Altercation at the Auspicious Auction

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Tras pasar un tiempo en la acogedora residencia de Cherry, donde aprovecharon para refrescarse y descansar brevemente, el equipo reanudó su camino, siguiendo a Cherry hasta llegar al borde del acantilado. Desde allí, se desplegaba ante sus ojos un paisaje asombroso y singular, que parecía estar dividido en distintas tierras, cada una con características inusuales y sorprendentes. En el centro de este panorama destacaba majestuoso un gran árbol, imponente y misterioso.

—¿Nos quedaremos aquí en silencio reflexionando sobre esto, o vamos a hacer algo al respecto? —inquirió Yang, dirigiéndose a su hermana menor con una mezcla de impaciencia y curiosidad.

—Sé que este lugar es extraño, pero ¿un cuento de hadas? No, eso es imposible.

Ruby cuestionó la información proporcionada previamente por Blake, quien sugirió que podrían encontrarse en un cuento de hadas, mientras un ratón parlante descansaba cómodamente sobre su hombro. Las chicas, con los ojos muy abiertos, observaron al ratón que, al despertarse, apoyó la teoría de Ruby. Esto provocó que la líder del grupo sintiera una gota de vergüenza recorriéndole el rostro.

—Ya hemos visto cosas improbables, pero eso no significa que estemos en un cuento de hadas —dijo Weiss con escepticismo. —¿De verdad estamos considerando esto en serio?

—¿Tienes alguna explicación mejor para todo esto? —respondió Yang con otra pregunta, desafiando a Weiss a ofrecer una alternativa más lógica.

—Intentemos ser un poco más racionales, ¿sí? —insistió Weiss, tratando de mantener la compostura. —Caímos del cielo, Ruby se hizo amiga de un ratón.

—¡Amiga! —exclamó el ratón con entusiasmo, como para subrayar su punto.

—A Blake y a mí nos atraparon unas vides. Y Yang conoció a Cherry, quien al parecer conoce al Caballero —continuó Weiss, enumerando los eventos extraordinarios que habían experimentado hasta el momento.

La conversación quedó en suspenso mientras todas reflexionaban sobre la acumulación de hechos extraños. Cada una intentaba reconciliar la lógica con la evidente irrealidad de su situación. La escena ante ellas, con su peculiar combinación de elementos improbables, parecía desafiar cualquier explicación racional. Sin embargo, la posibilidad de estar viviendo dentro de un cuento de hadas era difícil de aceptar para mentes acostumbradas a enfrentarse a lo tangible y real, por más que lo ocurrido hasta ahora se alejara de lo común y corriente.

Ambas miraron a Cherry, quien parecía disfrutar plácidamente del sol. Estaba vestida con un elegante traje de baño en tonos negro y blanco, y llevaba unos lentes de sol que le daban un aire sofisticado mientras leía una revista. La imagen de Cherry en esa pose relajada y segura de sí misma provocó un leve sonrojo en las chicas, que no pudieron evitar sentirse un tanto cohibidas.

—R-Regresando al tema... —Ruby apartó la mirada con esfuerzo, intentando recobrar la compostura y centrarse en lo que realmente importaba. —Les parecerá una locura, pero esto me resulta extrañamente familiar.

—La chica que se cayó del mundo —murmuró Blake, dando unos pasos hacia el borde del precipicio y mirando el paisaje con ojos entrecerrados. —C-creo que estamos en Ever After.

—Blake, ese mundo no existe —respondió Weiss con un tono que intentaba ser definitivo, aunque se percibía una leve duda en su voz. —Era solo una historia que todas leímos de pequeñas. Un cuento de hadas, nada más.

—Te equivocas, querida.

La voz de Cherry interrumpió sus pensamientos. Con la gracia y sigilo de una felina, Cherry se había acercado sin ser vista al oído de Weiss, quien se sobresaltó al sentir el cálido aliento de Cherry tan cerca de su piel. La joven ahora vestía su atuendo habitual, y su proximidad inesperada provocó un sonrojo aún más intenso en Weiss. Cherry, disfrutando del efecto que causaba, mantuvo su mirada fija en la de Weiss, quien no pudo evitar sentirse atrapada por esa intensidad.

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