Desperté envuelto en los cálidos brazos de Apolo, la luz del amanecer filtrándose suavemente a través de las cortinas entreabiertas. Su respiración era tranquila y regular, y el suave roce de su piel contra la mía me llenaba de una sensación reconfortante de paz y serenidad.Con ternura, acaricié su mejilla, memorizando cada rasgo de su rostro con los dedos mientras mis ojos se encontraban con los suyos en un intercambio silencioso de amor y gratitud. La suavidad de su sonrisa me llenaba de calidez y felicidad, y supe en ese momento que no había lugar en el mundo donde preferiría estar que aquí, junto a él.
— Buenos días, mi amor —susurré, mis labios rozando los suyos en un beso suave y tierno.
— Buenos días, Draco —respondió Apolo, su voz suave y melodiosa como una canción de cuna.
Nos levantamos juntos de la cama, compartiendo un momento de intimidad mientras nos ayudábamos mutuamente a vestirnos. Cada contacto era una caricia reconfortante, recordándonos la profundidad de nuestro vínculo y la conexión especial que compartíamos.
Decidimos aprovechar el día al máximo antes de regresar a Hogwarts, y bajamos juntos las escaleras hacia la cocina, donde Liam ya estaba preparando el desayuno. El aroma tentador de café y pan tostado llenaba el aire, despertando nuestros sentidos y haciéndonos sonreír con anticipación.
Durante el desayuno, compartimos risas y conversaciones animadas con Liam y Alice, compartiendo anécdotas sobre nuestra vida en Hogwarts y hablando sobre nuestros planes para el futuro. Sentí un cálido sentido de pertenencia y amor mientras compartíamos este momento juntos como una familia.
Después del desayuno, decidimos dar un paseo por los hermosos jardines que rodeaban la casa. El sol brillaba en el cielo, pintando el paisaje con tonos dorados y cálidos. Caminamos de la mano, disfrutando del roce suave de la hierba bajo nuestros pies y el susurro suave del viento en los árboles.
Durante nuestro paseo, compartimos sueños y aspiraciones, hablando sobre las carreras que deseábamos seguir después de graduarnos de Hogwarts y discutiendo cómo podríamos apoyarnos mutuamente en el camino. Hablamos sobre la posibilidad de vivir juntos después de la escuela, construyendo una vida llena de amor y aventuras.
Finalmente, regresamos a la casa, nuestros corazones llenos de alegría y gratitud por el tiempo que habíamos pasado juntos. Nos sentamos juntos en el sofá, compartiendo momentos de ternura y afecto mientras nos relajábamos en la calidez del hogar.
Mientras el día llegaba a su fin y el sol se ponía en el horizonte, nos abrazamos con fuerza, sabiendo que juntos podríamos enfrentar cualquier desafío que la vida nos presentara. En ese abrazo, encontramos la paz y la felicidad que tanto anhelábamos, sabiendo que nuestro amor era eterno y que juntos podríamos superar cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino.
Después de abrazarnos con fuerza, Apolo y yo nos quedamos un momento más en silencio, disfrutando de la calidez reconfortante de nuestro amor compartido. Las palabras parecían innecesarias en ese momento, ya que nuestras miradas y abrazos hablaban más que cualquier frase podría expresar. Finalmente, nos separamos lentamente, pero nuestras manos permanecieron entrelazadas, como si temieran perder el contacto el uno con el otro. Con una sonrisa suave, Apolo me miró a los ojos, sus orbes brillando con una mezcla de ternura y determinación.
— Draco, quiero que sepas que eres la luz de mi vida —dijo Apolo con voz suave pero firme—. No puedo imaginar un futuro sin ti a mi lado. Eres mi todo.
Mis ojos se llenaron de lágrimas de felicidad al escuchar sus palabras, y sentí un nudo en la garganta mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía.
— Apolo, tú también eres mi todo —respondí finalmente, mi voz temblorosa con emoción—. No puedo imaginar mi vida sin ti. Eres la mejor parte de mí, y te amaré siempre.
Nos miramos el uno al otro con una mezcla de amor y gratitud, sabiendo que estábamos unidos por un vínculo que nada podría romper. En ese momento, en el abrazo del otro, encontramos la paz y la felicidad que tanto anhelábamos, y supimos que juntos podríamos enfrentar cualquier desafío que la vida nos presentara. Tomados de la mano, nos aventuramos hacia el futuro con corazones valientes y espíritus llenos de esperanza, listos para escribir el próximo capítulo de nuestra historia de amor juntos. Con cada paso, nos acercábamos más a nuestros sueños y aspiraciones, confiando en el poder del amor para guiarnos en nuestro viaje.
Y mientras caminábamos juntos, sentimos una sensación de profunda gratitud por el regalo del uno al otro, sabiendo que habíamos encontrado en el otro un compañero para toda la vida.
ESTÁS LEYENDO
𝑪𝒐𝒏𝒔𝒕𝒆𝒍𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 & 𝑬𝒔𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 || 𝑨𝒑𝒐𝒍𝒐×𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐
Hayran KurguMiré a Draco, sus ojos brillaban con una intensidad que siempre me había parecido fascinante. - Draco- comencé - Siempre he encontrado algo increíblemente interesante en ti. Me gusta cómo tus ojos brillan cuando hablas de algo que te apasiona. Esa...