Antología parte 6

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Yang, la valiente niña de cabello rubio, siempre había sido la protectora de su hermana menor. Desde aquel día en el que se enfrentó a dos Beowolf para salvarla, había jurado protegerla a toda costa. La confianza y determinación que emanaban de sus ojos lilas irradiaban un aura de seguridad que reconfortaba a su hermana en los momentos más difíciles.

Años después, en un oscuro bar de la ciudad de Vale, la música apenas se escuchaba desde la solitaria calle. Era extraño, pues aquellos lugares solían estar abarrotados de gente ansiosa por pasar un buen rato. Sin embargo, aquel día el local parecía haber sido abandonado por completo. La razón de su aparente desolación se encontraba en su interior, donde una intensa batalla se libraba entre los clientes y el personal del establecimiento.

Un hombre fue lanzado como un proyectil, girando en el aire antes de estrellarse contra los sillones del local. Yang, la misma niña de cabello rubio que una vez enfrentó a los Beowolf, se encontraba en medio del caos, con una expresión de determinación en su rostro.

—¿Eso es todo? —inquirió con calma, observando al hombre que yacía en el suelo.

—¡Auch! ¿Eres una cazadora o qué? ¿Acaso los nuevos libros de Beacon sugieren que debes golpear para obtener información? —respondió el dueño del bar, frotándose la cabeza adolorida.

Yang sonrió con inocencia y entusiasmo, revelando sus intenciones.

—Soy una estudiante de Signal. ¡Y el próximo año estudiaré en Beacon!

El dueño del bar, conocido como "Junior" Xiong, no pudo contener su sorpresa ante la revelación.

—¡Los estudiantes no deberían andar metiéndose en clubes nocturnos! —exclamó, levantándose del suelo y sacudiendo la suciedad de su ropa.

—He escuchado que en Vale hay alguien que posee mucha información. Necesito saber sobre alguien a quien estoy buscando —declaró Yang con determinación.

Junior frunció el ceño, negándose a cooperar con una simple estudiante.

—Ya te he dicho que no proporcionó información a niñas que aparecen sin previo aviso, y mucho menos a estudiantes que ni siquiera son cazadores —replicó, tomando asiento en uno de los pocos sillones que permanecían intactos. Sacó una caja de cigarrillos de su bolsillo y encendió uno, ignorando la mirada desafiante de Yang.

La joven no se dejó intimidar por la actitud del hombre. Sabía que, para cumplir su promesa de proteger a su hermana, debía encontrar respuestas, sin importar los obstáculos que se interpusieran en su camino.

—Por eso acordamos que me dirías si te ganaba en un duelo —añadió Yang con orgullo, desafiante.

—Debí quedarme callado. Su fuerza bruta es increíble —murmuró Junior para sí mismo, mientras evaluaba a la intrépida joven. —Está bien... Pasaste a mis hombres con relativa facilidad... ¿Quién eres, rubecita?

—Yang... Yang Xiao Long.

—Ya veo —respondió Junior, asintiendo con respeto ante el nombre pronunciado con orgullo por la joven.

Mientras Yang afirmaba su identidad con orgullo, una voz femenina resonó en el ambiente, haciendo que su cuerpo se tensara ante el presentimiento de peligro inminente. En un ágil movimiento, esquivó el feroz ataque de dos chicas prácticamente idénticas, cuya fuerza creó un agujero en el suelo con su embate.

—¡Wooo! —exclamó Yang, impresionada por la demostración de poder.

—Melanie... —nombró una de las chicas.

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