40. Némesis.

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Al regresar al instituto Siara fue directamente al salón de Arte. Ya se habían ido todos, excepto la profesora. Stefany Lemmens estaba completamente desnuda, con su fibroso cuerpo cubierto por perlitas de sudor. Sonrió al ver entrar a Siara y ella saludó tímidamente. Ya había visto a Stefany sin ropa, pero verla en ese estado le transmitía otra vibra. Era el cuerpo del delito. El sudor solo podía significar una cosa: hubo sexo. No sabía qué había pasado pero su imaginación podía llenar los espacios en blanco. Casi podía ver a Stefany haciendo un 69 con Agustina.

—Al parecer la clase estuvo intensa —dijo Siara.

—Em... sí —Stefany agachó la cabeza—. Creo que me excedí. Hice cosas que...

—No te preocupes por eso ahora. Era necesario. Si no hubieras mantenido a las chicas dentro del salón, nos hubieran seguido hasta la casa de Diógenes... y no hubiéramos podido lograr ningún avance.

—Espero que haya valido la pena.

—Absolutamente.

—¿Tenés algo para contarme?

—Lo que tengo es un plan para la próxima clase.

—Ah, buenísimo. Si querés me lo contás mientras seguís con tu dibujo de la otra vez. ¿Te acordás?

Siara tuvo que hacer memoria. El dibujo no era lo que le entusiasmaba de la clase de arte. Ella estaba ahí pura y exclusivamente por el caso; pero no quería hacer sentir mal a su profesora. Rebuscó entre sus papeles y encontró el dibujo de una vagina ocupando todo el largo y el ancho de la hoja.

—No me quedó muy bien —Siara se lo mostró—. Quizás deba empezar de nuevo.

—Claro, el artista es quien decide cuando un dibujo debe comenzarse desde cero otra vez. —Stefany tomó la hoja y analizó el dibujo seriamente. Siara recorrió toda su anatomía con la mirada. Era delgada pero con esa melena de rulos y esas tetas tan firmes causaba un gran impacto—. No está mal. Tenés talento para el dibujo. Intentaste hacer algo realista, eso se nota. El trazo es bueno, solo te falta profundizar más en los detalles. Cuando vuelvas a intentarlo prestá más atención a las luces y las sombras. Eso da volúmen al dibujo.

Stefany colocó un almohadón en el piso, para Siara, y se sentó en una silla con las piernas separadas. Al sentarse Siara descubrió que la vagina de su profesora le había quedado tan cerca que podía olerla. Era un aroma femenino agradable. Estimulante. Lo sintió varias veces en sus "jueguitos" con Erika.

Pero no quería pensar en Erika. Aún no.

Sacó una nueva hoja y comenzó a hacer trazos ligeros.

—Fijate como la luz impacta en el clítoris —dijo la profesora—. Lo hace brillar en este extremo —lo señaló con el dedo.

—Muy cierto... y los labios vaginales también tiene algunos brillos tenues.

—Ummm... sí, eso es porque... bueno... estoy húmeda. Agustina se puso muy intensa. Puedo entender que algo de arte erótico viene bien, pero creo que esto fue demasiado. Yo también estuve mal, no le puedo echar toda la culpa a ella. Me entusiasmé demasiado.

Todo el cuerpo de Siara vibró. Su profesora prácticamente está confesando que le chupó la concha a una de sus alumnas, y que lo disfrutó tanto que no pudo detenerse.

Mientras analizaba detenidamente la vagina de Stefany se le vino a la memoria Erika en la cama con Natacha. Había un pacto tácito que Erika decidió no respetar. No era necesario explicarlo. Siara creía que las dos lo tenían claro: si alguna vez decidían probar con una mujer, la primera vez la tendrían juntas. Juntas. No con una colorada cosplayer (que ni siquiera tiene el pelo rojo de verdad). Por algo son mejores amigas.

Intriga Lasciva - El Instituto.Where stories live. Discover now