El crepúsculo se desplegaba como un manto oscuro sobre el campo de batalla, teñido por los destellos de los enfrentamientos que aún rugían con ferocidad. La batalla contra el ejército sobrante de los Grimm estaba lejos de llegar a su fin. La amenaza del ultimátum del comandante Jamers había desencadenado un flujo constante de estas criaturas hacia la ciudad, pues el miedo, como un imán macabro, los atraía.
En medio de aquel caos, una imponente nave atlasiana surcaba los tenebrosos vientos, como un rayo de esperanza en medio de la desesperación. En su interior, resguardados por la armadura de su nave, se encontraba nuestro grupo de héroes, rostros tensos pero decididos, listos para enfrentar lo que fuera necesario.
En la Academia Atlas, James, Vine, Harriet y Elm aguardaban con impaciencia la llegada de nuestros héroes. Sin embargo, James no estaba dispuesto a subestimar la situación; sabía que la rendición no sería una opción fácil para aquellos que se enfrentaban a la oscuridad desatada. Con cautela, había traído consigo un arma de poder descomunal, preparado para hacer frente a cualquier insensatez que pudiera surgir.
La tensión en el aire era palpable, como una tormenta que amenazaba con desencadenarse en cualquier momento. Los destinos de ambas partes, entrelazados por el hilo frágil de la esperanza, se encontraban a punto de converger en un épico enfrentamiento que decidiría el destino de la ciudad y de quienes la defendían con valentía.
Mientras la batalla rugía en el exterior, en lo más profundo de las sombras, un ejército de androides se preparaba para ejecutar su siniestro plan. Con la bomba ominosa lista para su despliegue, su objetivo era claro: si el acuerdo no se lograba, Mantle sería reducida a escombros y cenizas.
Sin embargo, en medio de su maquinaria implacable, un destello de esperanza se alzaba en el horizonte. Un disparo certero, como un eco en la oscuridad, hizo estallar uno de los androides en un estallido de chispas y metal retorcido. Mientras tanto con el general.
El general, con la solemnidad que solo la responsabilidad de proteger una ciudad bajo asedio puede otorgar, instó a sus tropas a estar preparadas para cualquier eventualidad. La incertidumbre sobre el destino de Penny, una aliada valiosa en tiempos turbulentos, pesaba como una losa sobre sus hombros.
Harriet, firme en su liderazgo de los Ace-Ops, no titubeó en dejar claro que cualquier intento de amenazar a Penny sería recibido con una respuesta inmediata y contundente. Las condiciones del general resonaron en el aire, marcando el fin de los juegos y el inicio de un enfrentamiento que prometía ser épico.
Vine, con su alma inclinada hacia la paz y el diálogo, dejó escapar un suspiro mientras contemplaba el horizonte lleno de incertidumbre. Él no era un hombre que buscara la confrontación; prefería resolver las diferencias con palabras en lugar de con golpes. Sin embargo, su gesto no pasó desapercibido para Harriet, cuya determinación no admitía dudas ni vacilaciones.
-¿Algún problema? -inquirió ella, su mirada llena de determinación.
-Solo estaba reflexionando sobre cómo hemos llegado a este punto -respondió Vine, con un dejo de tristeza en su voz. A su lado, Elm, su compañera de armas, compartía sus pensamientos, aunque optó por guardar silencio y obedecer las órdenes como un buen soldado.
En ese momento, el Scroll del general emitió un tono, anunciando la llegada de un mensaje crucial.
-¿Qué sucede, señor? -inquirió Vine, con la mirada fija en su superior.
-Qrow y Robin están en el hangar de la academia -informó el general, su tono grave revelando la seriedad de la situación.
-¿Intentan detener la carga? -cuestionó Vine, con la preocupación dibujada en su rostro.
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Tu en RWBY
AdventureLos personajes de RWBY no me pertenecen. Tb un chico de 17 años que "escapó" de su terrible niñez como ex mercenario. Intentando olvidar los recuerdos de sus pecados con su nueva vida llena de aburrimiento. Hasta que una chica con capucha roja lo in...