La rutina en la casa Arias Ballester suele ser muy simple: comienza con Arnaldo Oscar Arias despertándose a las siete de la mañana. Va al baño, orina, se lava la cara y vuelve a su cuarto. Allí lo espera su esposa, con un camisón muy ligero. Él solo tiene que abrirle las piernas y penetrarla. Haydé suele estar despierta antes de que su marido le meta la verga; pero aunque no lo esté, le gusta despertarse así. Esta práctica se sumó a la rutina recientemente. Antes Haydé era bastante reacia al sexo mañanero; pero últimamente anda cachonda todo el día, lo cual Arnaldo agradece. Porque a él le encanta arrancar el día metiendo la pija en una buena concha... y la de su mujer sí que está buena. Aunque no se compara con la de su hija. Desde que Arnaldo probó el sexo con Erika no puede dejar de pensar en ella. Cada embestida que le da a su esposa lo hace pensando en su propia hija... y ya ni siquiera se siente culpable por ello... porque Erika le demostró que a ella le encanta ese morbo prohibido del incesto. Siempre sospechó que Erika era bastante putita, le encantó descubrir que era cierto... y que estaba dispuesta a experimentar muchas locuras, incluso dejarse coger por su propio padre.
Después del polvo mañanero, Haydé despierta a Erika mientras Arnaldo prepara el desayuno. Últimamente a Erika le da mucha flojera ponerse un pantalón, o una simple tanga. Duerme con una remera y solo con eso va a desayunar. Antes a Haydé le molestaba que su hija se sentara a la mesa con la concha a la vista. Ahora lo encuentra extrañamente placentero. Desde que compartió esa experiencia en la cama junto a su hija y a su amiga oriental, Haydé también tiene pensamientos incestuosos. Pero a ella sí la hacen sentir culpable. Intenta quitárselos de la cabeza cogiendo con su marido, y a veces funciona... al menos hasta que Erika comienza a deambular desnuda por la casa.
Al finalizar el desayuno Erika va al instituto y Arnaldo sale a caminar, le gusta mantenerse activo. Hace vida de jubilado, a pesar de tener apenas 49 años. Ya no necesita trabajar, su hija mayor, Camila, se encarga de los ingresos familiares. Gana tanto dinero que pueden vivir con lujos. Arnaldo suele frecuentar el club de golf, donde charla con sus amigos de temas que no le interesan, solo para no quedarse en su casa mirando la tele todo el día.
Cuando Haydé se queda sola en casa saca su arsenal de jueguetes sexuales, algunos los robó del bolso de Camila, otros los fue comprando a escondidas. Se pone abundante lubricante en ambos agujeros y se los llena de placer. Puede estar dos horas o más disfrutando de esto, sin que nadie la interrumpa. Después va a almorzar con alguna de sus amigas a un restaurante de lujo. ¿La cuenta? Cortesía de Kamilexia. Ahora Haydé se da la gran vida, ventajas de tener una hija que se volvió rica de la noche a la mañana.
Mismo motivo por el cual Erika puede concurrir al instituto privado más costoso de la ciudad.
Y la rutina arrancó igual que cualquier otro día; pero hoy Kamilexia se levantó con el pie izquierdo.
Sus niveles de audiencia estaban bajando cada vez más y ya no sabía qué hacer para aumentar sus espectadores. Nada parecía funcionar. Ni siquiera el recurrente uso de amplios escotes, algo que la humilla. Detesta aguantar a los babosos haciendo comentarios sobre sus tetas... pero los tolera, con tal de tener una buena cantidad de espectadores. Sin embargo, parece que ya se aburrieron de mirarle el escote.
El almuerzo de los Arias Ballester transcurrió con mucha tensión, porque había algo que rompía la rutina diaria: Kamilexia estaba allí. Por lo general Camila se quedaba en su propia casa, la que había comprado cuando sus ingresos se volvieron realmente importantes. Haydé se encargaba de administrarle el dinero y ella también notó que las ganancias ya no eran tan buenas como antes; pero prefirió no decir nada, para no preocupar a su hija.
Estaban disfrutando del asado que Arnaldo había preparado con tanto cariño cuando Kamilexia miró a su hermana menor y preguntó:
—¿Cuándo vas a empezar a laburar?
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Intriga Lasciva - El Instituto.
Mistério / SuspenseSiara y Erika son dos amigas que deciden formar un club de "detectives" en el instituto. Su idea es resolver cualquier misterio interesante que se les presente. Lo que ellas no sospechan es que, por diversos motivos, los casos a resolver suelen esta...