La sesión de entrenamiento de Xamira fue mucho más dura de lo habitual. Sus puñetazos y patadas sacudieron la bolsa de boxeo con violencia, una y otra vez. El estrépito que causó puso en alerta a Juliana Aquino, su madre.
Juliana asomó la cabeza dentro del gimnasio casero y vio como su hija le daba una dura patada alta a la bolsa, que de no haber estado bien sujeta, la hubiera mandado a volar.
―Hola, Xami ―saludó, con cierta timidez―. ¿No te parece que ya entrenaste suficiente?
La aludida respondió con un seco "No" y dio otra patada a la bolsa.
―Yo creo que sí, llevás varios minutos golpeando la bolsa sin parar. Te puede hacer mal. Podrías sufrir un desgarro.
―No me molestes, mamá ―otra patada.
―No intento molestarte. Sé muy bien cómo es esto. A veces, cuando necesito despejar mi cabeza, me excedo con el ejercicio físico. Es una forma de desconexión, pero es importante saber cuándo hay que parar. Creo que por hoy ya hiciste suficiente, hija ¿por qué no te das una ducha?
Xamira miró a su madre con ojos amenazantes. Juliana retrocedió un paso, no recordaba la última vez que había visto a su hija tan enojada. Por un momento creyó que recibiría un insulto como respuesta y que la mandaría a la mierda, sin embargo Xamira bajó los puños y suspiró.
―Está bien, me voy a bañar. ¿Está papá en casa?
―No, estamos solas. Tu padre dijo que...
Juliana no alcanzó a terminar la frase, se quedó atónita al ver que su hija se quitaba el top deportivo, quedando con las tetas al aire. Su piel morena, cubierta de sudor, resplandeció bajo los focos. A continuación se quitó la calza tres cuarto, mostrando que debajo traía puesta una tanga de algodón negra diminuta, tan pequeña que incluso se podía ver la parte superior de la cinta de vellos púbicos prolijamente recortados.
―Ay... pero... em... ¿por qué no esperás a llegar al baño para sacarte la ropa? ―Preguntó Juliana.
―¿Qué problema hay? ―Xamira se encogió de hombros―. Soy tu hija. ¿Tanto te molesta verme las tetas?
―No es eso...
―¿Sabés la cantidad de veces que te vi andando en tanga por la casa? Ya conozco toda tu ropa interior de memoria. Hasta sé cuál tanga se te mete más en el orto...
―Está bien... entiendo, lo que pasa es que... ―Juliana guardó silencio por unos segundos―. No me hagas caso. Tenés razón. Tu papá no está y no hace falta que estés tapándote delante de tu propia madre. Solo me sorprendió que te quitaras la ropa. Siempre fuiste muy cuidadosa en ese sentido, hasta te enojabas conmigo si yo justo abría la puerta de tu cuarto mientras te estabas cambiando.
Una vez más, Xamira se encogió de hombros.
―Supongo que ya no me molesta. La gente cambia.
―Sí... es cierto. Bueno, ¿querés que te prepare el baño?
―Como quieras...
Juliana fue a preparar todo y no pudo dejar de preguntarse por qué su hija estaba tan enojada. No era habitual ver esa rabia en Xamira, ni siquiera cuando practicaba Kickboxing.
Cuando Xamira entró al baño, ya todo estaba listo. El agua de la ducha tenía la temperatura adecuada. Juliana se quedó de pie justo detrás de ella, Xami la miró de reojo y estuvo a punto de pedirle que se marchara, pero luego llegó a la conclusión de que ya no le importaba si su madre la veía desnuda. Se inclinó hacia adelante y se despojó de su tanga, mostrando que su vagina estaba tan cubierta de sudor como el resto de su cuerpo. A Juliana casi se le salen los ojos al ver la intimidad de su hija expuesta de una forma tan directa, sin embargo no dijo nada, por miedo a empeorar las cosas. Al fin y al cabo era su hija y Juliana también había salido más de una vez de la ducha sin molestarse en cubrir su desnudez.
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Intriga Lasciva - El Instituto.
Misterio / SuspensoSiara y Erika son dos amigas que deciden formar un club de "detectives" en el instituto. Su idea es resolver cualquier misterio interesante que se les presente. Lo que ellas no sospechan es que, por diversos motivos, los casos a resolver suelen esta...