Capítulo 30: Un Nuevo Comienzo

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[Apolo]

La ceremonia de graduación finalmente había llegado, un momento lleno de emoción y nostalgia mientras nos despedíamos de Hogwarts y nos preparábamos para enfrentar el mundo fuera de sus muros. Para mí, la graduación fue un momento de orgullo y satisfacción, ya que me gradué con honores, recibiendo el reconocimiento por mis esfuerzos y dedicación durante mis años en la escuela.

Draco y yo estábamos radiantes de felicidad, nuestros ojos brillaban con una mezcla de emoción y anticipación por lo que el futuro nos deparaba. Habíamos compartido tantos momentos memorables juntos, y ahora estábamos listos para dar el siguiente paso en nuestro viaje conjunto.

El banquete de graduación fue una celebración de todo lo que habíamos logrado y una despedida agridulce de los años que habíamos pasado en Hogwarts. Nos reunimos con nuestros amigos y compañeros de clase, compartiendo risas y recuerdos mientras brindábamos por el futuro que nos esperaba.

Después del banquete, Draco y yo nos dirigimos a uno de los jardines. Era un lugar tranquilo y hermoso, ideal para una conversación íntima. Sentí que era el momento adecuado para hablar de algo que había estado en mi mente durante mucho tiempo.

—Draco —dije, tomando su mano suavemente—, he estado pensando en nosotros y en nuestro futuro. Me gustaría que algún día nos casáramos, pero entiendo que ahora mismo ambos tenemos metas a largo y corto plazo.

Draco me miró con esos ojos grises que siempre me han fascinado, y asentí, comprendiendo que él también tenía sus sueños y ambiciones.

—Deseo que cumplas todo lo que has soñado —continué—, y quiero que sepas que siempre estaré aquí para esperarte.

Nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la serenidad del jardín y del mutuo entendimiento que habíamos alcanzado. Sabíamos que nuestro amor era fuerte y que podíamos superar cualquier obstáculo.

Con el tiempo, ambos nos dedicamos a lo que deseábamos: yo al cuidado de criaturas mágicas y Draco a la alquimia. Los dos logramos encontrar nuestro lugar en el Ministerio de Magia. Aunque nuestros caminos profesionales nos mantenían ocupados, siempre encontramos la manera de estar juntos y apoyarnos mutuamente.

Nuestro amor siguió siendo fuerte a pesar de los años. Aunque no estábamos comprometidos, seguíamos siendo novios, disfrutando de cada momento juntos y creciendo tanto individualmente como en nuestra relación. Sabíamos que el verdadero amor puede superar cualquier obstáculo y prosperar a lo largo del tiempo, y eso era todo lo que necesitábamos.

~×~

Han pasado mucho tiempo desde nuestra graduación y esa conversación en el jardín de Hogwarts. La vida fuera de la escuela ha sido un torbellino de nuevos comienzos y oportunidades emocionantes. Draco y yo decidimos mudarnos juntos a un apartamento cerca del Ministerio de Magia. Fue una decisión natural para nosotros, ya que ambos trabajábamos allí y queríamos aprovechar al máximo nuestro tiempo juntos.

El apartamento era pequeño pero acogedor, lleno de luz y con una vista impresionante de la ciudad mágica. Al entrar por primera vez, sentí una oleada de felicidad al imaginar todos los recuerdos que crearíamos en ese lugar. Estábamos empezando un nuevo capítulo, y la emoción era palpable en el aire.

—Este lugar es perfecto, Apolo —dijo Draco, sonriendo mientras colocaba una caja en el suelo—. Puedo imaginarme las noches leyendo juntos en el sofá y los desayunos perezosos los fines de semana.

Sonreí, sintiendo una calidez en mi pecho. —Sí, es perfecto. Estoy tan feliz de que estemos haciendo esto juntos.

Con el paso de los días, nuestro apartamento se fue llenando de vida. Las paredes se adornaron con fotos de nuestros amigos y recuerdos de Hogwarts. Mis libros sobre criaturas mágicas compartían espacio en las estanterías con los textos de alquimia de Draco. Nuestras rutinas se entrelazaban de manera armoniosa: los desayunos rápidos antes de ir al trabajo, las cenas tranquilas donde discutíamos los eventos del día, y las noches en el sofá, donde nos acurrucábamos bajo una manta mientras leíamos o simplemente disfrutábamos de la compañía del otro.

Una tarde, mientras desempacábamos las últimas cajas, Draco se detuvo y me miró con una sonrisa juguetona.

—¿Sabes qué? —dijo, sacando una pequeña planta de una caja—. Creo que este lugar necesita un toque de verde. Y pensé que podríamos cuidar de esta planta juntos, como un pequeño proyecto.

Tomé la planta y la observé. Era una pequeña mandrágora, una de las plantas mágicas más fascinantes. —Me encanta la idea —respondí, riendo—. Será nuestro primer “hijo”.

Draco se unió a mi risa y juntos encontramos el lugar perfecto para nuestra nueva planta. En ese momento, me di cuenta de lo afortunado que era. Había encontrado a alguien con quien podía compartir mis sueños y aspiraciones, alguien que me entendía y me apoyaba incondicionalmente.

Nuestra vida juntos no era perfecta, teníamos nuestros desafíos y diferencias, pero cada día nos acercábamos más. A pesar de las ocupaciones del trabajo, siempre encontrábamos tiempo para nosotros, asegurándonos de que nuestra relación siguiera siendo una prioridad.

Una noche, mientras nos acurrucábamos en el sofá después de un largo día, miré a Draco y sentí una oleada de gratitud.

—Gracias por estar aquí conmigo, Draco —dije suavemente—. No puedo imaginar mi vida sin ti.

Draco me miró con ternura y me besó en la frente. —Siempre estaré aquí, Apolo. Te amo.

En ese momento, supe que, sin importar lo que el futuro nos deparara, estaríamos bien. Teníamos nuestro amor, nuestra amistad, y un hogar que construíamos juntos, día a día. Y eso, para mí, era más que suficiente.

𝑪𝒐𝒏𝒔𝒕𝒆𝒍𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 & 𝑬𝒔𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 || 𝑨𝒑𝒐𝒍𝒐×𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora