Después de unos días de darle vueltas al asunto en mi cabeza, decidí que era hora de hablar con Apolo sobre lo que sucedió en la biblioteca con Potter. Aunque intenté ignorarlo, el incidente seguía rondando mis pensamientos, como una sombra oscura que se niega a desaparecer.
Me encontré con Apolo en uno de los jardines del castillo, donde solíamos escaparnos para tener un poco de privacidad. El suave murmullo del agua de la fuente y el aroma de las flores en flor nos rodeaban, creando un ambiente de tranquilidad que necesitaba desesperadamente en ese momento.
Estaba nervioso, pero sabía que tenía que sacarlo todo de mi sistema. Apolo -llamé, notando cómo se giraba hacia mí con una sonrisa en su rostro. Pero antes de que pudiera decir algo más, él habló primero.
— Draco, ¿qué pasa? Te noto un poco... inquieto últimamente -dijo, su tono preocupado. ¿Cómo lo había notado? Intenté mantener la calma mientras le contaba lo que había sucedido en la biblioteca con Potter.
— Recuerdo cuando estaba en la biblioteca tratando de estudiar tranquilamente, pero Potter apareció de repente - empecé, sintiendo el peso del recuerdo en mis hombros. Yo solo quería alejarme, pero él insistió en que regresara. — Pude ver la preocupación en los ojos de Apolo mientras hablaba, pero seguí adelante, sintiendo la necesidad de sacar todo esto de mi pecho. — Después de un rato, Potter comenzó a hablar de cosas personales, cosas sobre nosotros...
Pero antes de que pudiera terminar, me interrumpió. — Lo sé, Draco. Te seguí esa noche - admitió, mirándome a los ojos con una mezcla de tristeza y preocupación. Mi corazón se hundió. ¿Cómo no me había dado cuenta de que él estaba allí?
— Apolo, lo siento. No quería que supieras... No quería que te sintieras así -balbuceé, luchando por encontrar las palabras adecuadas para expresar mi arrepentimiento.
— Draco, tengo miedo -confesó, su voz apenas un susurro. Tengo miedo de que algún día decidas que no merezco estar contigo, de que me dejes por alguien mejor.
Sus palabras me golpearon como un puñetazo en el estómago. ¿Cómo podía pensar eso de mí? ¿Cómo podía pensar que yo sería capaz de dejarlo?
Sin pensarlo dos veces, me acerqué a él y lo abracé con fuerza. — Apolo, nunca, nunca te dejaría -le aseguré, sintiendo la necesidad de que supiera la verdad.— Tú... tú significas todo para mí. No importa lo que pase, siempre estaremos juntos.
Apolo se aferró a mí como si su vida dependiera de ello, y en ese momento supe que había hecho lo correcto al hablar con él. Aunque aún tenía miedo de lo que el futuro pudiera deparar, sabía que juntos podríamos superarlo. Porque cuando estás enamorado, el miedo puede ser poderoso, pero el amor lo es aún más.
Después de esa conversación, Apolo y yo nos quedamos en el jardín, hablando sobre nuestros miedos y esperanzas para el futuro. Nos prometimos apoyarnos mutuamente en cada paso del camino, sin importar los desafíos que enfrentemos.
Poco a poco, sentí que el peso se levantaba de mis hombros, reemplazado por una sensación de calma y seguridad que solo Apolo podía brindarme. Me di cuenta de lo afortunado que era de tenerlo a mi lado, y prometí nunca dar por sentado nuestro amor y nuestra conexión.
A medida que el sol se ponía en el horizonte y las estrellas comenzaban a aparecer en el cielo nocturno, Apolo y yo nos quedamos abrazados, disfrutando del momento de paz y tranquilidad que habíamos encontrado juntos. Sabía que, pase lo que pase en el futuro, siempre tendríamos el uno al otro para enfrentar los desafíos de la vida.
★・・・・・・・★・・・・・・・・★
Después de esa noche en el jardín, Apolo y yo nos sentimos más unidos que nunca. Nuestra conversación honesta y vulnerable había fortalecido nuestros lazos y renovado nuestra determinación de enfrentar cualquier desafío juntos.
Durante los días siguientes, nos apoyamos mutuamente de todas las maneras posibles. Pasábamos tiempo juntos explorando los terrenos del castillo, compartiendo risas y confidencias. Cada momento a su lado se sentía como un regalo, una bendición que nunca dejaría de agradecer.
Apolo y yo también encontramos consuelo en nuestras actividades individuales. Mientras él practicaba música en la sala común de Slytherin, yo me sumergía en mis estudios y en la práctica de hechizos en la sala de duelo. Sabía que siempre podía contar con su apoyo y su aliento, así como él podía contar con el mío.
Pero a pesar de nuestra conexión cada vez más fuerte, los temores de Apolo seguían acechando en su mente. A menudo lo encontraba perdido en sus pensamientos, con la mirada lejana y preocupada. Hice todo lo que estuvo en mi poder para reconfortarlo, recordándole constantemente cuánto lo amaba y lo valioso que era para mí.
Sin embargo, nuestros momentos de felicidad no podían durar para siempre. Un día, mientras caminábamos por los terrenos del castillo, Apolo parecía particularmente inquieto. Su usual sonrisa había desaparecido, reemplazada por una expresión de profunda preocupación.
— ¿Estás bien, Apolo?— pregunté, colocando una mano en su hombro para transmitirle mi apoyo.
Él suspiró, desviando la mirada hacia el suelo.
— Draco, necesito hablar contigo sobre algo importante— dijo, su voz cargada de ansiedad.Mi corazón se apretó con preocupación al verlo así. — Por supuesto, Apolo. ¿Qué sucede?— pregunté, tratando de ocultar mi propia ansiedad.
Apolo se detuvo y se volvió hacia mí, su mirada llena de angustia. — Es sobre mi familia — comenzó, su voz temblorosa. — Recibí una carta de casa esta mañana. Mi madre está enferma, y... y parece ser que se siente demasiado mal, mi padre ha llamado a los mejores medimagos... —
El golpe de las noticias fue como un puñetazo en el estómago. Mi corazón se llenó de tristeza al ver el dolor en los ojos de Apolo. Quería abrazarlo, consolarlo, pero me sentí impotente ante su sufrimiento.
— Apolo, lo siento mucho — murmuré, poniendo una mano en su mejilla y acariciándola con ternura. — Estoy aquí para ti, siempre. Lo superaremos juntos —
Él asintió, una mezcla de gratitud y desesperación en su mirada. Nos abrazamos con fuerza, aferrándonos el uno al otro como si fuéramos la única fuente de consuelo en un mundo lleno de dolor.
ESTÁS LEYENDO
𝑪𝒐𝒏𝒔𝒕𝒆𝒍𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 & 𝑬𝒔𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 || 𝑨𝒑𝒐𝒍𝒐×𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐
FanficMiré a Draco, sus ojos brillaban con una intensidad que siempre me había parecido fascinante. - Draco- comencé - Siempre he encontrado algo increíblemente interesante en ti. Me gusta cómo tus ojos brillan cuando hablas de algo que te apasiona. Esa...