconfianza, frunciendo ligeramente el ceño mientras acomoda sus lentes. Sin embargo, una gran sonrisa se dibuja en su rostro — aunque los colores rosas siempre funcionan.
—Los colores son solo un componente del rompecabezas. La verdadera clave radica en comprender a tu audiencia: sus intereses, emociones y cómo pueden conectarse con tu mensaje. El diseño trasciende lo estético; es contar historias y crear conexiones significativas que resuenen en el corazón de las personas.
En ese momento, escucho un murmullo apenas audible proveniente de Bella, quien está a solo un paso de mí. Su voz, cargada de sarcasmo y desdén, corta el aire.
—Eso debería saberlo ella si eligió esta carrera —murmura, sin preocuparse por ocultar su crítica. Se da cuenta de que la he escuchado y, rápidamente, levanta la mirada hacia el techo como si buscara respuestas en las nubes invisibles que se asoman por la ventana. Luego, desvía su mirada hacia el exterior, como si el paisaje pudiera ofrecerle un escape de la incomodidad del momento.
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El Chico Del Balcón
RomanceCuando Elías se muda a una nueva ciudad, lo último que imagina es que un simple balcón se convertirá en su refugio. Sin embargo, todo cambia al conocer a su vecina, clarisse , cuya lengua afilada y sarcasmo mordaz logran arrancarle sonrisas incluso...