Bajé del bus tratando de comprender la llamada que acababa de tener con mi madre. No solo me recordó que estaba castigada, si no que me mandó a hacer su trabajo porque ella iba a hacer una visita a la abuela.
Supervisar las cadenas de restaurantes no era divertido, a mí me gustaba estar en primera fila en la batalla. Pero a ella no le gustaba la idea tampoco, quería que heredara su cadena.
Observé la calle un par de veces, no recordaba dónde estaba el restaurante en cuestión. No frecuentaba esa zona de la ciudad, no por algo en especial, simplemente estaba algo lejos de casa y ningún conocido vivía por ese barrio. A pesar de no ser un barrio muy conocido para mí, estaba repleto de gente, y no fue hasta que llegué al restaurante que comprendí parte del porqué. Había una gila enorme fuera, fue difícil que me dejaran pasar. Cómo era de esperar, pensaban que me estaba colando, pero al llegar a la entrada y sacar la carpeta de mi madre el segurata me dejó vía libre de inmediato. El isotipo de la empresa en rojo sobre aquella negra carpeta me daba autoridad en aquel lugar. Aquel lugar tan mal organizado.
Las mesas estaban mal distribuidas, muchas se daban al mover las sillas, y eso estaba dificultando a los empleados moverse por ahí. Había dos anchos pasillos con alfombra roja, uno el de entrada hacia la caja, y otro hacia los servicios. Claramente estaba mal pensado.
Dejé la carpeta delante del hombre de la caja, no tardó en sonreírme amablemente, algo que no hizo hasta que no mostré la carpeta.
—Buenas tardes...
—Jang, dígame así—eché un último vistazo al lugar—La organización es deplorable.
—Nuestros servicios funcionan perfectamente, así que vayamos a lo importante...
—No, la organización del local también es importante—señalé las mesas—dificultan el paso tanto a clientes como empleados, la seguridad y comodidad de ambos es un problema a tratar.
—Mira niña, no sé de dónde has salido, pero mete la nariz en tus asuntos y no en mi restaurante.
—Un jefe desconsiderado, irresponsable e irrespetuoso, se lo diré a mi madre. No hace falta más revisión, volveré en otra ocasión.
—¡Niña!
—Esta niña te puede quitar el restaurante.
Maldito hijo de su madre...si supiera las ganas que tenía de quitarle el negocio en esos momentos...¡Si estuviera en mi poder ya estaría de patitas en la calle!
Sentía el enojo ahogarme mientras esperaba al bus para ir al local que me faltaba, una pequeña cafetería. Recordaba el local porque estaba cerca de mi instituto, era el típico negocio bonito, barato y poco conocido por su mala localización. Por suerte subsistía de los institutos y academias cercanas a ella. Abría desde temprano y cerraba tarde permitiendo a los alumnos asistir antes y después de clases sin problemas. Yo había estado estudiando allí alguna vez y el ambiente era relajante, la música de los altavoces solía ser un piano y los colores pastel de los muebles y paredes la hacían acogedora. Me había obsesionado con unas galletas de chocolate y avellanas. Seguramente se sorprendería al saber que yo era hija de su jefa. Quería ver la cara del señor Myung al ver que traía una carpeta con sugerencias y supervisión del local.
—¿Qué haces por aquí?
Salté en el sitio dándome con la barra horizontal del bus en el codo. Jul sonrió de inmediato. Me froté mi adolorida extremidad sin quitarle la vista a mi amigo. Se apoyó en la barra como yo antes y me preguntó de nuevo qué hacía por allí a esas horas. No tardé mucho en actualizarle, era bastante habitual que mi madre me preguntara sobre su trabajo, pero que me mandara al trabajo de campo era nuevo.
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Part Of Me -Yeonjun
Fiksi PenggemarEran diferentes, sus vidas lo eran. Yuwon odiaba ese pueblo, y ellos eran parte de él. Yeonjun era un chico tranquilo que vivía en el pueblo. Ella vivía en la ciudad. No tenían mucho en común. Ella buscaba algo que le llenara; y lo encontró en Yeon...