Capítulo 3: Entre secretos y vergüenzas

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Me sentía atrapado en un torbellino de emociones contradictorias. Después de presenciar el apasionado encuentro entre Draco y Harry en aquel pasillo solitario, no puedo sacarme la imagen de la cabeza. A pesar de mi apertura hacia la diversidad sexual, me siento abrumado por la vergüenza y la confusión. Nunca esperé encontrarme en una situación como esta, y mucho menos involucrando a dos de los chicos más prominentes de Hogwarts.

El miedo se apodera de mí cada vez que recuerdo las miradas furiosas que me dirigieron Draco y Harry después de ser descubiertos. Temía que me persiguieran, que me castigaran por saber demasiado. Aunque soy un estudiante de intercambio, de cuarto o quinto año, como Harry y Draco, aún me siento demasiado joven para enfrentarme a las consecuencias de conocer un secreto tan grande.

Así que decidí evitarlos. Evitar a Draco y a Harry a toda costa. Me escondo en los rincones de Hogwarts, tratando de no cruzarme con ninguno de los dos. Siempre miro por encima del hombro, esperando no encontrar sus miradas acusatorias.

A pesar de mis esfuerzos por mantenerme alejado, me siento constantemente observado. Cada vez que entro en una habitación, tengo la sensación de que Draco y Harry están al acecho, esperando atraparme en sus redes de secretos y mentiras.

Pero lo que más me atormenta es la vergüenza. La vergüenza de haber visto a dos chicos besándose, sí, pero también la vergüenza de sentirme tan vulnerable y asustado. Me pregunto si otros han pasado por lo mismo, si alguien más ha visto algo que no debería haber visto.

Paso las noches en vela, repasando una y otra vez lo que he presenciado. Intento encontrar una explicación lógica, una forma de justificar lo que he visto. Pero cuanto más pienso en ello, más confundido me siento.

En medio de mi conflicto interno, me aferró a la esperanza de que todo volverá a la normalidad. Espero que Draco y Harry olviden pronto nuestro encuentro, que sigan con sus vidas como si nada hubiera pasado.

Sin embargo, esa esperanza se desvanece cada día que pasa. Cada vez que veo a Draco o a Harry en los pasillos, la tensión entre ellos es palpable. Sé que algo ha cambiado entre ellos, algo que yo he desencadenado sin querer.

Pero a pesar de todo, sigo adelante. Asisto a mis clases, hago mis deberes y participo en las actividades escolares. Trato de mantener una fachada de normalidad, incluso cuando mi mundo interior está en caos.

Y así, mientras el tiempo pasa y el miedo y la vergüenza me siguen acechando, me aferró a la esperanza de que algún día todo volverá a ser como antes. Ruego para que Draco y Harry me olviden, para que su secreto quede enterrado en el pasado y yo pueda seguir adelante con mi vida en Hogwarts.

Pero por ahora, solo puedo esperar y rezar, y tratar de sobrevivir a cada día en el mundo lleno de secretos y sombras que es Hogwarts.

Caminaba hacia la biblioteca, absorto en mis pensamientos, cuando de repente sentí que alguien me jala hacia el interior de un salón. Mi corazón dio un vuelco al darme cuenta de que era Harry y Draco quienes me habían arrastrado hasta allí.

— ¡Por todos los cielos! ¿Qué están haciendo? —exclamé, tratando de liberarme de su agarre.

Harry me miró con furia contenida. — ¿Qué demonios estabas haciendo espiándonos, Apolo?

Respiré hondo, tratando de mantener la calma. — No los estaba espiando, simplemente los vi. Cualquiera podría haber pasado por ese pasillo en ese momento. No fue intencional.

Draco intervino, con un tono de voz duro. — ¿Y qué esperas que hagamos ahora? ¿Nos vas a delatar?

Fruncí el ceño, sintiendo una mezcla de indignación y miedo. — ¡No! ¡Claro que no! Solo quiero que me dejen en paz.

La tensión en la habitación era palpable, como si estuviéramos atrapados en un enfrentamiento de voluntades. Miré de un lado a otro, buscando una salida, pero me encontré rodeado por Harry y Draco, ambos con expresiones desafiantes en sus rostros.

—Lo siento, chicos, no quería meterme en sus asuntos —dije finalmente, tratando de apaciguar la situación—. Pero necesito que entiendan algo, no quería verlos en plena acción...

Hubo un momento de silencio mientras mis palabras se asentaban en la habitación. Finalmente, Draco se sonrojó ligeramente y habló.

—No estábamos... haciendo lo que piensas, Apolo. Solo era un beso.

Asentí con comprensión. —Lo entiendo, no necesito detalles sobre su relación. Solo quiero que sepan que no tengo intención de causarles problemas. Además, si desean mantener su relación en secreto, por mí está bien. No quiero ser una molestia, solo quiero que me dejen en paz.

Harry y Draco intercambiaron una mirada, como si estuvieran sopesando sus opciones. Finalmente, Harry soltó un suspiro y retrocedió, liberándome de su agarre.

—Está bien, Apolo. Pero recuerda, si alguna vez hablas de esto, te arrepentirás —dijo con voz amenazante.

Asentí con la cabeza, sintiendo un alivio momentáneo al verse liberado de su presión. Me di la vuelta y salí corriendo del salón, sintiendo el peso de su mirada en mi espalda.

Mientras caminaba por los pasillos vacíos de Hogwarts, me sentí aliviado de haber escapado de ese encuentro tenso. Pero al mismo tiempo, una sensación de malestar persistía en mi mente, recordándome que había visto algo que no debía haber visto, y que ahora estaba atrapado en un mundo de secretos y peligros que no entendía.

Prometí a mí mismo ser más cuidadoso en el futuro, pero sabía que la sombra de Harry y Draco seguiría persiguiéndome, recordándome que en Hogwarts, los secretos podían ser mortales.

Esperaba con ansias el día en que pudiera alejarme de todo esto y volver a una vida normal, lejos de los peligros y las intrigas de Hogwarts. Pero por ahora, solo podía seguir adelante, tratando de sobrevivir a cada día en este mundo mágico lleno de peligros y misterios.

𝑪𝒐𝒏𝒔𝒕𝒆𝒍𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 & 𝑬𝒔𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 || 𝑨𝒑𝒐𝒍𝒐×𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora