Errores

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Tomura tiene más o menos una semana desde que se queda a solas con Hikai, es un bebé adorable, no obstante no deja de ser una criatura que llora la mayoría del tiempo y de la cual su medio de comunicación es llorar.
Está exhausto, Hikai se siente tan ajeno, aun si intenta mantenerse positivo, todo parece tan oscuro, Dabi salió para arreglar unos asuntos en la liga, gracias a lo pequeño que está el bebé, es necesario que sea él el que se quede a su cuidado. Ha tenido que demostrar que es lo suficiente apto para cuidar de él y de su hijo, para qué lo dejarán quedarse a solas con él.
Al parecer es un buen actor o ha mantenido el autocontrol lo suficiente para que piensen que es apto, si pudieran entrar en su mente se darían cuenta de lo mal que está, de lo inestables que son sus pensamientos. Desde que Hikai nació se siente pesimista, cuando estaba en su vientre era mucho más fácil.
Su nacimiento fue un golpe de realidad para Tomura, todo dio un giro diferente, ya no parecía tan fácil o tan positivo como parecía cuando el bebé estaba en su interior.
Desde que sostuvo a Hikai entre sus brazos descubrió lo que es el temor, ese mismo que había dejado de sentir desde hace mucho, se sintió aterrado, todo a su alrededor se volvió oscuro y solo pudo pensar en lo difícil que sería criar a un niño, no estaba listo, de eso no hay duda, pero no hay vuelta atrás, y ahora ese niño de cabellos claros lo necesita más que nadie.
Intenta ser fuerte, pero todo es tan difícil, tan pesado, el simple hecho de despertar cada mañana le cuesta demasiado, desde siempre se ha sentido solo, pero la soledad que siente ahora es diferente, ¿por qué ahora que debería sentirse amado y apoyado se siente de este modo? Tan solo, tan triste y tan desesperado...
Inhala el aire de la mañana, la luz que entra por la cortina le indica que ya amaneció, los sonidos de los pájaros harían feliz a cualquier, más no a él, solo le hace sentir que es un día más al que debe sobrevivir.
Hikai permanece dormido junto a él, Dabi lo dejo ahí antes de salir, como estaba llorando, Tomura le dio de comer y lo acuno hasta dormirlo.
Se ve tan tranquilo desde donde está, tan inocente, es una lástima no sentir amor por él, no lo odia, simplemente le cuesta sentir algo por ese niño que se mira tan ajeno. La depresión posparto es el peor enemigo de una madre.
Esconde su cabeza entre sus rodillas, lleva más o menos tres horas en la misma posición, sentado en la cama, hecho ovillo con las rodillas contra el pecho. No consiguió volver a dormir desde que Dabi dejo la cama, así que simplemente se sentó a mirar a Hikai.
¿Qué será de ese niño?
¿Serán buenos padres?
¿Qué sucederá con Endeavor ahora que sabe de su existencia? ¿Se quedará callado, o les quitará a su nieto?
¿Qué sucederá si AFO se entera?, no es un buen hombre, si Hikai hereda algún poder bueno de la mezcla de ambos, no tardará en querer quitárselo. Se siente aterrado.
Los pensamientos no dejan en paz su cabeza. Instintivamente lleva sus manos a sus oídos y se queja mientras presiona su cabeza.
A su lado Hikai despierta, se percata al escuchar su llanto, su piel se eriza de inmediato, el llanto del niño lo pone muy mal, le desespera, nunca ha sido paciente y ahora es algo que le cuesta bastante.
Se frustra, gruñe y se arrastra hasta el menor, desde arriba mira esos ojos color aqua que tanto le gustan, lo hace sentir culpable que la mayoría de veces que los ve, están llenos de lágrimas.
Toma al bebé entre sus brazos y lo consuela.
_ Hikai, deja de llorar... _ no para de mecerlo.
El estar cerca de su madre es suficiente para que Hikai se calme, después de unos minutos se queda dormido, Tomura aprovecha para dejarlo de nuevo en la cama, no soporta tenerlo cerca tanto tiempo, siente que no lo merece y la posibilidad de poder poner en peligro al menor, le da tanta ansiedad que lo evita de cualquier modo.
Mantiene su distancia y regresa a su rincón en la cama.
Hikai respira con tranquilidad ¿Qué sucedería si coloca la almohada sobre él?, se ahorraría muchas preocupaciones...
Con ese pensamiento tan terrible abandona la cama, se incorpora tan rápido que en un dos por tres está en el baño, cierra la puerta como si de esta manera esos pensamientos aterradores se quedarán atrás.
No quiere hacerle daño, se siente terrible, mira al espejo y solo puede encontrar ese rostro lleno de ojeras y rasguñones que tanto lo deprime.
¿¡Cómo puede pensar en hacerle eso a Hikai!? ¡Es su hijo!, ¿¡Qué clase de enfermo es!?
No puede más, se deja caer contra el mueble del lavamanos mientras solloza. Se siente tan ansioso, más ansioso que nunca.
¿¡ Y si esos pensamientos se hacen realidad!?
Solloza en silencio, no quiere despertar a su hijo, sus uñas rasguñan su carne una y otra vez, insatisfecho, comienza a jalonear su cabello, la sensación de dolor lo calma un poco, se siente perdido, no puede más con ese cúmulo de emociones que revolotean en su mente enferma de tristeza. Sus uñas se encajan en su piel, tan profundo que la sangre brota.
Duele... Pero es un dolor grato, solo puede pensar en hacerse daño para no hacérselo a Hikai.
Sus manos tiemblan.
Nunca podrá cuidar a Hikai, ¿ y si ese niño está mejor lejos de ellos?
El hecho de que alguien como Dabi pueda sentir amor por ese niño, lo hace sentir aún más inútil, ¿es tan malo como para no sentir nada por él!?
La depresión no es una excusa, ¿ y si simplemente no siente nada por nadie y está echando la culpa a un trastorno después del embarazo?
Le asusta que esa sea la verdad.
Todos quieren a su hijo menos él...
Su cabeza choca contra el mueble tras de él, lo hace una y otra vez, sin ser lo suficiente fuerte para sangrar ni para despertar a Hikai.
Le falta el aire, si corazón late con tanta fuerza que siente que saldrá de su pecho, su cabeza, pecho y ojos duelen, puede sentir la tibieza de las lágrimas dejando un camino desde sus ojos hasta su mentón, donde caen solo para perderse en su ropa o impactar contra sus manos.
La ansiedad lo sobrepasa, se levanta y comienza a caminar de un lado a otro, como si fuera un león enjaulado.
Solo puede pensar en terminar con esto, su miserable vida siempre ha sido tan asqueante que se siente enfermo solo de rememorarla.
¿Quién extrañaría a una basura como él?, nadie, la respuesta es clara.
Nadie sentiría tristeza, está seguro que sería todo lo contrario, Dabi podría cuidar de Hikai, está seguro de que sus compañeros lo ayudarían.
Se toca la cabeza, siente que explotara del dolor.
Observa a su alrededor, en busca de algo para hacerse daño.
No hay nada a simple vista, abre el cajón donde guardan cosas para el aseo personal, el rastrillo de Dabi lo saluda. Su mano se mueve temblorosa, se detiene a escasos centímetros de el, tarda unos segundos que parecen horas en tomarlo.
Con el rastrillo entre sus manos se mira al espejo, tiene los ojos rojos e hinchados de tanto llorar. ¿Qué clase de madre es?, esa pregunta se repite una y otra vez en su cabeza.
Pone el seguro a la puerta y se deja caer contra ella. Desde su lugar quita la tapa al rastrillo, un par de movimientos para qué logre sacar una de las navajas, cuando la tiene entre sus dedos se siente ansioso.
Tira lejos lo que resta del rastrillo y se centra en el trozo de metal afilado entre sus dedos.
El filo es tan cortante que se hiere de solo maniobrarlo.
La sangre lo hace sentir una mezcla de satisfacción y tristeza extrema, de nuevo solloza, es tan cobarde.
Recuerda las muchas veces que pensó en terminar con su vida, mismas que nunca llegaron a algo más que heridas.
La sangre que le gotea del dedo cae al suelo, una gota densa lo tiñe de rojo, se ve tan bien ver su sangre.
Una gota de su sangre a cambio del bienestar de su hijo...
Toma la navaja, la observa atentamente, imaginando como sería encajarla contra su piel pálida, como teñiria sus dedos de ese carmín tan exquisito.
Mientras tiene esa clase de pensamientos, las lágrimas no paran. Recuerda la escena sangrienta del día en que asesino a toda su familia.
La toma de una esquina y desliza el filo por uno de sus muslos desnudos, solo lleva una sudadera de Dabi, así que la piel pálida de sus piernas le suplica teñirse de rojo.
El dolor es reconfortante, arde al igual que ese dolor en su pecho.
La toma de nuevo y repite un par de veces, ahora cuenta con un montón de cortadas a lo largo de su muslo derecho, repite en el izquierdo antes de arrojar la navaja en el cesto de basura.
La sangre escurre por sus piernas, se siente débil y más ansioso que antes.
Hikai está tan silencioso... Un pensamiento fugas ataca de nuevo, " Si sufre una muerte de cuna sería reconfortante".
Golpea su cabeza al pensar algo tan maquiavélico.
El golpe es tan fuerte que no tarda en hincharse y ponerse rojo. Ahora tiene un golpe evidente en el costado derecho de la frente.
Quiere comprobar que su hijo esté bien, pero estar cerca solo resulta peor, es un peligro para él, justo en estos momentos.
Solo necesita quitarse los guantes y ya está, desintegrará al bebé mucho antes de que este despierte.
Con eso en mente se aparta aún más de la puerta, la bañera es lo más lejano, así que se sienta en ella, se hace ovillo y recuesta el rostro contra sus rodillas. Le duele todo.
Hace días que no se alimenta como es debido, así que todo el tiempo se siente débil y sin fuerzas para hacer lo más mínimo.
Su mente es un caos, abre la llave del agua fría para que esta lo haga salir del trance. El chorro helado gotea contra su espalda. Su cuerpo se vuelve más helado de lo que ya estaba.
El frío lo hace abrir el agua caliente. Hace tiempo leyó un artículo que decía que si te cortas las venas y te metes en agua tibia sería menos doloroso. ¿O era fría?, no lo recuerda, solo puede pensar en que el agua helada es horrible.
Cuando se entibia lo suficiente deja de sentir frío, cierra la fría y deja la caliente abierta hasta que el agua es de una temperatura grata. Finalmente cierra ambas llaves, dentro de la tina se relaja, cierra los ojos y se recuesta con la cabeza contra la orilla de la tina.
Ojalá el agua se llevará todos esos pensamientos negativos.
Un lloriqueo lo alerta, abre los ojos y escucha atento, Hikai solloza al otro lado de la puerta, lo hace tan fuerte que no puede hacerse de oídos sordos.
Espera un poco para ver si se calma solo, pero después del primer minuto de llanto sin pausas, pierde la esperanza, se siente agitado. No sabe si sea lo mejor ir a consolarlo.
Espera y después de unos minutos se decide a ir, sale de la tina sin importarle mojar todo, el agua le escurre por todas partes, el piso tras de él queda empapado.
Cuando abre la puerta el llanto del menor se vuelve más fuerte.
Avanza hasta el menor que se remueve en el colchón.
_ Hikai..._ cuando llega hasta el bebé, este lo ve con ojos llorosos, siente tanta frustración y culpa que se aparta.
Avanza por la habitación intentando ignorar el llanto de aquel niño.
Hikai simplemente necesita de su madre, y eso es algo que no soporta.
El bebé llora sin empatía hacia su madre, es un niño inocente que solo quiere que Tomura lo cargue y lo consuele. Simplemente eso.
Dejando a un lado toda esa frustración y culpa, lo toma entre sus brazos, Tomura no lo sabe, pero lo mojado que está solo hace a Hikai llorar más, por más que lo acuna y le suplica entre lágrimas que se calle, el bebé no le hace caso, se retuerce entre sus brazos sin dejar de sollozar a todo pulmón.
Y es ahí cuando Tomura pierde la paciencia.
_ ¡Cierra la maldita boca!_ grita con tanta furia que Hikai se asusta como nunca y solloza aún más desesperado.
_ ¡Cállate! ¡Cállate!_ grita agitando a Hikai. Esto solo lo asusta más, por ende llora más.



NOTAS DEL AUTOR:
HOLI, LAMENTO ESTAR TAN AUSENTE, HE ESTADO OCUPADA, PERO YA ESTOY ESCRIBIENDO MÁS, MIENTRAS TERMINO LOS OTROS TEXTOS LES DEJO ESTA PRIMER PARTE DE UN CAPITULO UN POCO MÁS LARGO, LES AGRADEZCO TODO SU APOYO Y TODOS LOS COMENTARIOS LINDOS QUE ME DEJAN, PROMETO CONTESTAR TODOS, TARDE PERO SEGURO 🤗❤️❤️❤️

One shot DabiShiga ( Familia) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora