Capítulo 10 |La Reina|

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Rose

Siento que la pesadilla cesó por una milésima de segundo mientras estoy rodeada de los brazos de Jungkook.

Me gusta abrazarlo, me gusta estar a su lado y me gusta él, no puedo seguir mintiéndome y diciéndome que lo odio por engañarme porque cada vez que lo veo mi cuerpo reacciona de una manera diferente a la que quisiera.

Y caí... caí de nuevo en mi peligrosa adicción.

—¡¿Dónde está la esclava?! —se oye en el pasillo y explayo los ojos viendo a Jungkook quién esta dormido.

—¡Jungkook! —lo muevo— ¡Tu padre!

Me levanto rápidamente colocándome el uniforme y buscando mis bragas ya que tiene la bendita maña de adueñarse de ellas cada que estamos juntos.

—¡Apúrate! —comienzo a desesperarme— nos va a descubrir...

Busco dónde meterme, recojo las zapatillas del piso y abro la puerta del closet acomodándome dentro mientras él me ve riéndose como si su padre no va a matarme si descubre que estaba follando con su hijo en vez de estar sirviendo a mis labores.

Cierra la puerta y no soy claustrofóbica pero el vapor, los nervios, y la falta de oxígeno aquí dentro comienzan a desesperarme.

—¿Dónde está la esclava? —se oye cómo abren la puerta.

—Tengo pinta de saberlo o qué... —contesta Jungkook.

—Se te ha hecho costumbre últimamente hablarme como si fuese amiguito tuyo ¿No es así?

—Padre si no tienes nada interesante que decirme por favor retírate.

«Quiero estornudar»

—Si ves a la esclava dile que vaya a mi despacho —dice— que estoy seguro que sabes dónde está.

—Ajá.

La puerta se oye y estornudo apenas Jungkook abre, inhalo una bocanada de aire mientras él me lleva a sus brazos.

—¿Estás bien? —me besa— lo siento, traté de que estuviera aquí el menor tiempo posible.

—Estoy bien —me aliso el uniforme— ahora me iré, no quiero más problemas.

Planta el rostro en mi mejilla acariciándome con ella y he notado que suele hacer eso siempre.

—Uno... —dice.

—¿Qué?

—Un besito...

Me contengo la risa.

—¿Quieres un besito mío?

—Sí...

—No te lo mereces... —aparto el rostro.

—Uno chiquito...

Me toma de la cintura.

—Ya... —me separo— debo irme.

Busco la puerta pero me detiene.

—Rose recuerda lo que hablamos...

Asiento saliendo y buscando el despacho, hablamos antes de... antes de comernos, explicó el porqué de lo qué pasó con David y me contó toda la verdad desde el principio, dolió pero no hay tiempo para enfrascarme en eso.

Intento aplanarme el cabello haciéndome una coleta y respirando hondo cuando me acerco a la puerta.

Coloco los nudillos dando toques, estoy asustada, se que lo que me hizo en la arena no es ni el 1% de todo lo que es capaz de hacer este señor.

PELIGROSA ADICCIÓN | Jeon Jungkook +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora