37. Erika y Natacha.

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Erika se encontraba analizando minuciosamente el e-mail, en la soledad de su cuarto. Esta vez sí podía darse el gusto de jugar con su clítoris mientras repasaba todos esos videos y fotos pornográficas. Con las chicas del club no había tenido tiempo de revisarlo todo, era demasiado material. Incluso había varias chicas que no figuraron en el video que se reprodujo en los salones.

«Pobres chicas —pensó Erika—. Habrán llegado a sus casas sintiéndose mal por lo que le pasó a sus amigas... solo para descubrir que ellas también fueron víctimas de la filtración».

Entre las nuevas damnificadas encontró a Agustina Butler, Yelena la reconoció al instante porque era compañera de ella en el club de arte. La escena mostraba a Agustina chupándole la concha a una chica en uno de los baños del instituto. A esta otra chica no se le veía la cara en ningún momento.

También vio a una chica del curso 2-C, a la que identificó como Bianca Ceballos. Sus rizos rubios eran inconfundibles. De ella no había videos, solo muchas fotos que la mostraban en poses muy eróticas frente a un espejo. Incluso había unos primeros planos muy explícitos de su concha.

Erika se masturbaba lentamente mientras miraba todas estas fotos, no entendía por qué le resultaba tan excitante, si esas pobres chicas habían sido filtradas sin consentimiento. Debería sentirse mal.

De pronto se detuvo en seco y sujetó con ambas manos la pantalla de su notebook.

—¡No puede ser! ¡No, no!

Pero sí, no había ninguna duda. La chica de la imagen no era otra que su amiga Natacha.

Eran varias imágenes que la mostraban haciendo cosplay de un personaje de anime, en situaciones sumamente eróticas. Incluso llegó a ver las tetas y la concha de Natacha.

—¡Voy a matar al que hizo esto! ¡Lo voy a matar!

Esa misma tarde invitó a Natacha a su casa, fue la primera vez que se reunieron fuera del instituto. Entraron al cuarto de Érika, y ésta, con los ojos llenos de lágrimas, abrazó a la pelirroja.

—Lo siento mucho, amiga... lo siento mucho de verdad. Perdón. Perdón.

—Ya, ya... ya pasó Erika. Me jode mucho que se hayan filtrado esas fotos; pero ya no puedo hacer nada. Y vos no me tenés que pedir perdón, no es tu culpa.

—Te pido perdón porque me maté a pajas mirando tus fotos. Sé que estuve mal, pero, pero... —se limpió las lágrimas con el dorso de la mano—. Hiciste cosplay de Cutey Honey, a mi me encanta ese manga... al ser tan viejo creí que solamente yo lo conocía. Y la protagonista me calienta mucho y...

Natacha la miró confundida y de pronto empezó a reírse.

—Ay, Erika... no hace falta que me pidas perdón por eso. Quizás si viniera de otra persona, me sentiría algo incómoda; pero con vos no. Hasta me siento halagada de que te hayas tocado mirando mis fotos.

—¿De verdad? —Erika la miró con ojos de cachorro abandonado.

—Sí, en serio.

—Pero... te vi las tetas, amiga. Y me pajeé mirándolas...

Natacha mostró una sonrisa muy afectiva y se levantó la blusa, junto con el corpiño. Dos grandes melones muy firmes hicieron su aparición ante los ojos incrédulos de Erika.

—Podés mirarlas, o tocarlas, todo lo que quieras.

—¡Wow! ¿De verdad?

Las manos de Erika se aferraron a los dos pechos al unísono. Eran un poco más pequeños que los suyos, pero no muchos. Los sintió igual de suaves y turgentes. Sin pedir permiso se metió un pezón en la boca y empezó a chuparlo como si estuviera tratando de beber leche a través de ellos. Natacha empezó a reírse al ver la cómica cara de grandes ojos de Erika. Le recordó a muchos personajes de anime. En especial de esos que son algo picantes.

Intriga Lasciva - El Instituto.Where stories live. Discover now