36. Expuestas.

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Erika no tenía dudas. Si el bolso de Natacha había desaparecido misteriosamente, Fermín y sus amigos debían estar involucrados. Entró al gimnasio hecha una furia, caminó haciendo sonar sus talones, las tetas le rebotaban de forma cómica, esto sacó una sonrisa en los presentes.

—Devolvele el bolso a Natacha ya mismo —Erika hincó su índice en el pecho de Fermín. El pibe le dedicó una sonrisa socarrona—. Te hablo en serio, pelotudo. Si tenés un problema conmigo, entonces hablalo conmigo; pero no metas a mis amigas en todo esto.

—¿De qué estás hablando, flaca? Yo no sé nada de ese bolso.

—No te hagás el pelotudo. Hace poco desaparecieron mis cosas, y las de Xamira también. Sabemos perfectamente que fuiste vos... y que los imbéciles de tus amigos son tus cómplices.

—Te aseguro que no tengo nada que ver con el bolso de Natcha.

—Decime dónde está, ya mismo, o sino...

—¿O sino qué? —Dijo el Joaco, que se acercó a Erika por detrás, acompañada de otros dos de sus amigos.

—No les tengo miedo. Les puedo asegurar que si están molestando a Natacha, la van a pasar mal.

—Calmate, tetona —Fermín habló con calma—. Es cierto que nosotros escondimos tu mochila, y la de tu amiguita marimacho... Xamira. Eso fue porque estaban metiendo las narices donde no corresponde. Pero te aseguro que no tenemos nada que ver con Natacha. Esa chica no nos importa. No se mete con nosotros y nosotros no nos metemos con ella. Así de simple.

—No te creo nada. Voy a seguir buscando por el colegio y cuando descubra que vos estás detrás de todo esto... ya vas a ver.

—Hacé lo que quieras —Fermín se encogió de hombros y le dio la espalda.

Erika se fue del gimnasio aún más enojada que antes. Al salir su cabeza chocó con la de otra alumna. Erika se cayó de culo al piso, la otra logró sostenerse contra la pared.

—Aiiaaa... —Erika se frotó la cabeza con una mano, el dolor era agudo; pero de a poco comenzó a esfumarse—. ¿Podés mirar por dónde caminás?

—Ay, perdón... es que saliste tan rápido que ni te vi.

Erika entendió que el asunto era culpa suya y se sintió una imbécil por tratar mal a esta chica.

—Perdón, es que... vengo de discutir con ese pelotudo de Fermín. Ese pibe me saca de quicios.

—Justamente con él quería hablar. ¿A vos también te desapareció la mochila?

—¿Qué? No... a mí no, pero sí a una amiga. Fermín dice que no tiene nada que ver, pero yo no le creo.

—Todas las demás también sospechan de él.

—¿Las demás?

—Hay varias chicas del instituto a las que les desparecieron sus pertenencias: bolsos, mochilas, celulares, carpetas... y más cosas.

—Epa... esto ya es distinto, estamos hablando de un robo masivo. Por cierto, yo soy Erika Arias Ballester, del 1-A.

—Yo me llamo Noelia Castelli. Voy al 2-D.

Erika la examinó atentamente. Noelia era una chica delgada, sin mucha carne. Aunque su rostro le pareció precioso. Facciones delicadas, labios sensuales, cabello castaño oscuro cayendo sobre sus hombros. Sus ojos verdes y su piel olivácea le daban un aire exótico, como de medio oriente. Erika pensó que esta chica bien podría ser una de las modelos de Verónica LeClerc.

—Muy bien, Noelia. Necesito que me cuentes todo lo que sabés sobre los robos. Vamos a encontrar al responsable.

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Intriga Lasciva - El Instituto.Where stories live. Discover now